El casco urbano gira en torno a la Iglesia y la Plaza mayor, como ocurre en los pueblos serranos procedentes de las repoblaciones de los siglos XII y XIII. Los vecinos construían con lo que tenían a mano: caliza, gneis, conglomerado, arcilla, madera,…
La casa tradicional tenía dos plantas, construidas con sillarejo y sillares rojizos en las esquinas, dinteles de madera y tejadillo sobre la puerta de entrada; en el tejado a dos aguas sobresale la chimenea. A finales del siglo XIX, se generalizó en Pálmaces de Jadraque el revoque y serigrafía de la fachada, como un signo de prosperidad.

Alguna fachadas recogen varias escenas, como si de páginas de un libro se tratara: peces, hombre fumando, en la fragua, grupo de mujeres y niños charlando. En otra se relatan varias escenas (de derecha a izquierda): hombre cazando, mujer echando de comer a las gallinas, peces y perdices, dos músicos tocando tambor y trompeta y una escena de corral.
El trazado de las calles, símbolos tradicionales (ese carro de madera) y esculturas modernas (esos pájaros) en las plazas le dan un aire auténtico y muy hermoso al pueblo. Es el arte en las calles. Un baño (autorizado) en el embalse es otro de sus muchos alicientes. ¡Tienes que venir!
Lar-ami
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