Revista Cultura y Ocio
En el año 2007, los Monos Árticos, británicos de Sheffield, editan su segundo trabajo de estudio, pero antes hay que recordar que su primer álbum fue fruto del éxito que tenían en internet a través de los temas que la gente escuchaba y pedían constantemente, así la confección del álbum fue juntar esos temas inmediatos, de juventud indómita y editarlo en disco. Aquel primer trabajo fue lógicamente un bombazo, ya que aparte de esos singles que eran auténticos chupinazos, se notaba en la banda que había una buena base para el futuro y que no serían flor de un día glorioso. Y es que, en su segundo trabajo, Favourite Worst Nightmare sigue habiendo singles demoledores, incluso para mi algunos de los más míticos del grupo, pero sobre todo es muy de destacar la madurez que alcanza el grupo al realizar su primer disco como tal, es decir no teniendo que juntar los temas que ya tenían, sino parir unos nuevos y darle un concepto y una idea al trabajo. Musicalmente el grupo sigue haciendo garage-punk, brit-pop, post-punk, todo mezclado en una coctelera perfecta, aunque hay que decirlo, la lírica no sea tan importante y hablan en ocasiones de personajes expuestos en aprietos existenciales y diversas estampas urbanas. Es por esto, que la música sobresale, y ahí las guitarras punzantes y angulares, la voz de Alex Turner puntualmente neurótica y ese bajo de esencia funk, más la batería descomunal empaquetan temas de una indudable calidad y prestancia.Nunca ha de olvidarse que una banda que nació tan jóven y a una edad tan temprana, ha ido desarrollando una carrera para mi impecable, y desde luego con este segundo álbum dejaron claro que lo suyo era muy importante.La formación (intocable a día de hoy) era Alex Turner a la guitarra y voz, Jamie Cook a la guitarra solista, Nick O'Malley al bajo y Matt Helders a la batería.
Empieza el disco con un absoluto bombazo de single como Brianstorm, tema furioso y compacto, con esas guitarras vertiginosas, esos cambios de ritmo brutales, y esa sección rítmica que lo clava y abruma, un auténtico hit para empezar. Teddy Picker es una obra maestra en si misma, con una preciosa melodía comandada por bajo y guitarra a la que complementa a la perfección ese tremendo batería, mientras Alex a la voz despacha la letra, uno de esos himnos que marca a una generación y que a día de hoy ponerlo en una sesión (yo lo suelo hacer) sigue removiendo al personal, con esas paradas y vueltas a empezar. D is for Dangerous se inicia con el bajo desatado (qué maravilla) para que la voz también descontrolada de Alex y sus coros entren a saco y luego una base de guitarras se una a la melodía de manera tremenda y destaquen, menudo trío de canciones para empezar un disco. Balaclava agudiza el sonido funk del bajo, donde guitarras y batería nos llevan por una melodía vertiginosa que con sus cambios de ritmo resulta de lo más acertada, además del final singular con el bajo dominando. Fluorescent adolescent es un medio tiempo glorioso, de esas melodías fácilmente recordables y con un soniquete fantástico que le hace muy cantable y disfrutable, sin duda un tema clásico y fundamental en sus directos con ese estribillo coreable y adictivo. Only ones who know aporta la pausa necesaria después de tanto fervor, una pieza de descanso de los guerreros que engarza y hace de nexo de unión entre dos partes grandes del trabajo.Do me a favour con el inicio de la batería hasta la entrada del bajo, es una gran canción que empieza tranquila para luego desarrollar una melodía bonita, en un medio tiempo excelente con un puente precioso y muy destacable su fiero final. This house is a circus es una canción que donde el bajo vuelve a mandar, y su melodía gana con la potencia de las guitarras, además de ese aire psicodélico que le da un toque distinto. If you were there, beware con el bajo y una guitarra dando la intro para luego unirse a batería y la otra guitarra tiene un comienzo brutal, que se desata en la aparición de una buena melodía, una canción que tiene multitud de detalles, todos ellos solucionados de manera tremenda con ese rush final de lo más potente. Tha bad thing es un tema rápido, alegre y muy bien ejecutado, donde todos los instrumentos lucen en un despliegue sobrado. Old yellow bricks es un tema muy cautivador, con ese bajo que marca el ritmo, sus cambios preciosos y un riff de guitarra que es una maravilla, brutal tonada. 505 finaliza este gran disco, una canción crepuscular con influencias de Procol Harum (ese teclado) y diría que Ennio Morricone al inicio, de gran desarrollo que va de menos a más cogiendo ritmo y fuerza (espectacular su cambio a media canción) para terminar siendo un medio tiempo glorioso, una pieza que me sigue atrapando.No entiendo a veces a gente que acusa de ser a esta banda flor de un día, o que no tiene discos buenos... je, je... debe ser que no escuchan bien sus discos, aunque claro para gustos colores y puede que nunca lleguen a oídos supuestamente cultos.
En resumen un disco completísimo y que tiene de todo, además de demostrar la ya temprana madurez de un grupo que estaba en un momento de gracia compositivo, y fue muy buen aprovechado para sacar un disco de altos vuelos.Os dejo con el tema Teddy Picker.