Revista Salud y Bienestar
En la vida, cada persona tiene su papel adjudicado. Para nosotros, las personas con una enfermedad crónica, ese papel está marcado con dos opciones: la de vivir y disfrutar de la vida a pesar de la enfermedad y el dolor que a causa de ella sufrimos, o la de refugiarnos en ese dolor y en la pena de estar enfermos, escondiendo la cabeza como un avestruz y perdiendo cosas maravillosas que la vida nos quiera deparar.
Por eso, tenemos que levantar bien alta la cabeza y decir: -"¡Aquí estoy yo!, y puedo con todo lo que se me presente. Y aunque a veces las fuerzas parece que flaquean, me levantaré y volveré a enderezarme con orgullo y valentía"-.
La vida tiene momentos muy bellos y hay que disfrutarlos y atesorarlos en nuestra memoria, pues ello nos ayudará a superar los baches que se nos vayan presentando por este camino lleno de espinas, pero con hermosas rosas, a su vez.