Ángel Di María, Diego Braghieri, Guillermo Burdisso y Jonathan Gómez, entre otros, conformaron una camada que ilusionó a la mitad de Rosario. Sin embargo, muchos de esos futbolistas sufrieron el descenso con Central y quedaron marcados para siempre. Gervasio Núñez también integró aquella generación que finalmente perdió la categoría en 2010, ante All Boys. El argentino exiliado de la semana dejó atrás su pasado y hoy defiende la camiseta roja del Wisla Cracovia, campeón vigente de Polonia.
Más allá del trago amargo vivido en el Canalla, su historia en dicho club comenzó cuando sólo tenía 13 abriles. Nacido en Formosa, arribó a la institución rosarina para probar suerte, al igual que miles de chicos en muchísimos clubes. La fortuna estuvo de su lado y pasó a integrar la novena división.
“A veces, en inferiores, uno piensa en volverse a su lugar de origen porque las cosas no salen como uno quiere. Pero siempre tuve gente que me apoyaba. Me quedé a pelearla hasta lo último porque en Formosa en lo futbolístico no hay casi nada”.
A lo largo de su estadía en la ciudad santafecina, llamó la atención de Independiente, que ofreció una cifra cercana a un millón de dólares. Otro club que estuvo a punto de cerrar su traspaso fue el Chacarita de Ricardo Zielinsky, aunque la venta no se concretó por la intervención del entrenador Ariel Cuffaro Russo, quien lo consideraba demasiado.
Empero, en junio de 2010, el formoseño abandonó la entidad que lo vio nacer. Tras perder su lugar en la elite del fútbol argentino y padecer la renuncia del presidente Horacio Usandizaga, Central se sumergió en un ambiente completamente anárquico. Por ello, el timón del barco pasó a manos de agrupaciones políticas que pujaban por el poder y que decidieron transferir a su joya a Quilmes. “El descenso fue un golpe tremendo, pero me hizo crecer y madurar”, había comentado Núñez.
Danelón y Núñez, desolados tras el descenso de Central.
Seguramente, uno de los objetivos del jugador en la escuadra cervecera representaba sanar la herida que había significado el descenso de la temporada pasada. No obstante, en el Sur también tuvo el mismo destino y en junio de 2011 los hombres de Ricardo Caruso Lombardi se despidieron de la Primera División, en el marco de una jornada de alto voltaje.
Más allá de haber pertenecido a un cuadro tan popular como el de Arroyito, Núñez siempre mantuvo un perfil humilde. Asados en familia, reuniones con amigos y citas con su pareja caracterizaban su vida cotidiana. En el Viejo Continente se vio sorprendido por las costumbres culinarias, diferentes a las argentinas: “Un día que vi un compañero comer pastas con yogur. También había uno de los muchachos comiendo arroz con manzana… Tenía ganas de decir que lo invitaba un churrasco”.
Antes de partir hacia el exterior, Gervasio Núñez dio pruebas de su vocación ofensiva en las canchas de nuestro país. Confeso seguidor de la Premier League inglesa, en estos momentos cumple roles más defensivos y se ha acostumbrado al estilo europeo. Mientras sueña despierto con la selección argentina o desempeñarse en una liga más reconocida, sigue desarrollando su carrera en la fría Polonia.
Declaraciones: Goal.com y La Capital de Rosario.
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