El verano ha comenzado, dejando atrás las lluvias que han podido agravar los problemas de humedades en nuestro hogar. A pesar de que las manifestaciones de humedad son más evidentes en invierno, no es cierto que en verano desaparezcan, sino que puede ocurrir lo contrario.
En verano ventilamos mucho más nuestros hogares, de modo que el aire caliente contenido en el interior es capaz de absorber una mayor cantidad de humedad.
A su vez, este aire caliente se mezcla con el aire frío de las habitaciones en las que existe un mayor grado de humedad como sótanos, garajes y bodegas, enfriándose y facilitando la producción de hongos, mohos y ácaros, tan peligrosos para nuestra salud.
Es de todos conocido que el verano es una época en la que solemos aprovechar una parte de nuestras vacaciones para para realizar estas pequeñas obras que necesitamos en casa. La ausencia de lluvias y mal tiempo nos anima a preparar la casa para el próximo invierno. Entonces…por qué no plantearnos arreglar las humedades en verano también.
Los beneficios son claros:
El buen tiempo facilita el secado de los tratamientos que se aplican para arreglar las humedades. Aunque cualquier momento es adecuado, la ausencia de humedad en el ambiente acelera el proceso de secado, acortando el tiempo necesario para aplicar los nuevos revestimientos.
Además, el hecho de realizar una inversión para arreglar humedades en verano nos beneficiará en el invierno al reducir el gasto en calefacción. Cuanto más húmedo es el aire existente en el interior de nuestros hogares, más potencia es necesaria para calentar el ambiente.
Arreglar humedades en verano es una de las mejores inversiones que podemos realizar en nuestras casas para disfrutar de un invierno cálido y saludable.
Si has observado humedades en tu casa este invierno y estás interesado en conocer su origen y su solución contacta con Hogar Seco. Uno de nuestros técnicos especializados te visitará en tu domicilio para realizar un diagnóstico completo y gratuito sin ningún coste para ti.