Wembley lo espera. Los goles llegaron y finalmente el Arsenal pudo quebrar la resistencia del Ipswich, goleándolo por 3-0 y asegurando con brillantez su clasificación a la final de la Carling Cup.
En tres minutos, el once de Arsene Wenger pudo hacer lo que no hizo en 60, valiéndose de los goles de Nicklas Bendtner y Laurent Koscienly para vencer la durísima resistencia de su rival y enderezar definitivamente los destinos de un encuentro que lo tuvo siempre como protagonista principal.
Consciente de sus limitaciones, el Ipswich llegó al Emirates sin otro propósito que defender la exigua pero valiosa ventaja obtenida en Portman Road, basándose en su más que meritorio orden defensivo y privando de espacios a un Arsenal con muchos de sus habituales titulares en cancha.
Falto de claridad en los metros finales, Arsenal no claudicó jamás, pudiendo convertir en reiteradas ocasiones en las que la falta de puntería en algunos casos o las intervenciones del arquero Marton Fulop en otras impidieron el gol.
La tónica no cambió en nada al inicio del complemento. Siempre paciente y fiel a su estilo, el Arsenal no se desesperó, acumulando aun más meritos y obteniendo la renta deseada pasados los 15 minutos, con Bedntner exhibiendo sus dotes de exquisito y definiendo con maestría tras recibir la notable asistencia de Jack Wilshere.
Igualada la serie, tras el gol de danés solo bastaron tres minutos más para que Laurent Koscienly anote de cabeza y termine por ahuyentar definitivamente los fantasmas del alargue,
Vulnerada su durísima resistencia, fue poco y nada lo que pudo hacer el Ipswich, falto de herramientas para alejarse del guión preestablecido, asumir responsabilidades y cargar con el peso del encuentro.
Cesc Fabregas –fabulosa actuación la suya- redondeo la goleada, los minutos finales estuvieron de más y el Arsenal obtuvo merecidamente su pasaje a la gran final del 27 de febrero, día en el por fin tendrá la posibilidad de acabar con la sequía y volver a festejar un titulo tras cinco largos años.
Bervatov y Hernández, lideres de la remontada:
Nada ni nadie acaba con el invicto en Premier League del Manchester United. El líder completó uno de sus dos encuentros pendientes y ante el Blackpool –rival al que no había podido enfrentar el 4 de diciembre producto de la ola invernal que cubrió de nieve el estadio Bloomfield Road- se valió de los goles de Dimitar Bervatov y Javier Hernández para revertir un 0-2 en contra y llevarse los tres puntos de manera impensada.
Bastaron veinte minutos, tiempo suficiente para que el búlgaro descuente a los 72, “Chicharito” iguale a los 74 y el propio artillero ex Tottenham materialice la remontada a los 82 y deje sin nada a un equipo local en ventaja al término de la primera mitad producto de los goles de Craig Cathcart y Dudley Campbell. Al Arsenal, ahora lo separan cinco puntos del United.