Para hacer el diagnóstico de la enfermedad, los médicos especialistas se basan en: antecedentes de enfermedades personales y familiares, síntomas reportados por el propio paciente, examen físico riguroso con la exploración áreas dolorosas específicas, aplicando así los criterios diagnósticos establecidos para la enfermedad por el Colegio Americano de Reumatología.
En estos casos el paciente debe ser evaluado a fondo para descartar otras enfermedades que puedan cursar junto a esta enfermedad o con síntomas similares.
Se plantea que toma un periodo aproximado de 5 años para que una persona con fibromialgia sea diagnosticada adecuadamente y que los pacientes acuden hasta un promedio de 7 médicos antes de llegar a un diagnóstico definitivo.
La mayoría de los pacientes con fibromialgia no presentan anormalidades en las pruebas de laboratorio ni de imagenología, por lo que no existe ningún análisis específico para su diagnóstico, aunque a veces se realizan, para ayudar a descartar enfermedades que cursan con síntomas similares o diagnosticar muchas de las enfermedades inflamatorias que pueden acompañar a la fibromialgia.
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