Primera entrada del año. Son las acuarelas que he pintado en la primera quincena de enero. Me sorprende ver que son veinticinco. Es decir, que no he parado de pintar. Seguramente me he refugiado en los pinceles para escapar, en la medida de lo posible, del sindiós que vivimos.
Como es costumbre, árboles, paisajes y algunas flores. No es cuestión de ponerse a comentar una por una tantas acuarelas, ni los materiales empleados, porque son los mismos de siempre. Daniel Smith, Kremer y White Nights, papeles a menudo de Garzapapel, mientras me duren las existencias, aunque también hay Arches o Daler & Roney. Suelo utiliar últimamente mucho algunos pinceles chinos y japoneses, aunque nunca dejo los Escoda, de marta, de petit gris o algunos de fibra sintética, Último o Perla.
En realidad, lo que voy haciendo es recrearme en las mezclas, las superposiciones de baños transparentes sobre capas secas, el trabajo de las texturas, por medio del pincel o gracias a la granulación de algunos pigmentos, y también seguir con mis experimentaciones con los verdes. Últimamente estoy utilizando a menudo mezclas con el verde esmeralda, algo que casi siempre había intentado evitar. Añade mucha frescura, pero es un color peligroso.