“Que tenemos al mejor del mundo y hay que hacer un equipo para él”, “Hay que rodearlo con jugadores que sientan el fútbol como él”, “Tenemos que copiar al Barcelona para hacerlo sentir cómodo”. Esas y tantas frases más, se vienen repitiendo hace bastante tiempo en la Argentina. Partido a partido, Lionel Messi demuestra que es el mejor jugador del planeta, pero el equipo de Batista aún no logra ayudarlo del todo, sólo de a ratos se ve el fútbol que pretende el entrenador. La selección volvió a ganar como en su último amistoso frente a Brasil, pero nuevamente no superó las expectativas generadas.
Con la idea de salir jugando siempre, intentar ser prolijo con la pelota y esperar en la mitad de la cancha para presionar, Argentina no empezó el encuentro de la mejor manera. Portugal si apretó bien arriba y provocó varios errores de los defensores del elenco nacional. Nani se cargó el equipo al hombro y complicó bastante al debutante Marcos Rojo.
Batista había anunciado que Messi iba a jugar de 9, pero siempre se lo vio muy retrasado en el campo, cerca de Mascherano, intentando empezar la jugada desde muy atrás, dejando en evidencia la poca capacidad de Cambiasso y Banega de llevarle la pelota al crack del Barcelona (no están ni cerca de Iniesta y Xavi). Pero tener al mejor de todos tiene sus privilegios y a los 14 minutos Messi inventó una jugada por la banda derecha, Lavezzi arrastró marcas con un movimiento excelente y Lionel asistió a Di María, para que el “Fideo” defina suave al segundo palo.
Hasta ese momento, el otro crack no había gravitado en el juego, aunque a Cristiano Ronaldo nunca se lo puede descuidar. A los 20, cayó al área un centro desde la derecha, Almeida le ganó en el salto a Burdisso y el hombre del Real Madrid la empujó a la valla argentina para igualar el encuentro ante la tardía salida de Romero. Con el correr de los minutos, la presión de Portugal cesó y Argentina se pudo acomodar mejor en la cancha. Logró tener más dominio de pelota, adelantarse en el campo de juego y a pesar de no poseer oportunidades netas de gol, finalizó mejor que Portugal la primera etapa.
El arranque lusitano luego del complemento fue una furia. A los 30 segundos, Ronaldo desbordó por izquierda y Almeida cabeceó desviado. Los dirigidos por Paulo Bento volvieron a presionar la salida argentina y Almeida tuvo una chance inmejorable de convertir el segundo, pero solo frente al arco la tiró afuera. La defensa nacional daba muchas ventajas, Zanetti y Rojo eran superados varias veces y Milito era el único que se salvaba entre tanto desconcierto.
Portugal bajó la intensidad con la que había comenzado y Argentina volvió a animarse un poco más. Rojo casi moja en su estreno, pero su cabezazo se fue muy cerca del palo derecho de Rui Patricio. Los minutos pasaban, ambos conjuntos se prestaban el balón y ninguno tenía profundidad para cambiar el resultado. Las mejores chances se daban por la vía aérea (Pastore tuvo un cabezazo que no fue gol por poco).
El ingreso del “Burrito” Martínez fue un click en el juego. El delantero de Vélez ingresó con mucha actitud y en una de sus participaciones, fue derribado dentro del área por Fabio Coentrao. Messi se hizo cargó de la ejecución y con mucha tranquilidad estableció el 2-1 final para la Argentina.
Se nota que la intención de jugar por el piso está. Falto precisión y un poco de profundidad en ataque. Habrá que seguir disputando partidos amistosos para ensamblar el engranaje y darle tiempo de trabajo a Batista para plasmar su idea. Messi demostró que es indispensable y Milito avisó que puede ser el caudillo que le falta a este equipo. La defensa y el arquero en general no dieron muchas garantías (Rojo debe seguir sumando experiencia), da la sensación de que o Cambiasso o Banega está de más (se podría probar con Pastore), Lavezzi no aprobó el examen y Di María tiene momentos y momentos. Es cuestión de esperar, darle tiempo a estos jugadores y que el entrenador pueda trasladar ese discurso tan bello que tiene al verde césped.