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La arquitectura multigeneracional está emergiendo como una tendencia significativa en el diseño de viviendas, abordando de manera integral las diversas necesidades de las familias modernas.
La estructura demográfica de nuestra sociedad está experimentando cambios significativos. Según la ONU, se estima que para 2050, más del 20% de la población mundial tendrá más de 60 años, frente al 9% en 2019. Con una población envejecida que vive y trabaja más tiempo, los altos costos de acceso a la vivienda y una tendencia creciente hacia la independencia prolongada en la vida adulta, surge la necesidad de replantear cómo abordamos los distintos segmentos de la población. Es evidente que el enfoque tradicional de segmentación urbana ya no es suficiente; en su lugar, es necesario considerar a las personas en múltiples espectros: edades variadas, capacidades cognitivas diversas, capacidades laborales diferentes y necesidades de cuidado y tiempos de ocio diversos.
Mientras tanto, el proceso mediante el cual nuestras ciudades se dividen en diferentes áreas o sectores tiende a organizarse cada vez más a lo largo de líneas socioeconómicas, generacionales y cognitivas. Este cambio dinámico en los centros urbanos presenta un desafío significativo que requiere intervenciones urbanísticas más precisas y adaptativas. Muchos espacios urbanos valiosos están infrautilizados o subutilizados, lo cual representa una oportunidad única para diseñar y repensar su uso de manera más inclusiva y sostenible.
La arquitectura multigeneracional se posiciona como una propuesta que cumple con estos requisitos ya que no solo promueve la convivencia de varias generaciones bajo un mismo techo, sino que también ofrece soluciones prácticas a desafíos contemporáneos como la asequibilidad de la vivienda y el cuidado de personas mayores. En un contexto donde la dinámica familiar y las condiciones económicas están en constante cambio, esta tendencia se presenta como una respuesta innovadora y eficiente.
Asequibilidad y longevidad
La vivienda asequible es uno de los desafíos principales del desarrollo urbano actual. El incremento en los costos de vida supone un obstáculo significativo para los jóvenes en busca de vivienda, mientras que las generaciones mayores enfrentan dificultades para encontrar entornos adecuados para su jubilación. Estos problemas han promovido una solución recurrente: el regreso a los hogares multigeneracionales, que se revela como una alternativa económica, legal y emocionalmente viable a considerar a largo plazo, tanto para la asequibilidad de la vivienda como para el cuidado de personas mayores. Al compartir recursos, las familias pueden reducir significativamente los costos de vida, y crean entornos más inclusivos y solidarios. Además, esta configuración permite a los adultos mayores permanecer en sus hogares por más tiempo, rodeados de familiares, lo que mejora su calidad de vida y reduce la necesidad de mudarse a instalaciones de cuidado especializado.
La vivienda multigeneracional hace posible utilizar el patrimonio acumulado por la generación mayor en su hogar para ayudar a la generación más joven a acceder al mercado inmobiliario. Además, compartir recursos entre generaciones puede hacer que la vivienda sea más asequible. Una casa multigeneracional bien diseñada permite que diferentes unidades familiares vivan de manera independiente, pero compartiendo recursos y espacios cuando lo deseen.
Si bien en los países latinoamericanos es una práctica estandarizada, la tendencia toma fuerza en Europa y América del Norte, en donde se asocia con factores económicos, pero también con cambios culturales impulsados por comunidades inmigrantes. Según datos de la División de Población de la ONU, cada día en los Estados Unidos, 10 mil personas cumplen 65 años y para 2050, el número de adultos mayores representará el 20% de la población nacional.
En Reino Unido por su parte, el informe «Aviva How We Live» reveló que en 2021 un tercio (34%) de los adultos vivía en hogares multigeneracionales, lo que equivale a más de 9 millones de hogares. La mayoría de estos hogares son aquellos donde hijos adultos aún residen con sus padres, seguidos por «hijos boomerang» que regresan después de la universidad. Además, hay un aumento significativo de adultos mayores viviendo con sus familias, por razones de salud o financieras, representando el 14% de estos hogares, o 1.28 millones en total.
Si bien la convivencia multigeneracional no es un fenómeno nuevo, es probable que este número aumente significativamente en el futuro debido a la disminución de la clase media, el prolongado período en el que los jóvenes viven en casa, los baby boomers jubilados que desean envejecer en su hogar, y una mayor esperanza de vida de la población en general. En este contexto, el hogar multigeneracional es un tipo de vivienda que necesita ser repensado seriamente.
Reimaginando el paradigma multigeneracional
Según un artículo de Metrópolis Magazine, diversas firmas arquitectónicas están reimaginando el hogar multigeneracional para maximizar el espacio y fomentar la independencia y privacidad de cada miembro de la familia, sin sacrificar la cohesión y el apoyo mutuo que caracterizan a estas estructuras familiares.
En el panorama arquitectónico contemporáneo se identifican distintas tipologías de viviendas multigeneracionales, cada una adaptada a diferentes contextos y necesidades familiares. Entre estas tipologías se incluyen viviendas con unidades adyacentes pero independientes, casas con áreas comunes y privadas claramente delineadas, y diseños modulares que permiten la flexibilidad de agregar o eliminar espacios según las necesidades cambiantes de la familia. En todos los casos, la flexibilidad y la adaptabilidad son elementos clave en el diseño de viviendas multigeneracionales.
De esta manera, abogando por un nuevo prototipo urbano donde la vida multigeneracional es la opción natural, surgen ejemplos como el Grange Triple Double en la ciudad de Toronto en Canadá. Se trata de una residencia multiunidad y multigeneracional ubicada en un lote doble ancho que apila una serie de unidades de alquiler, junto con una suite para abuelos y espacios habitacionales para una joven familia. Este proyecto comienza con la fusión de dos hogares: una pareja profesional con un hijo pequeño vende su pequeño condominio de una habitación; los abuelos venden su casa suburbana como una forma de reducir tamaño luego de la partida de sus hijos del hogar familiar. Juntos, las dos familias crean un nuevo arreglo de vida que permite autonomía, aprovechando al mismo tiempo los beneficios de la proximidad: los abuelos pueden cuidar a su nieto, mientras disfrutan de la seguridad de ser cuidados a medida que envejecen. La pareja profesional, por otro lado, se presenta una oportunidad para una nueva vivienda desde cero en la ciudad, que de otro modo sería inasequible.
Vivir de manera multigeneracional implica un compromiso temprano y continuo para gestionar eficazmente el costo y el uso de la casa a lo largo del tiempo. Estos proyectos se convierten en prototipos adaptables para la convivencia de tres o incluso cuatro generaciones, fácilmente reconfigurables para ajustarse a los cambios en las necesidades de los residentes, incluidas opciones de alquiler. A lo largo de su vida útil, la casa se convierte en una herramienta vital que equilibra los requisitos espaciales cambiantes con los costos proyectados.
Diseñando comunidades intergeneracionales
El enfoque en el diseño es crucial para el éxito de las viviendas multigeneracionales. Según Finnish Design Shop, la arquitectura multigeneracional debe considerar la adaptabilidad y la flexibilidad. Los espacios deben ser lo suficientemente versátiles para acomodar cambios en la composición familiar y en las necesidades individuales a lo largo del tiempo. Además, un diseño bien pensado puede fomentar una mayor interacción y cohesión social entre las generaciones, fortaleciendo los lazos familiares y promoviendo una convivencia armoniosa.
Un ejemplo de este enfoque es el diseño de espacios comunes que invitan a la interacción diaria, como cocinas y salas de estar compartidas, junto con áreas privadas que permiten la independencia de cada miembro de la familia. Este equilibrio entre lo común y lo privado es esencial para mantener la armonía en una vivienda multigeneracional.
Al igual que las consideraciones de diseño para la propia vivienda, una comunidad para todas las edades requiere atención cuidadosa a cómo los componentes individuales apoyan o inhiben una alta calidad de vida. Existe evidencia que documenta las conexiones entre las características del entorno construido y el aumento de problemas de salud crónicos, especialmente aquellos asociados con la obesidad, la falta de ejercicio, una dieta deficiente y la contaminación.
Crear un entorno de apoyo beneficia no solo a los hogares multigeneracionales, sino a todos los miembros de una comunidad. Al planificar para todas las edades, las comunidades pueden crear condiciones que permitan a personas de diferentes habilidades, circunstancias económicas y etapas de vida mantener una alta calidad de vida.
El diseño del entorno construido desempeña un papel crucial en la promoción de la vida multigeneracional en los vecindarios y ciudades. Esto incluye desde hogares hasta infraestructuras como negocios, calles, aceras, parques y otros espacios.
La vivienda que favorece la convivencia intergeneracional debe ir acompañada de inversiones en espacios comunitarios e infraestructura que faciliten conexiones sociales, movilidad segura e inclusiva, y acceso a servicios para todas las edades.
Para apoyar efectivamente la vida multigeneracional, es fundamental considerar varios componentes clave:
_ Programación y servicios de apoyo: Ofrecer programas y servicios que mejoren la calidad de vida para todas las edades es esencial. Esto incluye desde servicios de cuidado infantil y educativos hasta asistencia para adultos mayores y personas con discapacidades, como transporte adaptado.
_ Infraestructura de transporte inclusiva: Las necesidades de movilidad de las familias multigeneracionales son diversas y pueden complicarse con el envejecimiento. Es crucial desarrollar sistemas de transporte multimodales que sean accesibles para caminantes, ciclistas, usuarios de sillas de ruedas y conductores.
_ Espacios de encuentro inclusivos: La integración social es vital para los adultos mayores, quienes corren el riesgo de aislamiento. Diseñar viviendas con espacios comunes cerca de servicios comunitarios promueve la interacción y previene la segregación.
_ Parques y espacios al aire libre accesibles: Los parques y áreas verdes son fundamentales para la salud comunitaria. Es esencial diseñar estos espacios para todas las edades, proporcionando instalaciones como baños públicos y zonas de descanso que fomenten la seguridad y comodidad.
La vida multigeneracional no sigue un modelo único de vivienda y comunidad, sino que evoluciona con el tiempo para adaptarse a las necesidades cambiantes de las personas. A medida que las ciudades promuevan modelos y tipologías multigeneracionales, podrán satisfacer mejor la creciente demanda de viviendas que apoyen a hogares diversos, permitiendo que más familias y personas prosperen en todas las etapas de la vida. Por ello, representa una respuesta innovadora y necesaria a los desafíos actuales de la vivienda. Con un diseño cuidadoso que equilibra la privacidad y la comunidad, estas viviendas no solo ofrecen una solución práctica a la asequibilidad y el cuidado, sino que también promueven una convivencia enriquecedora entre diferentes generaciones.
Como tendencia en crecimiento, la arquitectura multigeneracional tiene el potencial de redefinir cómo vivimos y cuidamos unos de otros en el futuro. Este modelo no solo es una respuesta a las necesidades demográficas actuales, sino también una oportunidad para fortalecer el tejido social y promover la sostenibilidad urbana. Al abrazar la diversidad y la inclusión en el diseño urbano, podemos crear comunidades más resilientes y cohesionadas para las generaciones presentes y futuras, promoviendo la participación y el empoderamiento de todos los miembros de la comunidad y fomentando una profunda conexión y empatía entre personas de diferentes generaciones. De esta manera, diseñamos un futuro donde la contribución de cada individuo es fundamental para el bienestar colectivo.
La imagen que ilustra este artículo fue generada con Inteligencia Artificial.
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