Hoy abrió sus puertas de forma privada Art Basel, LA FERIA de arte, la cita más esperada del año por todos los que amamos este mundo del arte contemporáneo.
Este año una desafortunada lesión me impide recorrer sus pasillos, pero gracias a la cantidad de noticias, información en redes sociales y eternas conversaciones con amigos que están allí puedo hacerme una ligerísima idea de lo que está pasado.
Lo estoy pasando tan bien con toda la información que recibo, que necesito compartirlo! Aún así, sólo lo haré con una sección, Art Unlimited. Lo demás lo dejaré para el año que viene cuando pueda volver porque es inabarcable si no lo vives en primera persona 😉
Art Unlimited es la espectacular sección que acoge proyectos monumentales difícil de ver fuera de aquí. Este año bate su récord, con la presencia de más de 80 obras.
Es difícil elegir pero estoy apasionada con una serie de obras increíbles, de las que no puedo parar de buscar imágenes y vídeos , que piezones!
La entrada la ocupa un pabellón de Dan Graham, no sé cuantos he tenido la suerte de ver este año, es imposible cansarse de ellos!
De las instalaciones, me ha gustado la recreación de una exquisita casa de un coleccionista de Hans Op de Beeck en carbón, llena de cosas bellas y bien escogidas, con una fuente en medio de la estancia; delicada y decadente, como sacada de Pompeya.
Y la de Chiharu Shiota, con cientos de maletas colgando de miles de hilos de color rojo. Será por eso de pasar tanto tiempo en aeropuertos, si ya me gustaban sus esculturas "domésticas" esto es aún mejor.
Una preciosa performance de Davide Balula en la que una serie de mimos fingen tocar esculturas de artistas modernistas tan conocidos como Louise Bourgeois, Alberto Giacometti o Barbara Hepworth.
En pintura, una grandísima obra de Frank Stella, y una instalación de Peter Halley, todo color, brillo y super buen rollo!
En escultura, el hombre tomate de Paul McCarthy con "su huerta" de objetos intercambiables, rescatada de los años 90´para volver a mostrarse aquí; una fantástica obra vertical de Sol Lewitt y la "cortina" de tapones de botellas, latas y objetos encontrados de El Anatsui, qué belleza con algo tan simple.
De las instalaciones de video y luz, una gran sala con un neón de Tracey Emin porque sí, porque me encantan sus neones a pesar de la soledad y desamor que enmascaran. La propuesta de James Turrel con un delicioso túnel de color y el video interactivo de Rafael Lozano-Hummer, siempre inquietante haciéndote partícipe a cada una de sus obras.
Y sin duda lo que más me ha gustado, una preciosa historia de amor de lo más simple y sencilla de Ariel Schlesinger. Dos hojas en blanco que se buscan, se abrazan y vuelven a perderse. Preciosa!
El año que viene espero no tener percance alguno y volver a estar por allí 😉