Esta historia es absolutamente real.
Una mujer norteamericana, acabó el día en la cárcel por pegar a su marido, por según ella: tirarse demasiados pedos en la cama.
La mujer, después de ser reducida por tres agentes, explicó ya en comisaría, que el ruido causado por las flatulencias de su marido la despertó, y posteriormente se vio obligada a abandonar el dormitorio por el terrible hedor que estos produjeron. Al día siguiente, la mujer fue puesta de nuevo en libertad, y unos días después la mujer recibió una orden de alejamiento de su marido, seguro que ella lo recibió con alegría.