Revista Arte

Arterapia, una terapia transpersonal: Ramón Ballester

Por Eltallerdelaeam @elTallerdelaeaM

Arterapia, una terapia transpersonal – Ramón BallesterARTE
La finalidad, que está detrás de toda obra de arte, es la consecución de un estado de ser, un estado de elevada actividad, un momento de la existencia algo más que normal. (…) Hacemos nuestros descubrimientos cuando estamos en ese estado porque entonces somos clarividentes.
Robert Henri

«ARTE: Conjunto de preceptos para hacer bien algo. Del latín ars, artis, «habilidad», «profesión». La palabra «ARTE» encierra en su esencia el misterioso encanto de una honda sabiduría. El arte reclama, tanto cuando lo percibimos como cuando lo realizamos, una especie de atención no habitual. Una atención que nos pone en contacto con nuestros niveles más profundos, con nuestro Interlocutor Interno.

El ser se conoce por su manifestación, por su expresión. No es tan importante el trabajo con los contenidos, que al fin y al cabo son «mí» (es decir, explicación), como el trabajo con la experiencia, que es «yo» (ser). La acción que obedece a la pauta de la explicación no es genuina, es fruto de la «zona intermedia» (ego), como mucho sirve para conocer esa zona intermedia. La obra de arte requiere para su realización, de nuestros patrones de acción, de acceder al mundo, de tomar contacto con él, de escuchar su respuesta y en definitiva de relacionarnos con él. Pero, en última instancia surge del nivel más profundo al que tenemos acceso (y a veces no necesariamente consciente).

TERAPIA
Cómo te puedo decir lo que te diga,
para que lo que te diga,
te diga lo indecible?
Món

Todo es modificable a partir de la modificación en la conciencia. Es una cuestión de grado: a mayor conciencia, mayor capacidad de cambio. Si el cambio es funcional y no ocurre en la conciencia, se convierte en transitorio y afecta tan sólo al ego. El crecimiento personal no es un reforzamiento de la persona, sino una comprensión de la misma, relativizándola al lugar que debe ocupar en el espectro interno. No creo que la finalidad de la terapia acabe en aprender a funcionar bien, es decir que la satisfacción de los deseos no estorbe a la satisfacción de las necesidades, más bien creo que ese es un medio para llegar al fin: la trascendencia.

ARTERAPIA
En tu interior hay un artista del que nada sabes…
Di que sí rápidamente, si lo conoces,
si lo has conocido desde antes que comenzara el mundo
Jalai Ud-Din Rumi

Arterapia. La llamo así (no art-terapia, ni arteterapia). No se puede separar «arte» de «terapia»; esta forma de trabajar requiere de la fusión de ambas. Y a qué llamo Arterapia?: Terapia en la que pongo el énfasis en el lenguaje artístico como medio de expresión. Mediante la manipulación, unas veces individual y otras grupal de elementos plásticos, sonoros, espaciales, dramáticos, etc.

La finalidad última de la Arterapia es crear un espacio lúdico de experimentación consciente que sirva para despertar la conciencia. En Arterapia se entrena la atención y la sensibilidad perceptiva, se desarrolla la capacidad creativa, y se amplía y facilita la capacidad de expresión. En Arterapia trabajo con la mecánica del carácter para que éste sirva al crecimiento en lugar de impedirlo o estorbarlo. La persona, utilizando su artista, obtiene recursos para poder utilizar su propio potencial; y prueba que lo que piensa, siente y hace, pueden estar en armonía, es decir que puede hacer lo que realmente quiere hacer. La creación es la manera más auténtica de ejercer el Yo.

PROCESO
En el instante en que sabes cuál ha de ser el resultado estás perdido
Juan Gris

Emoción (e-moción) es movimiento que se hace manifiesto. La emoción acumula una energía, genera una presión. Sacar afuera esa presión es ex-presión. El contacto de esa expresión produce una im-presión en mí y en tí (algo así como cuando se dispara, que sale la bala en un sentido pero hay un retroceso). La expresión me conduce a la creación.

El resultado será nuevo y hablará si el proceso es realmente sentido y espontáneo. Porque podría parecer que todo el énfasis está puesto en la obra final. Y no es así. La auténtica riqueza de la obra es el proceso. Expresado de otro modo es como que la obra final es el proceso.

EMOCIÓN
Simplemente tomo la energía que usaría para enfurruñarme y escribo algún blues
Duke Ellington

Sólo existe una emoción: el amor. Su sombra es el dolor.

Todos tenemos, más bien hemos fabricado un estilo personal de vinculación a la vida y a las personas y un estilo personal de apego al mundo y los objetos. Cuando se establece un vínculo nuevo o se adquiere un objeto se produce una liberación energética que se siente como emoción placentera, porque nos evoca la unidad que en otro plano somos. Cuando se rompe la liberación energética sentimos la emoción como dolor.

Las dos emociones necesitan expresarse de la forma más genuina posible, sino se reconvierten en otras para poder salir, o se almacenan en el cuerpo ya que si no hay expresión, si no hay salida, la energía se invierte y se «impresa» en el propio cuerpo produciendo la enfermedad (energía encerrada).

Dolor también es la energía que se libera cuando el ego no se retroalimenta, cuando el mundo nos devuelve lo proyectado y nos muestra y nos recuerda de nuevo la separación. No «tener» al otro para ser tenido es como no «tener-me».

EXPRESIÓN
Cuando el alma desea experimentar algo, arroja una imagen de su experiencia ante sí y penetra en su propia imagen
Maestro Eckhart

Expresión: Del latín expresus: declarado, destacado. Expresus es el participio de exprimere: estrujar, hacer salir. Exprimere es derivado de premere: apretar. El proceso de expresión es un acceso proyectivo al ambiente para realizar un contacto con alguien o algo, externos claro. Pero también conmigo. Desplegándome me puedo ver o escuchar, me puedo sentir, me puedo conocer. Así, la expresión es una forma de conocimiento. En realidad, cualquier forma de expresarse es una forma de autoconocimiento. En realidad, cualquier forma de salir ahí, al mundo, nos da la oportunidad de conocernos porque nos lanzamos al encuentro de lo real, que hasta ese momento era una idea, una percepción particular.

Entiendo la expresión como la configuración externa del mundo interno; como manifestación y plasmación, en una forma viva y significativa. El lenguaje artístico y todo lo que implica (emoción – expresión – manipulación – creación – presentación – impresión – retroalimentación – etc) posibilita la representación externa del mundo interno (su generación y construcción), consecuentemente facilita la observación consciente y la posibilidad de transformación de los propios mecanismos. Obliga una y otra vez a plantearse e investigar cuál es el origen y la finalidad del impulso creativo, así como a través de la comunicación, obliga a reconocer la necesidad de integrar las polaridades (masculino – femenino, positivo – negativo, blanco – negro, angel – demonio) y entre ellas la más amplia: mundo externo – mundo interno.

CREACIÓN
La creación es tan sólo la proyección en formas de aquello que ya existe
Shrimad Bhagavatam

El proceso expresivo invita al diálogo en la experiencia, con el mismo proceso; de manera que la impresión que produce la propia expresión, ayuda a modularla, incluso puede generar una nueva expresión. El proceso se desarrolla como si fuera una autofecundación. Si la acción, es decir la expresión, es realmente consciente entramos en el «trance» creativo. Uno se deja y se suelta en una luminosa entrega, a veces maravillosa, a vece terrible. El corazón toma el mando y habla, y todos los niveles del organismo se ponen a su servicio. No sabemos lo que hacemos, ni como lo hacemos, no le prestamos atención a eso; como mucho sabemos que hacemos algo. Esta es la auténtica creación.

Porque la creación ya no es sólo expresión, es también comunicación, implica feed-back. A partir de aquí ya hablamos de «obra» (de arte). La experiencia artística surge del encuentro entre el sujeto y la obra. Esta comunión con el proceso, es fruto de un ir y venir entre la diferenciación y la fusión. El acto creativo es resultado del diálogo entre el sujeto y el curso de resolución de la obra. En el trabajo artístico, a esos fenómenos que se producen a lo largo del proceso, en que la obra parece que nos contesta, dejando caer una gota de color o saliendo una nota inesperada de mi instrumento, les llamamos «accidente felíz». Es muy importante «escuchar» la obra mientras va surgiendo, rescatar esos accidentes felices y aprender a dialogar con los materiales y con la misma obra de arte, pues nos dan la clave para atrevernos a improvisar y soltarnos, a ser frescos y espontáneos. En esta fase y de esta manera nos transformamos con la obra, nos creamos con ella.

IMPRESIÓN
Cuando comienzas una pintura, es algo que está fuera de tí.
Al terminarla, parece que te hubieras instalado dentro de ella
Fernando Botero

Impresión. (recordemos: E-moción – Ex-presión – obra – im-presión). Es comunión definitiva. Es la obra en sí. Soy yo con la obra. Puede ser efímera, como una danza o una canción improvisada; o puede ser duradera, como un objeto, o una pintura. El caso es que hay un momento en el que nos paramos a contemplar la experiencia. Esta contemplación implica todos los sentidos de manera sinestésica y holística. Nos dejamos invadir por la sensación de la obra, por la im-presión. Es un momento divino, porque en ese momento somos como dioses, y la obra es nuestro hijo, está hecha a imagen y semejanza nuestra. Es ahí donde podemos sorprendernos de nuestra «identidad». Cuando el proceso de expresión ha sido fiel y auténtico (del alma).

APRENDIZAJE
Aprender es moverse de momento en momento
J. Krishnamurti

Arterapia es aprendizaje. «Aprender es descubrir». Etimológicamente es «apoderarse». Para los sufis el conocimiento es alimento. Hay dos maneras de aprender, la usual, aprender a partir de lo que se sabe, y aprender «desaprendiendo» lo que se sabe. Esta última, parte del presupuesto de que lo que me impide saber es precisamente lo que sé.

Aprender no es entender. Aprender pasa indefectiblemente por la experiencia práctica. El aprendizaje es, ha de ser vivencial. Comienza por desarrollar una sensibilidad especial. Desarrollar el oído musical, el ojo pintor, la mano rota (expresión artística que indica que la mano va sola) , etc. Continua por la comprensión profunda del proceso creativo, del actuar, dejándose estar, dejándose ser lo que uno es para poder verse y descubrirse poniendo la atención en lo que se piensa, se siente y se nota en cada momento, relacionándose con la obra como he descrito ya. Termina este aprendizaje llevando el sentido artístico a la vida cotidiana, aplicándolo en lo pequeño, a los actos de cada día; en lo grande, a la vida como obra.

ELABORACIÓN
La habilidad para leer obras de arte se adquiere con la práctica.
La mejor manera es sentirlas sin palabras y después, más tarde,
buscar las palabras para expresar esa reacción
Betty Edwards

Al final del proceso hay que despedirse de la experiencia y procesarla. La descripción de Betty me parece exacta y gestáltica a la vez. Es preciso propiciar un espacio para desarrollar la recogida y reflexión sobre lo realizado, para hacer una lectura del propio proceso que facilite recuperar la proyección. Con el trabajo artístico puede aflorar mucho material interno antiguo y no digerido. Abrir no sirve de nada, si no se ubica la experiencia. Esto no sucede necesariamente en la sesión de trabajo, pero es preciso tener pautas para poder hacerlo uno mismo. Para poder reconocer los diferentes niveles de arraigo de la experiencia.

TERAPIA TRANSPERSONAL
Al «Yo Joven» que puede ser tan tozudo y empecinado como el más díscolo de los infantes, no le impresionan las palabras. Como a un nativo de Missouri, quiere que le muestren. Para despertar su interés debemos seducirlo con bonitas imágenes y sensaciones placenteras, como si dijéramos, llevarlo a cenar y a bailar. Sólo de esa manera podremos alcanzar el «Yo Profundo»
Starhawk

Como terapeuta vivo el trabajo inmerso en el proceso, participando y convirtiendo la sesión entera, también en una obra de arte.

«No puedes separar el Trabajo Interior de la vida», me decía mi amigo Rafael. Todo es Trabajo Interior. El anhelo es una necesidad imperiosa, la más imperiosa. No se puede callar el grito de Dios dentro de nosotros. Hagamos lo que hagamos está ahí.

En mi esquema de valores, «bueno» es todo aquello que amplia la conciencia, que me despierta; «malo» es todo aquello que oscurece la conciencia, que me duerme. El arte, por la disciplina interior a la que me obliga, por la impecabilidad que requiere, es bueno. El arte me abre el corazón; me habla claro cuando no soy claro; me acoge en el dolor, y me eleva en la alegría; me hace sentir que sólo puedo hacer desde Dios, con Dios y para Dios. El arte es mi vía de Trabajo Interior.

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