Hace unos días, el Ayuntamiento instaló toda una hilera de bolardos en la acera de la entrada principal del Centro Comercial de Los Rosales. La intención era clara, terminar con la práctica habitual de numerosas furgonetas que, para hacer la carga y descarga de sus mercancías, se subían a la acera.
El Centro comercial dispone de dos entradas por esa zona destinadas a estos fines y otra gran entrada para vehículos pesados en la calle Manuel Azaña. Sin embargo, son muchas las empresas de paquetería que hacen su trabajo como expliqué más arriba. Un ejemplo claro son las furgonetas de Correos, una de las cuales provocó un accidente en Diciembre al desplazársele un palier de envíos y chocar éste con un vehículo que circulaba por la carretera de Los Fuertes. También utilizan esta zona, impidiendo muchas veces el paso de personas minusválidas o carritos de bebés, los empleados que hacen el reparto a domicilio de Carrefour. Estos aparcan encima del paso de peatones que hay justo antes de cocheras, o directamente sobre la acera.
Pero ahora que con los bolardos se pretendía terminar con este tipo de prácticas, alguien ha retirado uno de los bolardos, el de la esquina de arriba de todo, para poder aparcar ahí encima los vehículos. Los grandes beneficiados de esta desaparición misteriosa son, precisamente, los que realizan el reparto a domicilio del hipermercado, que por no bajar las mercancías en un ascensor hasta el lugar destinado a estos efectos, o retirarlas por el acceso de camiones de la parte de atrás, realizan sus trabajos bien encima de la acera, o bien encima del paso de peatones.
Esperemos que el Ayuntamiento, que ya conoce este problema, tome de una vez cartas en el asunto, porque como digo, los padres con bebés y las sillas de ruedas tienen que pasar por la carretera en un tramo con muchísimo tráfico.