102 nietos robados por la dictadura argentina han sido encontrados, hasta el momento, por las Abuelas de Plaza de Mayo. Esas madres que un día, para subvertir la prohibición de manifestarse en la dictadura, comenzaron a girar y a girar, como locas y no han parado hasta ver a los genocidas donde deben estar: en la cárcel.
A Videla y a Bignone, y a otros 9 acusados, la justicia en un país llamado Dignidad, les acaban de condenar a 50 años por el robo sistemático de bebés. Algunos ya estaban condenados a cadena perpetua por los crímenes cometidos. Pero el fallo dignifica la justicia y sitúa los derechos humanos por encima de cualquier otra consideración.
Ha quedado demostrado en el juicio, que la apropiación de bebés respondía a un plan sistemático diseñado desde la cúpula del Estado. Y así lo reconoce la sentencia al considerar que se ejerció el 'terrorismo de Estado' mediante 'la práctica sistemática y generalizada de sustracción, retención y ocultamiento de niños menores de 10 años', bajo un 'plan general de aniquilación'.
Videla se sabe cadáver. Un cadáver para el cual el pueblo argentino va a tener más respeto que el que tuvo él por sus víctimas. Hay que recordar las últimas declaraciones de este abyecto ser para darse cuenta del verdadero rostro del fascismo.
Me alegro por el fallo y muestro, una vez más, mi envidia. Mientras en Argentina muestran la línea que hay que seguir para parar el fascismo, en este país, que se la da de modélico exportando transiciones de amnesia, cualquier investigación de los crímenes cometidos por la dictadura franquista es sistemáticamente abortada por los poderes fácticos que pueblan la judicatura.
LOS COMENTARIOS (1)
publicado el 07 julio a las 18:18
El fallo va mucho más allá de condenar al genocida Videla, que ya había sido condenado. El fallo prueba que hubo un plan sistematizado de robo y desaparición de bebés entre las dictaduras de América del Sur. Se basa en el caso de la nieta del escritor juan Gelman, quien estuvo desaparecida hasta hace pocos años, en realidad nacida en Argentina durante el cautiverio de su madre en un campo de concentración y adoptada por una familia en Uruguay.