Are We Arc? – Trust

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Pues un ligerillo regusto a decepción sí que me ha dejado lo nuevo de Robert Alfons, qué le vamos a hacer. El ya de por sí Difícil Segundo Disco, un escollo especialmente complicado para aquellos grupos que han sacudido el panorama musical con un debut cargado de ideas, se antojaba una tarea hercúlea para el firmante del flamante “TRST“, un disco del que, como ya ha quedado claro en estas páginas, continúo a día de hoy perdidamente enganchado.

La cuestión es que , dos años después de aquel soberbio tratado de oscuro synth-pop que orillaba en el EBM más (en el buen sentido de la palabra) chungo, acaba de publicarse de forma oficial (concretamente, la semana pasada de la mano de Arts & Crafts) el que es su continuador, un disco que con el título de “Joyland“, y definido por Alfons como “una erupción de agallas, anguilas y alegría”, presenta algunas novedades. La primera y más evidente, la ausencia de Maya Postepski, volcada plenamente y de forma exclusiva en su proyecto como Austra, pero no es la única: parece como si el chico hubiera decidido abrir las ventanas y ventilar un poco el viciado (y vicioso) aire que se respiraba en aquel primer álbum, y dejar de paso que entre un poco de luz. El cambio es interesante, pero pese al entusiasmo con que ha sido recibido en algunos medios, no puedo evitar echar en falta toda aquella depravación y sordidez. Supongo que es cosa mía y que no es en ninguna forma aplicable a todos los grupos o estilos, pero al menos en lo que respecta a Trust, digamos que hubiera dado lo que fuera por un poquito más de lo mismo.

Los dos primeros singles ya avisaron del cambio de tendencia: “Rescue, Mister“, sin estar mal, abusaba a mi parecer un pelín del efecto pitufero que tanto parece gustar ahora a su autor (¡con lo que me gusta a mí la incomodidad que puede llegar a producir su voz, a medio camino entre el falsete y el mal rollo!), y aunque “Capitol” enmendaba las cosas, le faltaba el punch para acelerar el pulso del que esto escribe. De modo que las expectativas no se dispararon hasta el tercer avance, el que a día de hoy (quizá sólo “Icabod” podría discutírselo) me parece el mejor corte de los once que componen el álbum, y curiosamente el que quizá menos representa el sonido de Trust, tal y como lo habíamos conocido hasta ahora.

Veamos: “Are We Arc?” marca un cambio de tendencia con su producción espaciosa (bye, bye, claustrofobia), y un tempo decididamente distinto a aquel con que Alfons había logrado sus mayores dianas. El tema no es otra cosa que una balada de synth-pop introspectivo, alejada por tanto de las pistas de baile y los ambientes de corrupción a los que habíamos acabado por habituarnos, en la que se alternan con gusto exquisito (“Blue Dress” de Depeche Mode no está tan lejos) los motivos contrapuestos: luz y oscuridad, salvación y condena, tristeza y ¿alegría?, graves guturales y falsetes punzantes. Ideado en la falda de un volcán argentino e inspirado, según palabras de su autor, en la paciencia y en la lava, la canción es una erupción de sensibilidad de la que uno sale, curiosamente, con el corazón helado. ¿Ligera decepción, decía al principio? Tal vez, pero mientras sus discos contengan canciones como esta, Trust mantiene toda mi confianza.

Publicado en: RevelacionesEtiquetado: 2014, Arts & Crafts, Joyland, Synth-Pop, TrustEnlace permanente2 comentarios