El "Donut hall", hamburguesería hamburguesa, puesto de zumo de naranja
Elige dos posturas enfrentadas con dos arquitectos distintos para afrontar la crítica de un modo equilibrado y objetivo. Capella defiende la arquitectura que realmente apreciamos los arquitectos, con unos valores más cercanos a la pureza y simplicidad del movimiento moderno y sin este tipo de extravagancias simbólicas. Por otro lado el pintor y arquitecto Guillermo Pérez Villalta intenta defender los valores sociales más que arquitectónicos que aportan este tipo de objetos. Entrelineas del artículo podemos leer:
"Esta arquitectura de serie B no tiene espacio en los museos. Expertos como Capella, sin embargo, opinan que "la distancia entre este kitsch y el arte culto no es tan grande". Un ejemplo: el alabado pabellón español de Miralles-Tagliabue para la Expo de Shanghai 2010 se inspira en... un cesto de mimbre. ¿Qué lo separa de la cesta gigante de la empresa (de canastillos de pic-nic)Longaberger? "La arquitectura se inspira y evoca, pero no es literal", responde Capella."
"Capella no escatima en críticas: "Cuanto más cerca del objeto real, menos valor tiene". Sin embargo, el original diseño del equipo 360º Architects se ha convertido en "un destino habitual de los turistas y los conductores de Kansas City", según David Rezac, responsable del proyecto. Y eso que reconoce: "Este estilo literal en realidad no va con nosotros. Ni siquiera compartimos las teorías de Venturi...""
""Estos edificios tienen una parte de divertimento, de boutade, que excita", considera Pérez Villalta. El artista defiende "no rechazar lo hortera porque sí, sino estudiarlo seriamente". Y remata: "En este momento no vendría mal... pues la arquitectura, después del deconstructivismo, se ha vuelto excesivamente seria y estricta. Sería interesante un poco de desmadre bien hecho". Al margen de cánones y gustos, para Juli Capella "algunos de estos edificios resultan interesantes desde el punto de vista cultural y antropológico, como expresión de poder... y del egocentrismo de sus promotores"."
Si en una cosa no es estoy de acuerdo con las opiniones de Villalta en el artículo es cuando nos dice que "la arquitectura después del Deconstructivimo se ha vuelto excesivamente seria y estricta". Efectivamente la arquitectura de Eissenman es una arquitectura de la crueldad de la humanidad, pero por ejemplo la arquitectura de Koolhas es retórica y cargada de humor negro. Potenciando y dándonos a conocer la crudeza de los fines de nuestro ser, nos lo ridiculiza. Un gran ejemplo de ello es el capítulo de Long Island del libro Delirio de Nueva York en el que también se habla de un modo bastante positivo del tipo de arquitectura simbólica que hoy es objeto de este artículo.
Yo tengo que declarar que siento un cierto tipo de simpatía hacia este tipo de "arquitectura postmoderna" del frikismo. Para mí el agujero del donut, la hamburguesería hamburguesa o el puesto de zumos con forma de naranja se llevan la mayoría de mis puntos en mis votaciones. Ahora bien no considero que vaya a hacer nunca algún edificio similar puesto que mi figura es la del arquitecto y no la del escultor o el actor social de las que queda más cercano este tipo de fenómeno.
Casa "Vanna Venturi" de Venturi, "Plaza de Italia" de Charles Willard Moore y "Les Espaces dÁbraxas" de Ricardo Bofil
Yo no puedo rechazar el hecho de que soy un arquitecto más postmoderno que moderno. Vivo en un tiempo en el que ya quedo suficientemente demostrados los puntos débiles del Movimiento Moderno; ahora bien nunca me he identificado con la arquitectura de los Venturi, Charles Moore, o Bofill. Ya que tampoco comparto sus valores y de hecho me parece que es poca arquitectura y mucha arquitectura o teatro. De hecho me parece todo excesivamente hortera (incluso si este simple hecho no debe ser un argumento determinante).