Consumo minimalista = consumo consciente
Compro pocas cosas, porque tengo todo lo que necesito. Si necesito algo en concreto me paso horas investigando las diferentes opciones, la ética de las empresas, la procedencia de los ingredientes. Soy muy consciente de que cada Euro es un voto y no pienso votar ni en blanco ni a favor del consumo desenfrenado que no se ñpreocupa por los derechos de las personas ni respeta el medio ambiente. Quizás esto reduce mis opciones a la hora de elegir lo que compro. Seguramente disminuye el estrés a la hora de comprar. Sé exactamente lo que busco en un producto y su proveedor y eso facilita la decisión final.
Sí que iré de rebajas. De cierta forma. No participaré en la carrera por las tiendas el primer día de rebajas. No me dejaré presionar por la pregunta omnipresente del “¿Has encontrado algo interesante de rebajas?”. Ya sé exactamente que voy a comprar, porque la lista la llevo haciendo desde hace un tiempo, pero no basada en valores fijos financieros, sino basada en mis propios valores.
Las mejores marcas, las mejores ofertas
Muchas de las marcas que venden productos éticos (ya sea ropa, o cualquier otro tipo de producto) también participan en las rebajas. Gracias al proyecto 333 ya conozco bastante bien mi estilo, sé que colores me van bien, y no me importa demasiado si estos colores son de esta temporada o de la temporada pasada. Así que iré pausadamente comparando mi lista con las ofertas de mis marcas preferidas. Muy parecido como lo harán mis amigos no-minimalistas. Pero sabré que cada Euro es un voto. Y mi voto apoyará una economía justa. Especialmente durante las rebajas.