Revista Opinión

Aquí la chusma

Publicado el 10 febrero 2014 por Jcromero

Aunque alguna vez dijera no entender su letra, no tiene problema: los hay que escriben por él. Si el señor presidente afirma gustarle la mayoría silenciosa, rápidamente los voceros y amanuenses del poder se encomiendan a la tarea de glosar los valores de los genuflexos. Y mientras ensalzan la sumisión, contertulios, escribanos y voceros se dedican a esparcir insultos contra quienes expresan sus discrepancias.

Chusma, turba, perroflautas, nazis, desarropados, energúmenos o piojosos, entre otros, son calificativos empleados para referirse a quienes nos expresamos contrarios a las decisiones del Gobierno. Son muchos los integrantes del coro; para encontrarlos, basta zapear por la TDT o dar un vistazo al quiosco. Ahora, cuando la Audiencia Provincial de Madrid avala que el escrache no es delito, insultos y desprecios se recrudecen alentados por destacados miembros del PP muy ofuscados por la decisión judicial. Y mientras Esperanza Aguirre, en su apuesta por la separación de poderes, espera que Gallardón, vía el nuevo Código Penal, impida que se puedan repetir autos y sentencias como la dictada; Ana Botella, ¿con abrigo de bisón?, pide a los jueces que no escuchen a la calle porque es propio de la Revolución Francesa.

¿Qué más quieren de la ciudadanía? Cuando el gobierno suprime derechos y nos hace pagar la crisis que no provocamos, sus apologetas nos someten a un pimpampum tan interminable como soez. Para ellos, todo discrepante es chusma, gentuza, escoria, populacho, plebe… ¿Acaso no nos asiste el derecho y la Constitución a cuantos expresamos rechazo y protesta ante unos recortes que siempre perjudican a los mismos? ¿Acaso no nos asiste la Constitución, el derecho y la razón a quienes desaprobamos cuantas medidas se toman para hacer pagar colectivamente la deuda generada por unos pocos? ¿Acaso no nos asiste la razón, el deber democrático y la ética ciudadana, cuando gritamos que estamos hasta las narices de tanto ensañamiento, de tanta insolvencia y mentira?

Palabras como chusma, hordas o manada, puestas en boca de quienes con tanto entusiasmo aplauden al presidente y a sus ministros, suenan despectivas y desgraciadas. Si el Gobierno miente, se muestra ineficaz o toma medidas contrarias a sus compromisos electorales, es algo que para ellos carece de importancia. Son decisiones de un presidente que es “de los suyos”. ¿El resto? Ya saben: nazis, morralla, turba, chusma… No les interesa el por qué de las protestas. ¿Acaso ignoran que muchos están al borde de la desesperación? ¿Desconocen que muchos pierden sus casas, sus trabajos y hasta la alegría?

En medio de tanta incomprensión y de tanto insulto emerge un poema de Carl Sandburg —«Yo soy el pueblo, la multitud, la chusma, la masa, ¿sabéis que todas las grandes obras las he hecho yo?»—; la masa, la multitud, la chusma.

Algo no funciona en esta democracia cuando el ciudadano sólo es requerido para votar. Algo detestable hay en el periodismo de parte, si recurre al insulto cuando los ciudadanos han decidido dejar de ser vasallos. En todo caso, seamos conscientes de que las grandes conquistas sociales no se han logrado en los salones, despachos, columnas de opinión, ni en esas tertulias montadas para despotricar contra la oposición ciudadana. Las grandes conquistas sociales se han logrado en la calle, con la expresión libre de la gente. Columnistas y opinadores deberían saber que la chusma callejera, que el populacho (como ellos nos llaman) es laborioso y paciente pero, al igual que las abejas de un panal, responde cuando son hostigadas.

Es lunes, escucho a Frank Wess:

http://wp.me/p38xYa-DP


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