El cuadro clínico del paciente, junto con el examen físico y el estudio radiológico nos conforman el diagnóstico.
En el examen físico lo más evidente es la protuberancia medial al nivel de la cabeza del primer metatarsiano. Se debe averiguar, entre otros aspectos, la flexibilidad del hallux en flexoextensión, y la presencia de dolor en el rango de movimiento, ambos puntos importantes para descartar una artrosis asociada. También hay que evaluar la presencia de dolor dorsal al nivel de las articulaciones metatarsofalángicas menores (2 al 5 dedos), dolor plantar en las cabezas de los metatarsianos (asociado o no a queratosis plantar, «callos»), dolor y/o deformidad de los artejos menores (deformidad en garra o mazo), dolor y deformidad del pie atribuible a un pie plano o un complejo gastrocnemio-sóleo corto, entre otros hallazgos relevantes del examen.
Evaluación radiográfica.
El estudio radiológico nos confirma el diagnóstico y es vital para determinar la mejor opción quirúrgica en un paciente con hallus valgus sintomático que desea cirugía.
Se deben solicitar radiografías anteroposterior y lateral de pies en carga.
Mejoramos sin dañar
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