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Armstrong le da la puntilla al ciclismo

Publicado el 23 octubre 2012 por Aposilio @aposilio

Parece increíble que hayan tenido que pasar siete años para conocer que el mejor ciclista de todos los tiempos logró sus hazañas porque estaba dopado


Armstrong le da la puntilla al ciclismo

Fuente: gq.com.mix

La Unión Ciclista Internacional (UCI) ha decidido sancionar de por vida al ciclista estadounidense Lance Armstrong y retirarle los siete Tour de Francia que consiguió a los largo de su carrera deportiva por haberlos logrado con trampa, pues durante sus años de dominio absoluto en esta actividad montó el que ha sido definido como el programa de dopaje más elaborado, profesionalizado y exitoso jamás visto en el deporte. Es decir, el ciclista más laureado de la historia engañó durante años, no solo a los millones de aficionados que siguen este deporte, sino, lo que es más inaudito, a las autoridades deportivas y a los organizadores de las carreras, que fueron incapaces de averiguar los tejemanejes de este impostor. Y lo que es más grave, la farsa la llevó a cabo con el conocimiento y colaboración de decenas de personas. Y nadie fue capaz de averiguar ni un solo hilo de esta trama. Lo dicho: increíble.
Esta decisión de la UCI debería tener muchas más consecuencias de las vistas hasta ahora. Por muy avanzado que tuviera el equipo estadounidense US Postal el método para doparse y mejorar con trampas el rendimiento de sus corredores, el hecho de que tanta gente conociera las artimañas de los responsables de la escuadra debería haber facilitado su descubrimiento. Han sido ciclistas, directores, médicos, directivos y ayudantes de toda índole los involucrados en esta patraña. Además, muchos de ellos cambiaron de equipo después de pasar por esta fábrica de tramposos. Y , a pesar de todo, las autoridades deportivas, en Babia. Pues está ignorancia debería pagarse con toda una serie de dimisiones en la UCI, empezando por la de su presidente, Pat McQuaid, quien se limitó a pedir disculpas y excusarse con la falta de medios técnicos para descubrir el dopaje. Y seguir por los miembros de la Federación Ciclista de Estados Unidos. También habría que pedir responsabilidades a los directivos del US Postal en aquellos momentos, pues todos ellos o encubrieron la trama o su ignorancia era supina.

Armstrong le da la puntilla al ciclismo

Fuente: Ian.jpg

La confirmación de este nuevo caso de dopaje asesta la puntilla definitiva al ciclismo. No solo acaba con la imagen de un mito, sino que llena de inseguridad a toda esta actividad deportiva. Quién se va a creer ahora que el profesional capaz de coronar el Tourmalet, después de haber ascendido otras paredes del nivel del Marie Blanque, Aubisque o Luz Ardiden, por ejemplo, lo ha hecho gracias a la energía suministrada por los espaguetis, la ensalada y el arroz. Lo más fácil es que se piense en que ese magnífico y prolongado esfuerzo obedece a una transfusión de sangre o a un anabolizante de última generación. La sospecha ya se ha quedado instalada en la mente de los aficionados, y solo los más puristas y fanáticos de este deporte podrán mantener la ilusión por seguir viendo los demarrages de Alberto Contador, los esfuerzos de los hermanos Schleck o el alto ritmo de pedaleo de Bradley Wiggins.
Y en este caso parece no existir dudas de la fiabilidad de la investigación realizada por la Usada (Agencia Antidopaje estadounidense), que no solo dispone de las declaraciones de 26 personas que formaron parte de esta trama, entre ellos once ciclistas compañeros de Armstrong -cuatro de ellos en activo-, sino que disponen de toda una amplia documentación que acredita, entre otras acciones, el pago al médico italiano Michele Ferrari, urdidor de todo el programa de dopaje y famoso por sus tratos con esta actividad ilegal. Eso sí, han tenido que pasar siete años desde la última victoria (2005) del ciclista de Austin en la Grande Boucle para descubrirse este pasteleo. Demasiado tiempo. Aunque esto también tiene la lectura positiva de que el que la hace, la paga, aunque sea tarde.

Armstrong le da la puntilla al ciclismo

Fuente: pedaldasdepasion.com

Por cierto, ante esta situación puede plantearse la siguiente duda: ¿las autoridades españolas hubieran investigado con el mismo ahínco que las estadounidenses un caso de dopaje de esta magnitud? Me temo que no. Pues esa es una de las razones de que gran parte de esta confabulación se ideara y  llevara a cabo en Girona, donde residió durante cinco de sus años victoriosos el que fuera número uno del ciclismo mundial. Y parece ser que se trasladó a dicha localidad catalana porque los posibles controles policiales a los que pudiera ser sometido eran mucho más permisivos que en la localidad francesa en la que residía con anterioridad.  Y un ejemplo lo tenemos con el caso Contador, donde la Federación Española, así como las autoridades deportivas y políticas de este país, se aliaron con el ciclista madrileño por solidaridad nacional, frente a los organismos internacionales competentes, quienes sancionaron al de Pinto a pesar de los apoyos. Y no digamos de la famosa operación Puerto, donde los defectos de forma impidieron el castigo a los culpables.
El dopaje de Armstrong es todavía más dañino para el ciclismo que los de Ben Johnson o Marion Jones para el atletismo o el de Maradona para el fútbol. El ciclista estadounidense fue el número uno mundial durante siete años consecutivos. Ejerció su liderazgo de forma apabullante y había creado una aura de superhombre después de haber dejado atrás un peligroso cáncer de testículos. Era la imagen de la superación de la especie humana. Las grandes empresas le patrocinaban para aprovechar su tirón. Creo una Fundación para luchar contra el cáncer, que ha ayudado a muchos enfermos a salir adelante. Pero ahora todos le abandonan al conocerse que no jugaba limpio. Los que es difícil de entender es cómo podía dormir a sabiendas de que todo estaba basado en una mentira.

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