Lo que está aquí, está en otra parte.
Lo que no está aquí, no está en ninguna parte.
(Vishvasara Tantra)
Desde la visión tántrica todas las formas de energía convergen, material o potencialmente, en esta dimensión.
Si partimos de la base de que esencialmente Dios es Energía, podemos darnos cuenta de que miles de años antes de que la física cuántica postulara la presencia de un campo que simplifica y conecta todo lo creado; el Tantra ya postulaba a “La Divinidad” como una fuerza que se manifestaba también el individuo y que por ende era sensible de ser conectada y explorada.
Hoy, en términos científicos sabemos que este universo es parte de un campo continuo e infinito que se extiende multidimensionalmente en el que todo está relacionado, integrado y por lo tanto en relación con todo. Sin embargo esto no inhibe nuestra percepciones de MATERIA SÓLIDA, INDIVIDUALIZADA, SEPARADA Y / O EN CONTACTO que forma parte del modo en que vivimos y convenimos con la manifestación a fin de poder aprovecharla como dimensión de Experiencia.
El Tantra nació para experimentar la realidad de ese campo continuo e infinito, y para integrarla de la mejor manera posible a la realidad material del individuo logrando que este tome consciencia de su divinidad y la proyecte. Esta filosofía está basada en la búsqueda de un estado de conciencia, entendiendo que hasta un fotón posee conciencia y que esta es de la misma naturaleza de la conciencia Divina.
Por lo tanto nosotros no solo somos conscientes como individuos, sino que somos la integración sinérgica de todas las conciencias que cohabitan en nosotros, subatómicas, moleculares, celulares, óseas, musculares, glandulares, etc., etc.
Somos un Universo de Divinidad Consciente buscando manifestar su potencialidad, así nuestro cuerpo es un Templo Consciente que merece veneración, respeto y devoción, y del cual se puede obtener la eón, y del cual se puede obtener la experiencia mística de La Divinidad.
Venerarse Sagradamente a uno mismo puede ser una tarea titánica, al igual que Dios nosotros no tenemos conciencia absoluta de quienes somos, sino a través de quienes No somos y es aquí donde el género empieza a jugar su papel trascendente. Antes que nada somos personas, seres uniformes en cuanto a naturaleza: Humana.
Sin embargo el Género nos distingue ya en la concepción (a pesar de que el sexo gonadal se desarrolla a partir de la cuarta semana del embrión).
En estrictos términos morfológicos Nos reconocemos de un género en tanto no nos reconocemos del otro, sino seríamos simplemente humanos.
Frente al nacimiento somos todos iguales,
Frente a la muerte somos todos iguales,
Frente al sexo somos todos iguales (o deberíamos)
Frente a cada acto en el que manifestamos la Naturaleza creadora de Dios somos todos iguales… Somos Dios.
En una primera instancia el Tantra propone la igualdad en el encuentro:
Misma Intención (no determina cuál, propone la más elevada pero no desecha nada)
Misma Emoción (Ídem)
Misma Búsqueda (Ídem)
Misma “Desnudez”
Misma potencialidad Divina.
En la práctica Iniciada va a la búsqueda de la manifestación de la Energía Creadora (no procreadora) para conectar al Ser humano con el Ser divino Integrando su naturaleza dual (Shiva-Shakti), encontrándose con el otro en un ambiente de libertad, armonía y gozo que permite (en su punto culminante) la expansión de la conciencia, la fusión total de las polaridades, y el encuentro de la Divinidad inmanente en el acto y por ende en cada uno de los que participan en él.
Pero el Tantra va mucho más allá aún, busca con la práctica eliminar toda ilusión de separación y materia para reunir al Dios potencial con le Dios manifiesto y a ambos con el Dios inmanifiesto, la esencia misma de todo lo creado y lo por crear en todos los infinitos potenciales.
Para un occidente cuya concepción temerosa del poder del sexo es el de una genitalidad intrínsecamente sucia y maligna, salvo que se la utilice con fines meramente reproductivos, todos estos objetivos parecen simplemente inimaginables.
De hecho el sexo en la mayor parte del mundo es una fuente de manipulación, poder, y degradación colectiva.
Mucha Energía + Mucho Poder + Mucha Potencialidad De Libertad Individual Y Crecimiento Espiritual Independiente = MIEDO (una ecuación que no ha fallado casi nunca en la historia de la humanidad).
Del mismo modo las técnicas de aplicación del Tantra son generalmente rechazadas porque viola los cimientos mismos de la cultura machista que sustenta a las sociedades en general, y los postulados de satisfacción inmediata que tanto fomenta la sociedad de consumo.
Placer Inmediato = Frustración Inmediata = Nueva Búsqueda de Satisfacción= Consumo
Así el Tantra es importado en una versión edulcorada semi pornográfica y carente del fundamento filosófico que le dio origen y sustento.
Pero el Tantra es ANTE TODO esa filosofía (como explique en la aproximación inicial hay ramas célibes del Tantra), es la búsqueda de La Realidad por sobre la ilusión, es una de las pocas filosofías que entiende la Lo tangible como el verdadero Laboratorio de investigación y búsqueda de lo divino (la mayoría de las filosofías prefieren sortear el inconveniente de la controversia que esto provoca y dedicarse exclusivamente “Al Espíritu” como si este pudiese diseccionarse de La Materia en esta dimensión).
Así:
TANTRA ES LA CELEBRACIÓN DE LA MATERIA COMO MORADA PERFECTA DE LO DIVINO.
“Lejos de negar el universo concreto o huir de él, el tántrico se interna en él para percibir su realidad, ya sea espiritualizando la sexualidad, concebida como una pulsión creadora última; ya sea por otras vías, como la contemplación de la Madre Cósmica. … Con y en su “Cuerpo Universo” el tántrico se unirá concretamente a esos principios cósmicos para sentir la Divinidad de la carne Consciente e Inteligente”
(André Van Lysebeth “Tantra: El Culto de lo Femenino”)