Revista Animación

¡Aquellos maravillosos años!

Por Pitiwo

Hoy en día cualquiera puede buscar y de esta forma conocer la historia del manga o el anime  pero en mis tiempos no existían estas opciones. La realidad es que cuando yo era chico ni siquiera existía esa palabra tan rara 'anime'. Para nosotros eran dibujitos animados y dentro se encontraba una variedad muy amplia:

  • Mickey Mouse y compañía
  • Don Quijote, El pequeño Cid, Dartacán, Ulises 31
  • Marco y Heidi

El primero se sabía que era de Disney y que venía de Estados Unidos, los segundos eran europeos pero la única diferencia que existía para mí con los terceros era que en Marcos y Heidi salían letras chinas al final y un continuará que estaba escrito de una forma muy rara. En esos años el chino y el japonés eran idénticos para nosotros.

Heidi y Marco volvía a la tele todos los años por lo que daba exactamente igual perderte un capítulo, además todos pensábamos que eran interminables. Heidi siempre estaba en los montes, Marcos iba de un lado a otro buscando a su madre y el pequeño Cid nunca crecía.

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Yo deseaba ver si Marcos encontraba a su madre y al Cid de grande dando estocadas a diestro y siniestro pero no vi ni lo uno ni lo otro, sobre Heidi me traía más sin cuidado ya que esa no veía un objetivo claro en su vida.

Pasados unos años y muchos dibujitos después llegó un canal que solo se veía en casa de mi primo lo cual complicaba mucho más la hazaña de intentar ver una serie de dibujos. Aquí es donde empezó mi real afición a algunos dibujitos buenos. Cierto es que los veía en blanco y negro y con mucha niebla pero eso no era problema.

Los caballeros del Zodiaco

Este fue para mí uno de los animes más grandes que se habían creado hasta entonces. Escuchar el 'dame tu fuerza Pegaso', el renacer del Fenix o los caballeros de oro conseguían convertir una masa de niños en guerreros que se daban palos en los recreos con gritos invocando a dragones, toros y todo lo que saliera en el anime. Algunos dirán que recordar esto es friki pero para mí esto fue historia y estoy seguro que todos los niños que nacieron en mi época piensan como yo, aunque no lo digan.

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Esta serie consiguió algo impensable y fue que los niños dejaran de ir a jugar a los colegios para quedarse en casa a ver a Pegaso y compañía. Aunque el abandono total de los campos de fútbol durante 30 minutos exactamente, fue el siguiente anime.

Oliver y Benji

La canción del inicio fue la primera canción que aprendí, no me perdía ni un minuto de esta serie por lo cual era lógico que al final la pudiese cantar sin problemas (todavía me la sé). 'Allá van con el balón en los píes…' Ese anime llegó a lo más alto dentro de mi lista de dibujitos animados; un entrenador brasileño, unos niños jugando al fútbol y ¡Vaya partidos! Poco a poco todos nos enganchamos a esta serie, fue la primera serie que consiguío que te enfrentaras a los mayores para que a la hora de Oliver ni la tarea se hacía. Esos minutos eran sagrados.

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Aunque no todo fue positivo ya que con ella también nació mi odio a Telecinco, no sé cómo lo hacían pero te pasabas toda una semana viendo los capítulos y con taquicardia porque por fin iban a jugar Oliver y Benji contra Mark. Una ilusión que no se cumplía porque iban pasando los días hasta que llegaba el viernes y todavía no había empezado el partido, al final este último día, con la carne de gallina por el miedo a que tus peores pesadillas se convirtieran en realidad… El tiempo iba pasando y cuando miraba el reloj te dabas cuenta de que faltaban cinco minutos para que terminase. Sabías que habías acertado: El comentarista gritaba 'Empieza el partido' y … Final del capítulo. ¿Por qué tenían que dejarte así?

Si en ese momento existiese facebook estoy seguro que se hubiese creado una página de fans odiando a Telecinco por ello.

Después de Oliver y Benji, Telecinco tuvo sus horas bajas en este sentido o por lo menos para mí, no voy a negar que salieron más animes pero ya no consiguió levantar cabeza.

Todo indicaba que la era de los grandes animes había terminado, entonces llegó Canal Sur (el canal de televisión andaluza) y pusieron una serie de un niño con rabo de mono que tenía su gracia pero no llegaba a los caballeros del zodiaco.

En esos años yo estaba en séptimo de E.G.B y en mi clase teníamos un amigo gallego. Jamás olvidaré sus palabras 'Esos dibujitos los echaban en Galicia y es la mejor'. Yo le creí y sí que acertó. ¡Dragon Ball acababa de llegar a mi vida! Goku y compañía consiguieron hacerme reír, disfrutar y emocionarme con sus personajes.

Mi amigo gallego no nos decía nada sobre que pasaría en los próximos capítulos y eso aunque nos enfadaba y se llevo más de algún empujón por soltar frases 'ahora viene lo mejor' y 'verás qué pasa luego' . Bien es cierto que no nos desveló el momento culminante de esta serie y que creo que muchos estarán de acuerdo conmigo; el día que Goku se transforma en Super Guerrero, ese hecho marcó un antes y un después en la vida de muchos niños y también en la de los profesores que no fueron capaces de callar a la jauría de chavales hablando sobre el tema durante una semana. Amenazas del tipo: 'Callaos o pondré un examen sorpresa' no nos afectaban en absoluto.

Los animes en televisión

Si hay algo que me gustaba de ver en la televisión era que si te perdías un capítulo no había forma de volverlo a ver, al menos que algún amigo lo hubiese grabado y eso era muy difícil. Además si por cualquier causa no habías visto ese capítulo, al día siguiente te contarían todos los detalles sobre qué ocurrió. En esa época también descubrí lo que era un spoiler aunque no conocí esa palabra hasta mucho más tarde.

Si te perdías como Goku ganaba a Vegeta o como Oliver marcaba un gol y ganaban el campeonato pues ya no había vuelta atrás. En esa época había horas sagradas y durante ellas el televisor era tuyo o al día siguiente mejor no ir a clase.

 


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