El subjetivismo ético es un tipo de relativismo ético basado en los sentimientos. Además de que lo bueno y lo malo existen subjetivamente, lo bueno y lo malo también existen objetivamente, por lo tanto el subjetivismo ético está rebatido. El subjetivismo ético también se rebate a sí mismo por sus propias contradicciones: en su versión llamada «subjetivismo simple», queda rebatido porque no puede explicar nuestra falibilidad y porque no puede explicar los desacuerdos; y en su versión llamada «emotivismo ético» éste entra en contradicción lógica al dar la razón a dos opiniones contrarias derivadas de asumir que las emociones y los sentimientos nos indícan qué es cierto en un sentido ético.
Palabras clave: emociones, emotivismo ético, sentimientos, subjetivismo ético
Algunas personas dicen que «las opiniones éticas no están basadas en la razón, sino sólo en los propios sentimientos». Este argumento es un tipo de relativismo ético llamado «subjetivismo ético». El subjetivismo ético es la idea metaética según la cual la Ética no se fundamenta en la razón, sino sólo en los propios sentimientos. Según el subjetivismo ético, en la Ética no existe algo «objetivamente» correcto o incorrecto, es decir, en temas éticos nadie tiene la razón sobre los demás. Algunas personas utilizan este argumento cuando apelan a sus «instintos» o a sus sentimientos para justificar éticamente determinados comportamientos. Sin embargo, guiarse por un «instinto» o por intensos sentimientos propios es contrario a guiarse por la razón. Cuando alguien intenta justificar éticamente un comportamiento apelando a su «instinto» o a sus sentimientos (amor, gusto, etc.) está rechazando la racionalidad y por lo tanto también está rechazando la Ética. En otro artículo demostré que además de que lo bueno y lo malo existen subjetivamente, lo bueno y lo malo también existen objetivamente[1], por lo tanto el subjetivismo ético está rebatido. El respeto a los seres sintientes debe ser por racionalidad, no por gusto ni por amor, aunque apelar al amor puede ser una buena estrategia para convencer a personas poco racionales. Debemos utilizar la razón para controlar nuestras emociones y sentimientos, y así poder reflexionar y comportarnos de manera ética. A continuación explico los dos tipos de subjetivismo ético existentes y cómo están rebatidos por sus propias contradicciones internas:
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Antecedentes históricos del subjetivismo ético
Ya en el siglo V a. C., Protágoras (485 a. C. - 411 a. C.) decía que cuando alguien afirma «esto es justo», tan sólo expresa una sensación de agrado, y cuando alguien dice «esto es injusto» no hace otra cosa que expresar una sensación de desagrado; y como las sensaciones son variables entre los seres humanos entonces lo justo y lo injusto son relativos: nadie tiene la razón sobre qué es justo y qué es injusto.
En el siglo XVIII, David Hume (1711-1776) defendió en su libro «Tratado de la Naturaleza Humana» (1740) que la razón es incapaz de ayudarnos a discernir lo bueno de lo malo, es decir, defendió que la Ética surge de emociones con las que se pretende provocar actitudes a los demás: «Sea el caso de una acción reconocidamente viciosa: el asesinato intencionado, por ejemplo. Examinadlo desde todos los puntos de vista posibles, a ver si podéis encontrar esa cuestión de hecho o existencia a que llamáis vicio... Nunca podréis descubrirlo hasta el momento en que dirijáis la reflexión a vuestro propio pecho y encontréis allí un sentimiento de desaprobación que en vosotros se levanta contra esa acción. He aquí una cuestión de hecho: pero es objeto del sentimiento, no de la razón».
El subjetivismo ético
El subjetivismo ético tiene dos teorías metaéticas: el subjetivismo simple y el emotivismo ético.
El subjetivismo simple
La versión más simple de subjetivismo ético es el llamado «subjetivismo simple»: cuando una persona dice que algo es éticamente bueno o malo, esto sólo significa que lo aprueba o que lo desaprueba, es decir, según el subjetivismo simple, el lenguaje ético son descripciones sobre la actitud del hablante, describe un hecho, el cual puede ser verdadero o falso dependiendo de si el hablante dice la verdad o miente respecto a sus sentimientos. Por ejemplo, como a Jesulín la tauromaquia le produce buenos sentimientos entonces opina que «la tauromaquia es algo bueno», pero como a María la tauromaquia le produce malos sentimientos entonces opina que «la tauromaquia es algo malo», y según el subjetivismo ético ninguno de los dos tendría la razón sobre el otro, los dos estarían diciendo la verdad, pues ambos dicen lo que sienten.
Y de manera similar:
El subjetivismo simple presenta dos objecciones principales:
- El subjetivismo simple no puede explicar nuestra falibilidad. El subjetivismo simple implica que cada uno de nosotros es infalible en sus juicios éticos, pero a veces las personas se equivocan al juzgar algo y entonces corrigen su opinión. Alguien puede sentir que dice la verdad cuando aprueba o desaprueba un determinado hecho y por lo tanto, según el relativismo simple eso significaría que dice la verdad, pero si esa persona cambia de parecer entonces se contradecería con lo que decía antes, por lo tanto el subjetivismo simple es ilógico.
- El subjetivismo simple no puede explicar los desacuerdos. En el caso de los desacuerdos, cuando una persona dice: «X es éticamente correcto» y otra dice: «X es éticamente incorrecto», no están realmente en desacuerdo. Están, de hecho, hablando de cosas completamente distintas: cada quien está formulando un enunciado acerca de su propia actitud, con la que el otro puede perfectamente estar de acuerdo. Pero, según este argumento, la gente que dice tales cosas está realmente en desacuerdo y, por tanto, el subjetivismo simple no puede ser correcto.
Ante la refutación del subjetivismo simple, algunas personas abandonaron el subjetivismo ético y otras crearon otra teoría metaética más refinada: el emotivismo ético.
El emotivismo ético
La teoría del emotivismo ético fue desarrollada principalmente por Charles L. Stevenson (1908-1979) y también por Alfred Jules Ayer (1910-1989), llegando a ser una de la teorías metaéticas más influyentes del siglo XX. Según el emotivismo, el lenguaje ético no describe hechos, no transmite información, sino que se usa como medio para influir sobre la conducta de la otras personas. Por ejemplo, cuando alguien dice «yo desapruebo la homosexualidad» eso no describe un hecho, sino que es equivalente a decir «la homosexualidad… ¡qué asco!» o «¡no cometas actos homosexuales!» u «ojalá no hubiera homosexualidad». El emotivismo supera las objecciones que se le planteaban al subjetivismo, puesto que las órdenes y las expresiones de actitud no son verdaderas o falsas, por lo tanto la gente no puede ser «infalible» con respecto a ellas. Stevenson llama la atención sobre la diferencia entre un desacuerdo de actitudes y un desacuerdo acerca de actitudes. Dos personas pueden estar de acuerdo en todos sus juicios acerca de sus actitudes: están de acuerdo en que uno se opone a algo y el otro lo favorece, pero están en desacuerdo en sus actitudes. El subjetivismo simple no podía explicar el desacuerdo moral porque, una vez que interpretaba los juicios morales como enunciados acerca de actitudes, el desacuerdo se desvanecía; el emotivismo supera esta prueba.
El emotivismo ético presenta una objección principal:
- El emotivismo no puede explicar el lugar que ocupa la razón en la ética. Para el emotivista un juicio moral es como una orden: es ante todo un medio verbal para tratar de influir sobre las actitudes y la conducta de la gente. La idea de las razones que va naturalmente con esta idea básica es que las razones son cualesquiera consideraciones que tengan el efecto deseado, que influyan sobre las actitudes y la conducta del modo deseado. Pero consideremos lo que esto significa. Supongamos que estoy tratando de convencerte de que Jesulín es un hombre malo (estoy tratando de influir sobre tu actitud hacia él), y tú estás resistiendo. Como yo sé que tienes prejuicios racistas, te digo: «Sabes, Jesulín es judío». Eso funciona; tu actitud hacia él cambia, y convienes en que es un bribón. Parecería que para el emotivista, entonces, el hecho de que Jesulín sea judío es, por lo menos en algunos contextos, una razón que apoya el juicio de que es un mal hombre. De hecho, Stevenson adopta exactamente esta perspectiva. En su clásico libro «Ética y Lenguaje» (1944), dice: «Cualquier descripción acerca de cualquier hecho que cualquier hablante considere que probablemente cambiará actitudes puede aducirse como una razón en favor o en contra de un juicio ético». Obviamente, algo ha salido mal. No cualquier hecho puede contar como una razón para apoyar cualquier juicio. Por una parte, el hecho debe ser pertinente para el juicio, y la influencia psicológica no necesariamente lo hace pertinente. (Ser judío no tienen nada que ver con ser malo, cualesquiera que sean las conexiones psicológicas que estén en la mente de alguien.) Por lo tanto el emotivismo parece defectuoso, y con él la idea del subjetivismo ético queda en duda.
Monólogo de Jim Carrey - Impulsos (subtitulado en español) (Link)
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Según el famoso antropólogo estadounidense Marvin Harris, los humanos no tienen instintos y es la cultura la que nos ha hecho lo que somos, aunque ésta signifique reducir nuestras posibilidades de sobrevivir como especie.
EL SENSOCENTRISMO NO ES SENTIMENTALISMO BARATO
Emociones y sentimientos son procesos psíquicos que debemos tener en cuenta para respetar al individuo, pero no debemos confundir sensocentrismo con sentimentalismo barato, ese mediante el cual cualquiera puede sentirse ofendido por cualquier cosa. El sentimentalismo barato es mencionado por Andrew M. Lobaczewski mediante el nombre de «histerización», pero haciendo referencia al peligro que supone, no ya sólo en las relaciones personales, sino en su aspecto social[2]:
«Las características psicológicas de cada crisis son únicas a cada cultura y época, pero un denominador común que existe al comienzo de tales “tiempos malos” es una exacerbación de la condición histérica de la sociedad. El emocionalismo que domina en la vida individual, colectiva y política, combinado con la selección subconsciente y la substitución de datos al razonar, conducen al egoísmo individual y nacional. La manía de sentirse ofendido por nada provoca respuestas constantes, aprovechándose de la hiperirritabilidad y de la hipocresía por parte de los demás. Es esta característica, esta “histerización” de la sociedad, que permite a conspiradores patológicos, a víboras encantadoras, y a otros depravados primarios actuar como factores esenciales en los procesos de creación del mal en la escala macro-social». Andrew M. Lobaczewski
El sentimentalismo barato es un subproducto del liberalismo individual llevado a su grado máximo. El sentimentalismo barato lleva a cada individuo a la imposición, mediante el contagio, de la tiranía emocional personal hacia los otros, a un irracionalismo exacerbado, generador de odio y finalmente de violencia.
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NOTAS Y REFERENCIAS
[1] Argumento: "El veganismo es puro moralismo. No existe el bien ni el mal, tan sólo existen intereses relativos al sujeto"
[2] RespuestasVeganas.Org - Ponerología política: una ciencia de la naturaleza del mal ajustada a propósitos políticos (Andrew M. Lobaczewski, 1998) (Parte 1)
NOTICIAS RELACIONADAS
- (11/06/2012) prensa-latina.cu - Drogas sintéticas, probable causa de actos de canibalismo en EE.UU.
MÁS INFORMACIÓN
- es.wikipedia.org - Actitud
- RespuestasVeganas.Org - El malestar en la cultura (Sigmund Freud, 1929)
BIBLIOGRAFÍA
- Horta, Óscar. "Método y justificación en ética: antropocentrismo definicional e intuiciones morales", Universidade de Santiago de Compostela. ÁGORA, Papeles de Filosofía, 2007, 26/1: 129-137. (Fuente2)
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