Arrietty es una joven diminuta de 14 años que vive con sus padres. Los diminutos toman prestadas cosas que no echaremos en falta: un terrón de azucar, un botón, etc. Viven en las casas de los humanos, pero bien escondidos en el sótano o entre las paredes. Tal es su discrección que si alguna vez son vistos se ven obliglados a mudarse a otro sitio. Sho, un chico enfermo y frágil, llega a casa de su abuela a pasar una temporada. Había oído historias de sus familiares acerca de personas pequeñitas viviendo en las casas y de repente... ve a Arrietty.
Así empieza la historia que luego se desarrolla de forma típica pero muy entretenida. Como siempre, la atención a los detalles de la animación es la firma de Studio Ghibli: los personajes, los escenarios, las expresiones, etc. La calidad de la animación se mantiene a buen nivel respecto a películas anteriores.
Así como en Mi Vecino Totoro, la naturaleza también es protagonista y está relacionada con la moraleja oculta de la película; la alteración del medio ambiente y sus consecuencias. En definitiva es una película agradable que te hará sonreir y pasar un buen rato.