La idea se va afianzando partido tras partido. La ideología del director técnico de a poco se va metiendo en la cabeza de los jugadores y el primer tiempo disputado hoy por la Argentina, demuestra que el equipo se siente cómodo y tiene un futuro prometedor si corrige algunos detalles.
Desde el primer segundo, la posesión de la pelota y las mejores oportunidades de gol fueron para la Argentina. Estados Unidos se plantó en su campo, dándole la iniciativa a la albiceleste y apostando a alguna jugada aislada. Messi era el dueño del equipo, Lavezzi y Di Maria acompañaban con gambetas y un movimiento constante por todo el frente de ataque, los laterales se proyectaban siempre y se mostraban como opciones de pase y el medio campo formaba un triángulo con Mascherano-Cambiasso-Banega, que se apoderó del balón y manejó a piacere el juego en esa primera etapa.
La contundencia en el área rival (¿Higuain la solución?) será algo que el entrenador deberá corregir de cara a la Copa América. Argentina creó al menos siete chances y recién a los 41 minutos, pudo abrir el marcador. Lavezzi habilitó a Messi, éste tiró un centro que Di Maria conectó de derecha, pero Howard impidió el tanto, aunque Cambiasso aprovechó el rebote y le puso justicia al resultado.
Los primeros 45 minutos, probablemente hayan sido lo mejor de la era Batista, pero el equipo se relajó y disminuyó su rendimiento en el segundo tiempo. En el comienzo del complemento Di Maria tuvo un par de oportunidades, pero no logró concretar, mientras que Estados Unidos adelantó sus líneas y se animó a hacerle frente a la Argentina.
A los 13, el local aprovecharía una pelota parada para igualar el trámite. Luego de un cabezazo de Bocanegra, Andujar dio rebote y Agudelo empujó la pelota a la red. Otro ítem que deberá solucionar el conjunto argentino: la pelota parada. Es real que por la predilección de Batista hacía los jugadores técnicos, el equipo pierde un poco de altura, así que el entrenador deberá encontrar algún recurso para mejorar esto.
Con el correr de los minutos, a la Argentina le costó mucho generar juego asociado como en el primer tiempo. Estados Unidos volvió a cerrarse y le clausuró todos los caminos a los de Batista, que con alguna genialidad de Messi pudo haber metido el segundo, pero nuevamente falló en los últimos metros.
Se rescatan varias cosas positivas luego de este amistoso, como la paciencia para esperar a que llegue el gol, la rotación y movilidad que le imprimió Batista a todos los jugadores, la saludable intención de avanzar tocando y cuidando la pelota, saliendo limpio desde abajo y evitando el pelotazo. También se podrá criticar la falta de definición en el área contraria, las desatenciones en la pelota parada rival y la falta de coordinación de movimientos para recuperar la pelota, pero en líneas generales, la Selección dejó una buena imagen. Todavía tiene tiempo el técnico para terminar de forjar su equipo y en la Copa América demostrar todo su potencial. La sequía de títulos en la mayor ya no puede seguir agrandándose..