Dice el refrán que al «César hay que darle lo que se merece», y en el caso de los Papeles del que fuera Gran Maestro del Gran Oriente Español, Lucio Martínez Gil,que recogió o le fueron entregados a la Gran Logia de España en México hace ya años es todo un «hit parade».Es una tarea loable e interesante esta de ir recopilando el material historiográfico individual y colectivo, primero para que esté todo en un fondo conjunto, como es el de Salamanca, y sobre todo y lo importante será muy útil para conocer en detalle la historiografía masónica de este país.Esta reflexión viene de la mano de la noticia generada por la materialización del convenio de Acomodatio, entre la Gran Logia de España (GLE) y el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, para que dichos papeles estuvieran en un lugar accesible a los investigadores, como así lo ofrece el CDMH.Es un fondo interesante que puede resultar interesante, se habla de unos 40.000 documentos, y esperemos que esta diversidad pueda aportar a su vez una visión más estereotómica de la que hasta ahora se viene dando en España por parte de los investigadores masónicos, regida por unos patrones muy «positivistas» y muy planos y lineales, como bien demuestran los 22 tomos generados por los Simposios del CEHME.Lucio Martínez Gil, y su larga época masónica, pues fue iniciado en la logia Hispanoamericana, de Madrid en 1919 en Madrid en cuya membresía perseveró en el exilio, sobre todo mejicano, este en su largo periplo existencial cruza trasversalmente toda la historiografía masónica española, como bien demuestra el libro de Dolores Gómez Molleda. La masonería en la crisis española del siglo XX.Tal vez para que todo no sea trigo, habría que indicar que lo lamentable de todo esto sea la pérdida de acción conjunta en este tipo de acciones documentales de todas las Obediencias españolas, liberales y conservadoras, en pro de haber encontrado un punto de inflexión común a la hora de llevar adelante esta imperiosa acción de recuperación de la memoria histórica masónica. Pero siempre parece que detrás de todo ello se esconde una carta, a modo de comodín, para luego jugar otras partidas. Al menos es una duda que siempre me queda, y ya alguna vez he escrito sobre algunos procederes en la recoleción material por el mundo adelante por parte de la GLE. Pero bueno es el momento de congraciarse por la llegada de este fondo documental después de 30 años de su entrega allá en tierras mejicanas.
Victor Guerra
Revista Sociedad
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