“El cine argentino, protagonista del BAFICI” y “No al vaciamiento del cine y la cultura”. Así se titulan las gacetillas de prensa que se cruzaron ayer en vísperas del inicio del 21º Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente. Los organizadores del evento enviaron la primera y el Colectivo de Cineastas, la segunda. Se trata de dos versiones opuestas sobre la importancia acordada al cine nacional en la nueva entrega baficiana que arrancará esta noche con la proyección –en el Anfiteatro de Parque Centenario para el público y en el cine Gaumont para invitados especiales a la ceremonia de apertura– de Claudia, comedia de Sebastián De Caro, con Dolores Fonzi y, en un rol secundario, Lali Espósito.
El comunicado del Colectivo de Cineastas llegó el martes feriado, pasado el mediodía; la ¿respuesta? elaborada por la gente de prensa del festival, casi cinco horas después. Los primeros denuncian –con razón– la aplicación de un recorte “imposible de maquillar”, por el cual el 21º BAFICI se desarrollará en “menos salas” y con “menos películas, menos funciones, menos trabajadorxs, menos invitadxs”. También señalan “algunas secciones” que parecen un “refrito de películas según las pautas de consumo cultural retro” antes que “una apuesta de programación a la altura del festival”. A partir de estas observaciones, describen la crisis que el cine argentino atraviesa más allá del ámbito del festival y como “consecuencia directa de las políticas del INCAA y la Secretaría de Cultura de la Nación“.
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Circunscripta al BAFICI, la gacetilla oficial parece contestar la acusación “Tampoco hay películas argentinas en la Competencia Internacional”. De hecho, sus autores sostienen en el primer párrafo: “(…) dentro de la Competencia Internacional Oficial de Largometrajes se incluye Noemi Gold, una comedia porteña de Dan Rubinstein, coproducida con Estados Unidos y México; Los tiburones, la película ganadora del premio principal del Festival Cinelatino de Toulouse y la ópera prima de Lucía Garibaldi por la que fue premiada en Sundance, una coproducción entre nuestro país, Uruguay y España; y Monos de Alejandro Landes, una coproducción entre seis países que tiene como coguionista a Alexis Dos Santos, premiado en el BAFICI por Glue en 2006″.
La argentinidad de las obras mencionadas es discutible. Se trata de coproducciones financiadas parcialmente por nuestro país pero dirigidas por autores extranjeros: Rubinstein nació en Minnesota y reparte su tiempo entre Brooklyn, Los Ángeles, Berlín y México DF; Garibaldi es uruguaya; y aunque nació en San Pablo, Brasil, Landes se declara colombo-ecuatoriano. Nobleza obliga, corresponde aclarar que Dos Santos es porteño.
La mascota del BAFICI según el Colectivo de Cineastas.