El artículo Arthur Conan Doyle: vida y obra literaria | BlackFebruary es propiedad de Carmelo Beltrán.
Hoy toca cerrar el BlackFebruary, aunque no descarto hacer algún directo el próximo fin de semana a modo de conclusiones. Para poner el punto y final no se me ha ocurrido un mejor escritor que el que sea, quizás, quien más me ha marcado como lector: Arthur Conan Doyle. Conocido, ante todo, por ser el padre de Sherlock Holmes.
¿Quién es Arthur Conan Doyle?
Arthur Conan Doyle es un escritor que nace el 22 de mayo de 1859 en Edimburgo, Escocia, aunque su familia tiene una clara ascendencia irlandesa, a la par que artista, pues en su sangre hay talento como ilustrador y dibujante de caricaturas.
Los primeros años de su vida no fueron fáciles. No existen datos oficiales acerca de cuántos hermanos eran. Muchos afirman que nueve, otros que diez. Los más osados aventuran que tres fallecieron con muy poco tiempo de edad… Sin embargo, lo que sí que está claro es que en el año 1864 la familia tuvo que dispersarse. Todo ello a causa del creciente alcoholismo de un padre que perdía los papeles. Cuentan que la separación de los hermanos no fue nada fácil para ninguno de ellos.
Tres años después volvieron a reunirse. Sin embargo, su madre seguía atenta y no se le escapó que su marido no había dejado el alcohol. A escondidas, este gastaba todo su dinero en la bebida. Por ello, ella se atrevió a dar un paso hacia delante y alquilar las habitaciones libres de su casa a huéspedes. Aun así, su tendencia a la bebida destilada no fue impedimento para que Charles Doyle estuviera orgulloso de su hijo. Después de todo, ilustró la primera edición de Estudio en escarlata.
Poco a poco la vida de Arthur Conan Doyle se asentaba. Finalmente, en el año 1876 comienza la carrera de Medicina en la Universidad de Edimburgo. En la Facultad conoce a Joseph Bell. Un médico forense que inspiraría a la creación de su personaje más famoso, aquel que ha pasado a la posteridad: Sherlock Holmes.
Su actividad era frenética. Quizás el dato más interesante es el ballenero en el que se embarcó para ejercer como cirujano en sustitución de un amigo. Con todo, cuando cumple 22 años está preparado para graduarse en la Universidad y atreverse con el doctorado. Etapa en la que, además, comienza a escribir sus primeros artículos y relatos cortos.
Nada más terminar el Doctorado decide volver a embarcarse. En esta ocasión en el buque SS Mayumba para viajar a África Occidental.
El otro Arthur Conan Doyle: su trayectoria fuera de la literatura
Es importante referirse a la trayectoria profesional alejada de las letras de Arthur Conan Doyle. Sí, aunque analicemos su forma de trabajar desde la perspectiva de un blog de literatura. Después de todo, ambas corrientes profesionales se retroalimentaron a lo largo de los años.
En el año 1882 encontró su primer trabajo como médico. Fue gracias a George Turnavine Budd. Un antiguo compañero de clase que le ofreció trabajar con él. Sin embargo, mezclar amistad y vida laboral no siempre es lo más adecuado. Pronto, las relaciones se rompieron y Arthur Conan Doyle decidió instalarse por su cuenta. Una solución que tampoco fue la mejor. Así que la escasa asiduidad de los clientes implicó que dedicara los ratos muertos en su clínica a escribir historias.
Solemos tener una visión sobre Arthur Conan Doyle como el estereotipo de caballero inglés. Sin embargo, esto nos aleja de la imagen real. Una persona en forma, de porte sereno, que dedicó la mayor parte de su vida a la práctica de deporte. De esta manera, fue jugador de fútbol en el Portsmouth. Su posición era la de portero. Asimismo, llegó a practicar de manera profesional el criquet.
En su esfera más personal, contrajo matrimonio con Louise Hawkins en el año 1885. Tuvieron dos hijos. Sin embargo, menos de veinte años después una tuberculosis la arrancó de su vida. Aunque, bueno, Arthur Conan Doyle había tenido un amor platónico durante todo su matrimonio. Su nombre era Jean Leckie y el fallecimiento de su esposa dejó la puerta abierta a que intentaron algo. De esta relación nacen dos niños más.
Arthur Conan Doyle y su trayectoria como escritor
Desde que en 1891 se muda a Londres para ejercer como oftalmólogo, tiene mucho más tiempo libre. Hay que pensar que ningún cliente solía entrar en su clínica. Y, claro, en una época en la que no tenían teléfonos móvil con distracciones constantes, podía utilizar el silencio para dedicarse a la escritura, que era una realidad que le hacía feliz. Por ello, en estas etapas de soledad nació Sherlock Holmes. Probablemente el personaje que más odió durante toda su carrera.
Dejando a un lado su carrera como autor de Sherlock Holmes, el año 1900 es vital en su trayectoria. Publica su obra más larga: La guerra de los Boers y escribe un artículo tratando de justificar la participación de Reino Unido en la guerra en África. Un texto que fue traducido a decenas de idiomas y que le valió el ser nombrado Caballero de la Orden del Imperio Británico en 1902. Desde entonces sería Sir Arthur Conan Doyle.
Después de ser rechazado como participante en la Primera Guerra Mundial a causa de su edad, Sir Arthur Conan Doyle dedica su tiempo en el conflicto a la ayuda con la propaganda y con la organización de voluntarios civiles desde Reino Unido.
En este contexto bélico fallece su hijo, Kingsley Doyle, a causa de una neumonía que fue contagiada en la Guerra. Tras ello se introduce en el tema del espiritismo y cierra su círculo con Allan Kardec.
En total, su trayectoria como escritor se salda con cincuenta y seis relatos y cuatro novelas de Sherlock Holmes.
Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes y una pasión frenada
Decía Arthur Conan Doyle que si en cien años únicamente fuera recordado por haber dado vida a Sherlock Holmes, entonces su vida entera habría sido un fracaso. No quiero ser yo pájaro de mal agüero, pero, si sigues conmigo el camino trazado por el británico, parece que no hay duda.
Uno de los grandes hitos que Arthur Conan Doyle consigue a lo largo de su carrera como escritor es el de transformar la manera en la que se publican las historias en aquella época. Por aquel entonces destacaban las publicaciones en revistas que tenían una continuidad. Sin embargo, él abogó por historias y relatos cortos que se cerraban en la misma publicación. Y es que sus escritos enganchaban tanto que el lector ya quedaba enganchado a la narrativa.
Se puede decir que Arthur Conan Doyle tomó el primer trayecto que había originado Edgar Allan Poe y que le dio un nuevo sentido. Y todo ello sin siquiera estar interesado en este tipo de obras. Para él no era más que un pasatiempo narrativo. Para él la literatura era otra cosa.
A pesar de todo, no fue nada fácil encontrarle una casa a Sherlock Holmes. Al final lo hizo el 20 de noviembre de 1886. Vendió los derechos a la editorial Ward Lock & Co por veinticinco de las antiguas Libras.
Para crearlo se basó en un compendio de circunstancias. La idea base y la esencia del personaje surge de Joseph Bell. Un profesor que tuvo en su tiempo universitario. Además, incluyó particularidades de Auguste Dupin, de Edgar Allan Poe.
La muerte de Sherlock Holmes llegó en diciembre de 1893. Por ello es tan bonito que el especial de Navidad de la serie de la BBC tratara precisamente este tema. El autor los hizo despeñarse a partir de la cascada de Reichenbach en la historia de El problema final. Sin embargo, el mundo se puso en contra del escritor y prácticamente forzado tuvo que volver a publicar sobre el mismo en 1901.
Arthur Conan Doyle y el espiritismo
Sus inquietudes acabaron llevándole de la mano del espiritismo. De hecho, se convirtió prácticamente en un embajador de esta forma de vida.
Dedicó gran parte de su vida a estos temas. No solo en espiritismo, sino que también fue iniciado como francmasón en 1887. Entre idas y venidas, acabó rindiéndose en 1911, pero el paso lo dio.
No solo eso, sino que en 1887 también se apuntó a una serie de indagaciones de carácter psíquico. Allí participaba en experimentos de telepatía y sesiones con médiums.
Una de las personas que más influenció su creencia fue Lyly Loder Symonds. La persona que cuidaba de sus hijos durante la Primera Guerra Mundal. Ella siempre había mostrado un interés claro por el tema del espiritismo y a base de observarla, Arthur Conan Doyle se instruyó un poquito más. Todo ello sumado a la necesidad que le provocaron varias muertes durante la Primera Guerra Mundial en su entorno, fue la clave que movió todo.
Arthur Conan Doyle consiguió aliviar gran parte de su dolor en el espiritismo. Así socorrió su espíritu cristiano, encontró un camino que podía seguir y luchó por vivir de una manera que fuera sostenible.
¿Era Arthur Conan Doyle Jack el Destripador?
Una de las teorías más locas que acompaña a la figura de Arthur Conan Doyle es aquella que le señala como sospechoso de haber sido Jack el Destripador. Todo ello a causa de sus estudios en medicina y de una asesina femenina llamada Jill the Ripper.
La sabiduría popular decía que Jack el Destripador era un joven inglés fuerte y discreto con una formación médica. Por tanto, el perfil del escritor, por absurdo que parezca, encaja.
Otro detalle que le convierte en sospechoso es el hecho de que la primera historia de Sherlock Holmes se publicara un año antes de los asesinatos de Jack.
Características de la obra literaria de Arthur Conan Doyle
Su carrera es muy extensa. Publica veintiún novelas, ciento cincuenta cuentos. A ellos suma no ficción, ensayos, poesía, artículos, memorias… Polifacético era un rato.
Dicen que el sentido de justicia y responsabilidad social que muestra surge de Charles Dickens y que de HG Wells aprendió la educación científica y la formación médica de su ficción.
Más allá de la serie de Sherlock Holmes, Arthur Conan Doyle se prodiga en una amplia gama de temas. Descubre tanto ficción como no ficción. Es un escritor precoz. Se planta delante de las letras desde que es un adolescente. Su primera trabajo se publica en el año 1879 dentro de la revista Journal Chambers. Se trata de El misterio del valle Sasassa.
En el año 1891 publica el cuento Un escándalo en Bohemia, unos pocos años después de la primera aventura de Sherlock Holmes y queda totalmente eclipsado por esta. Este hecho fue el que propició que decidiera acabar con la vida del detective en el año 1893 y así centrarse en la literatura que de verdad quería crear. Así, en 1912 surge uno de sus otros personajes más característicos, el Profesor Challenger.
Una faceta desconocida, pero real de Arthur Conan Doyle es la vertiente de sus trabajos poéticos. Escribió cuatro volúmenes.
Curiosidades literarias de Arthur Conan Doyle
Se dice que Arthur Conan Doyle no tenía vocación de escritor y que su aventura por el mundo de las letras surge por necesidad. En su clínica no entraban demasiados clientes, así que comenzó a escribir en los ratos libres de su trabajo con el objetivo de contar con un suplemento económico.
Como sucede con otros escritores como Edgar Allan Poe, no tenemos una imagen de Arthur Conan Doyle demasiado deportista. Sin embargo, lo era. Practicó fútbol, críquet, boxeo y todo lo que se le puso por delante.
Su compromiso político fue claro. Se postula en dos ocasiones al Parlamento Británico con el Partido Liberal, aunque nunca consigue entrar como diputado.
Arthur Conan Doyle realizó a ultranza una defensa correcta en la aplicación de la ley. Intervino, entre otros casos, en uno de un hombre que había sido condenado por el presunto asesinato de una anciana adinerada, consiguió que fuera reabierto y lograda la declaración de la inocencia del mismo. Este hombre se llamaba Oscar Slater y de las seis mil libras que recibió como indemnización, no compartió ni un solo céntimo con el escritor. Gracias a este caso se creó la Corte de Apelación Criminal en Reino Unido.
Fue un gran amigo de Houdini, aunque las discrepancias sobre lo sobrenatural entre ambos acabó por separarlos.
Después de su muerte y debido a su gran pasión por el espiritismo, se organizó una sesión con una médium en el Royal Albert Hall. Se congregaron cientos de personas, las cuales estaban convencidas de que Arthur Conan Doyle acudiría. Pero la verdad es que no lo hizo.
Conclusiones sobre Arthur Conan Doyle
Esto es todo lo que te quiero contar sobre la vida y la obra de Arthur Conan Doyle. Por si acaso no lo has notado, se trata de uno de mis escritores favoritos. Un referente en el que mirarme cada día y pensar en cuánto me gustaría llegar a ser alguien como él… en la mayoría de los aspectos, por lo menos.
Si con este texto he conseguido que le quieras dar una oportunidad o redescubrirle, en caso de que ya conocieras su trabajo, para mí ya es un éxito.
¿Cuál es la obra que más te gusta de Arthur Conan Doyle?
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