Los ricos también lloran.
Arrested development es una cómica serie de televisión que se mantuvo en antena durante tres temporadas (emitidas entre 2003 y 2006) a lo largo de cincuenta y tres episodios. Cada capítulo empieza siempre con la misma introducción: “A continuación la historia de una familia acaudalada que lo perdió todo y de un hijo que no tuvo más remedio que mantenerlos unidos a todos. Es arrested development”. De la misma forma, la serie siempre cierra cada episodio con un pequeño resumen donde se adelanta lo que sucederá en el siguiente capítulo. Lo realmente extraño del caso, es que lo que anuncian que sucederá en el siguiente episodio jamás terminaba sucediendo. Y es que, tal y como ya nos advierten en la introducción de la misma, esto no es una serie al uso, esto es arrested development.
Y es que la serie es una sitcom empeñada en no cumplir ninguna de las condiciones propias de este tipo de productos. Por ejemplo, aquí no hay vecinos que entren en casa de los demás sin llamar a la puerta; no hay una reiterada tensión sexual no resuelta entre una de las parejas protagonistas; y no hay un bar frecuentado por los personajes principales donde dar rienda suelta a los chistes. Por no haber ni siquiera hay risas enlatadas y, además, los responsables están empeñados en rodar un gran número de las escenas en exteriores. Por si fuera poco, la serie está rodada cámara en mano (al estilo de falso documental pero sin serlo realmente), con constantes y divertidos flashbacks y narrada por una omnipresente voz en off que se encarga de refrescar la memoria al espectador de lo sucedido hasta el momento.
Arrested development nos cuenta la historia de los Bluth, una familia adinerada que verá peligrar su estatus y posición social el día en que la policía detenga al patriarca y lo metan en prisión, acusado de desfalco e, incluso, de traición a la nación (así, a lo grande). Su hijo, Michael, deberá entonces hacerse cargo de la empresa familiar y mantener unidos a todos los miembros de una familia que, durante mucho tiempo, ha estado viviendo muy por encima de sus posibilidades reales. No obstante, la tarea no le resultará nada fácil. Por un lado, la empresa va francamente mal (tenían que construir una urbanización entera de casas de la que sólo se ha construido la casa modelo, en la que se acabarán instalando la mayor parte de los miembros de la familia) y, por otro lado, resulta que la familia Bluth forma el mayor grupo humano conocido de egoístas, caraduras y aprovechados que hayan visto en lustros.
Entre los miembros de esta disfuncional familia encontramos a: Michael (Jason Bateman), el hermano mediano. Es el más responsable y sensato de la familia. Siempre intenta hacer lo correcto, lo que provoca que siempre termine metiendo la pata (en la mayoría de ocasiones provocado por el resto de los miembros de su propia estirpe). Es viudo y debe compaginar su nuevo cargo en la empresa con la educación de su hijo, George Michael (Michael Cera), un adolescente empeñado en acontentar a su padre y perdidamente enamorado de su prima. Lindsay, es la hermana gemela de Michael. Es una niña mimada, a quien le encanta ser el centro de atención, especializada en enfrascarse en causas sociales perdidas de antemano. No ha trabajado en su vida ni tiene ninguna intención de hacerlo jamás. Gob, es el hermano mayor. Es mago profesional (el peor que hayan visto) y ni siquiera sus propios compañeros de profesión lo soportan (de hecho lo acabarán expulsando de la asociación de magos). Es arrogante, vago, falso y absolutamente estúpido. Me encanta. Buster, es el hijo menor, y el tipo con el mayor complejo de edipo jamás visto sobre la faz de la tierra. Es incapaz de alejarse más de diez metros de las faldas de su madre (hasta que encuentre una novia de la misma edad que ella). George, es el patriarca, a quien meterán en prisión. Es un manipulador profesional, cuyas artes acostumbra a utilizar con mayor maestría entre los miembros de su propia familia. Es calvo y tiene un hermano gemelo, Oscar, un hippie físicamente igual que él, pero con pelo. George, está casado con Lucille, una insoportable mujer de lengua viperina, excesivamente aficionada a las bebidas de alta graduación. Lindsay, además, está casada con Tobias, el personaje más extraño de la función, un psicólogo que perdió su licencia para ejercer (por intentar reanimar en una piscina a alguien que no había muerto) que intentará abrirse hueco en el mundo de la interpretación, a pesar de no disponer de ninguna habilidad para ello. Tobias, además, es un “nunca desnudo”, una persona que jamás se quita toda la ropa, ni siquiera delante de su esposa (suele ducharse con una especie de shorts tejanos). Su comportamiento y el doble sentido con el que suele estructurar sus frases tiende a sugerir que es gay. Y para terminar, Maeby, es la hija de Lindsay y Tobias, a diferencia de su primo está especialmente facultada para meterse en problemas y siente una especial atracción hacia todo aquello que detesta su madre.
Book fotográfico de Tobias.
El narrador de las peripecias de esta insólita familia es Ron Howard (director, entre otras, de 1, 2, 3 Splash, Cocoon, Willow o Una mente maravillosa) quien, además, ejerce las funciones de productor ejecutivo. Por si fuera poco, la serie también cuenta con un elevado número de colaboraciones de caras conocidas como: Liza Minelli, que interpreta a la novia del hijo menor de los Bluth y a la mayor rival de la madre de éste; Charlize Theron, que aparece en algunos capítulos como la novia británica del protagonista; Ben Stiller, como Tony Wonder, un mago absolutamente perturbado, rival de Gob; Martin Short, que interpreta al tio Jack (a ver como se lo cuento... El tio Jack es un culturista de noventa años, que no puede andar y que para parecer más varonil en lugar de desplazarse en silla de ruedas se hace transportar por una especie de forzudo llamado “dragón”, a pesar de lo cual, sigue conservando intacto un enorme apetito sexual) o Carl Weathers (Depredador, Acción Jackson), que se interpreta a sí mismo, dando clases de interpretación a Tobias y aprovechando para mendigar comida de casa de los Bluth.
Arrested development es una sátira demoledora, disfrazada de culebrón, capaz de atacar directamente a la yugular a todo lo que se mueva, ya sea al estamento familiar, al capitalismo, la nación americana, Gran Bretaña, la guerra de Irak, la fama, la inmigración, las adopciones ilegales, la eutanasia, la religión o las galas benéficas, permitiéndose el lujo de no dejar títere con cabeza. Además, resulta ser terriblemente divertida, hilarante y alocada, logrando arrancarme más de una sonora carcajada, especialmente con los personajes de Gob y Tobias, auténticas piedras angulares de la función. Y es que si la serie dispone de un auténtico punto fuerte éste es, sin duda, la construcción de sus personajes, tan extremos (no es que las circunstancias en las que se ven envueltos los lleven hasta el extremo, que va, es que son extremos por naturaleza), con una característica común entre todos ellos muy marcada: siempre desean de forma constante todo aquello que no pueden obtener, hasta el momento en que lo consiguen, momento en el cual deja de tener valor para ellos. Es cierto que en ocasiones la serie pueda llegar a ser un poco repetitiva en su planteamiento, pero a la larga siempre termina por superarse a sí misma y subir un nuevo peldaño, hasta llegar a una genial recta final.
La serie ganó seis Emmys, un globo de oro y se coló entre los 100 mejores shows de la historia de la televisión de la revista Time. A pesar de los premios y la aclamación de la crítica, la audiencia no la acompañó y fue cancelada en 2006 después de tres temporadas. En España, apenas llegó a estrenarse la primera temporada en el canal Fox y ni siquiera llegó a las cadenas generalistas. Mucho se habló en su momento de que la serie podría dar el salto a la gran pantalla pero no llegó a concretarse nada. Recientemente, se anunció que existía un proyecto para el cine de arrested development y que estaban en pre-producción con vistas a estrenar la película en el 2011. Esperemos que esta vez sí llegue a buen puerto y que sirva de digno colofón a esta gran serie.
Resumiendo: Imprescindible e hilarante comedia llena de mala lecha y humor negro, encargada de dejar el estamento familiar a la altura del betún.