Revista Arte
Los hechos aquí narrados no son actuales. Es cierto. Tampoco lo son muchos de los autores que aparecen en nuestras entradas. Eso no significa que sean menos importantes o que deban caer en el olvido.Hace un año, la obra del artista denuncia Ausín Sáinz fue censurada por el Ayuntamiento de Salamanca, un organismo público. Y eso trajo consigo algunasapariciones en prensa, radio y televisión; y pronto, como suele ocurrir, cayeron en el olvido por aquello de la fugacidad de los medios periodísticos. Hoy queremos traer de vuelta un tema complejo y duro para nuestros tiempos.Estamos en un país democrático, europeo, progresista… y sin embargo Ausín Sáinz fue censurado por el Ayuntamiento de Salamanca porque en sus obras aparecían unas heces sobre las cabezas de Rajoy y la infanta Cristina. ¿Y cómo se justificaron? Resulta que el contenido era “inadecuado” para el público infantil. Sí, sí, oyen bien. Inadecuado.Inadecuado para un público infantil que, al salir del centro municipal donde hubiera tenido lugar la exposición, se irán a casa a jugar con videojuegos violentos hasta que se haga la hora de cenar. Entonces, pondrán la tele y sus impunes mentes se verán atacadas por anuncios que les prometen belleza, poder y éxito si compran objetos carentes de valor. Al mismo tiempo, cenarán barritas de pescado congeladas con grasas saturadas, bañadas por el líquido de la felicidad: la Coca-Cola. Y sí, es que el azúcar da mucha felicidad. Terminarán su cena. Se levantarán de la mesa y enchufarán el ordenador para pasar a formar parte de un mundo donde todo vale… y donde nadie sabe qué puede aparecer ante sus ojos. Quién sabe, igual hasta llega este “horripilante” post a sus pantallas. Hablarán con sus amigos por Whatsapp o por Instagram y se quejarán de la tarea que tienen pendiente. ¿Y sabéis cómo lo harán? Con una simpática hez, caca o mierda (como ustedes prefieran) con ojos. Sí, esa que todos nuestros teléfonos incorporan. Y justo antes de acostarse, o tal vez a la mañana siguiente, según el tracto intestinal del niño, irán al baño y expulsarán de su interior parte de las grasas saturadas y los azúcares de la cena (otros se quedarán en sus arterias). Sí, harán de vientre. O cagarán mierda. Dicho a lo barriobajero.Pero, eso sí, desde el Ayuntamiento de Salamanca no pueden pasar por alto que las mentes del público infantil se expongan a una hez, a esa misma mierda que cagan todos los días y que circula por nuestros teléfonos.No importa que beban azúcar en vena o que su autoestima se reduzca un palmo cada vez que ven cuerpos esbeltos y caras bonitas en la televisión. No importa que se les prive de leer un buen libro a cambio de cientos de píxeles luminosos, no importa que se les aconseje que compren, que gasten, que consuman, que adquieran toda clase de instrumentos y objetos que les prometen ser quienes no son. No importa.Lo único que importa es que sus pequeñas mentes no se pregunten qué coño hace la mierda del Whatsapp encima de la cabeza de ese señor y de esa señora que salen todos los días en la tele. Porque eso sería un sacrilegio. Estarían condenando a sus pequeñas mentes a pensar por sí mismas, señores. A preguntarse el por qué de esa mierda en ese lugar. No vaya a ser que se les escape después esa fastidiosa palabra delante de la profesora de lengua y la acompañen con sus múltiples sinónimos. ¿Serán esos los únicos que se sepan?Pues eso. Menuda mierda. Esperemos que en otra ocasión dejen que Ausín Sáinz haga pensar al público infantil. Qué buena falta le hace. Y perdón por lo soez del post. A nadie le gusta que le digan que sus hijos no saben pensar.
https://activismolucha.wordpress.com/2015/01/27/como-cabe-esperar-la-censura-termina-por-llegar/