Pasó una nueva fecha del fútbol argentino y una de las conclusiones que dejó es que en el fútbol moderno el amor por la camiseta sigue pesando, y mucho. ¿A qué nos referimos? A la vuelta de Gerardo Martino y el renacer de su querido Newell’s. Porque lejos del mal andar de campeonatos anteriores, que lo comprometieron seriamente con el tema del promedio, el leproso rosarino volvió a ser protagonista de un torneo tras dos años y medio (el último fue el subcampeonato del Apertura 2009).
El Tata le cambió la mentalidad a un equipo que en el Apertura pasado había sumado los mismos 16 puntos (16) que lleva en estas ocho fechas. ¿Muchas caras nuevas? En realidad no, solo Víctor López y el colombiano Juan Guillermo Domínguez se sumaron al plantel que había dejado un clima bastante caldeado sobre el pasado torneo. Por eso hay que valorar la mejoría del equipo de la mano del ex entrenador de Paraguay. Un Martino que demostró lo que es el amor por la camiseta tras rechazar una propuesta concreta, y suculenta, de la Selección Colombia tras la polémica renuncia del Bolillo Gómez. Siempre en silencio y hablando de fútbol, algo muy raro de un DT por estos tiempos de extrema mediatización y exposición de los entrenadores.
Entonces: ¿A qué se debe la increíble mejoría de la Lepra? De la confianza que su DT le devolvió al plantel. La apuesta por juveniles como Urruti, que no había tenido muchas chances con los anteriores entrenadores y que desde la llegada del ídolo rosarino se consolidó como el goleador que todo equipo necesita. Sin secretos, con un fútbol claro y siempre bien protagonista. Así Newell’s quiere llegar a colarse en la lucha por el título y nadie le puede sacar la ilusión.