Colón le ganó a Boca Unidos de Corrientes en el estadio Brigadier General Estanislao López por 3 a 0. A los 35’ del segundo tiempo Lucas Nicolás Alario de penal, abrió el marcador para el Sabalero. Arturo David Ramírez a los 45’ y 53’ anotó los otros dos goles que le dieron el triunfo y le permitieron el regreso a Primera División, sitial de privilegio que le fuera arrebatado en un escritorio 6 meses antes.
Colón ascendió en un partido caliente que se terminó antes por la invasión de los hinchas, faltaban siete minutos cuando el árbitro Germán Delfino tuvo que detener el partido. Lamentablemente, el encuentro se caracterizó por el mal comportamiento de la parcialidad local. A los 5 minutos del segundo tiempo el jugador de Boca Unidos, Gonzalo Ríos, sufrió el golpe de una serpentina, que derivó en los trece minutos que debió adicionar el árbitro.
El transcurso del primer tiempo fue favorable para el equipo correntino en el manejo de la pelota, no se marcaban diferencias cerca de los arcos, aunque el ex jugador Sabalero José Sand, tuvo la chance más clara.
En el segundo tiempo se produjo la agresión a Gonzalo Ríos, por lo que el árbitro Delfino reglamentariamente detuvo el partido hasta que el jugador pudo retomar y dejó en claro: “no voy a permitir que se cambie un jugador por una agresión de la gente”.
Lucas Alario convirtió el penal, que Matías Moisés le había cometido al habilidoso Cristian Pavón a los 35 minutos del segundo tiempo y el partido comenzó a cerrarse con el ingreso de Arturo Ramírez cuando en el minuto 45 convirtió un golazo con la definición típica del “Mago” de sus mejores tiempos; y a los 8 del adicional llegó el tercero que desató la locura e impidió el fin del partido.
El entrenador Reinaldo Merlo manifestó “En el entretiempo hice unos retoques, unos ajustes”, quien había reemplazado 4 fechas antes al renunciante Diego Osella, el pasional entrenador que se fue cuando vio que no podía darle buen curso a su equipo.
Así, Colón vivió un domingo inolvidable con su vuelta a Primera División. Una vez finalizado el partido, parte de la parcialidad invadió el campo de juego y se concretó la suspensión del encuentro. Los jugadores se metieron en la manga, despojados de su ropa, y así volvieron al campo de juego para festejar el ascenso junto a sus hinchas.
El grito de alegría se prolongó luego frente a la sede del club, por los bulevares y en los barrios de la ciudad, donde no paraban de sonar las bombas de estruendo entremezcladas con los truenos y las bocinas. La bandera rojinegra flameo más alta que nunca.
El aguacero nunca fue impedimento para celebrar sino una bendición del cielo para el Pueblo Sabalero. Muchoas hinchas se fueron a la Costanera para seguir los festejos. Hubo caravanas y bocinazos hasta entrada la madrugada.
Ahora llega el momento de parar la pelota, analizar lo ocurrido en este 2014 y pensar en un Colón de Primera genuino y sin sobresaltos. Aprender de los errores para crecer y no volver a caer en manos de aquellos que se quieren aprovechar del esfuerzo de todos.
Colón es nuevamente de primera, hagamos las cosas bien para no volver a caer deportivamente ni institucionalemnte, en otra pesadilla como la que nos tocó vivir.