El año pasado, Arabia Saudita rompió su propio récord de ejecuciones
en la era moderna al decapitar a 87 personas. Esta horrible estadística del aliado de Estados Unidos se
encuentra actualmente en vías de doblarse en 2015. De hecho, el número de
decapitaciones en Arabia Saudita de 2014 ha sido ahora superada con los más recientes asesinatos de los
ciudadanos saudíes Awad al-Rowaili y Lafi al-Shammary, ambos condenados por
contrabando de anfetaminas.
El recuento de muerte por decapitación en Arabia Saudita en
lo que va de 2015 asciende a 88. Esta vez, sólo tomó cinco meses para superar
el récord de los últimos 12 meses establecido el año pasado.
Activistas de derechos humanos no están seguros de la razón
específica para el reciente repunte en decapitaciones. Sin embargo, lo que
sí se sabe es que el aumento está relacionado con el nuevo rey de Arabia. Después
de la muerte del rey Abdullah el 23 de enero, el rey Salman ascendió al poder
con una política mucho más firme con respecto a las ejecuciones. Se ha informado de que la pena de muerte sólo se lleva
a cabo con la aprobación del sello
personal del rey.
Alrededor de la mitad de las decapitaciones de este año se han
llevado a cabo a extranjeros, entre ellos ocho yemeníes, 10 paquistaníes,
sirios, jordanos, Myanmar, Filipinas, India, Chad, Eritrea y Sudán. A
principios de este mes, el IB Times, informó que los cadáveres de cinco extranjeros decapitados
fueron colgados de un helicóptero para dar ejemplo a los
demás ciudadanos.
Es alarmante que la función pública de Arabia está buscando contratar a ocho verdugos más, no sólo para administrar
decapitaciones sino también amputaciones de miembros. Según Amnistía
Internacional, Arabia Saudita ocupó el tercer lugar en 2014 en estas ejecuciones,
por detrás de China e Irán.
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