Revista Cine
—¿Y se siente cómodo siendo un escritor de best-sellers? —Sí, los americanos no tenemos ningún problema con eso, creo que es un complejo de los autores europeos, que piensan que si tu novela gusta a muchos entonces no debe de ser buena. En el siglo XIX la popularidad no era un problema. «Crimen y castigo» fue un éxito internacional en su época; Jane Austen y Stendhal también fueron muy populares y nadie discute su excelencia literaria. La literatura no goza de tan buena salud como para permitirse novelas difíciles o lejanas a la gente. No tengo problema con las obras «difíciles», pero sí con que solo ellas sean consideradas válidas. (Entrevista de Martín Bianchi, Abc)
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En la meticulosidad con que explora la conciencia de sus personajes uno ve un esfuerzo por recordar al lector, en estos tiempos de redes sociales, lo excepcional que es la literatura a la hora de reflejar cómo somos las personas desde dentro. Es significativo que debamos acompañar nuestros emails con unos emoticonos para que el receptor descifre nuestro estado emocional y no se ofenda. A la literatura a veces le basta una simple palabra en medio de una frase para captar un sutil cambio de tono. En esto, como en el reflejo del paso del tiempo y la gradación moral de un conflicto, dispone de una ventaja descomunal.
(Entrevista de Antonio Lozano, La Vanguardia)