Son enfermedades crónicas, de larga evolución y de naturaleza inflamatoria. Este término de espondiloartritis procede de la palabra griega “Spondylos” = vértebra, “arthron” = articulación y “itis” = inflamación. Las espondiloartritis son un conjunto de enfermedades reumáticas que afectan al esqueleto, fundamentalmente a la columna vertebral y a las articulaciones sacroilíacas, aunque también pueden afectar a otras articulaciones más alejadas de la columna, a las que llamamos articulaciones periféricas (caderas, rodillas, tobillos) e incluso, en algunos pacientes se produce afectación de otros órganos como: la piel, ojos, sistema cardiovascular, aparato digestivo y aparato urinario.
Estas enfermedades constituyen un motivo de consulta frecuente tanto en la atención especializada como en la atención primaria, con repercusiones que afectan tanto la salud como la calidad de vida del paciente, su ámbito familiar, psicosocial y socio-laboral. Tienen una distribución universal, variando su incidencia y prevalencia en función de la etnia, localización geográfica y sobre todo, su frecuencia en la población asociada al marcador genético HLA-B27. La prevalencia global de estas entidades se estima entre un 0,23 y un 1,8%. La distribución por sexos confiere un predominio por el sexo masculino 2,5-3:1.
Las espondiloartritis agrupan a un conjunto de enfermedades, que son:
a) Espondilitis anquilosante.
b) Artritis reactiva.
c) Artritis psoriásica.
d) Artritis de pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal.
e) Algunas formas de artritis idiopática juvenil.
f) Espondiloartritis indiferenciadas.
Las caracteriza el dolor lumbar de tipo inflamatorio que se describe como un dolor nocturno, insidioso, frecuente en los hombres, menores de 40 años, siendo un dolor que empeora con el reposo y mejora con la actividad física, se acompaña de rigidez matinal mayor de 1 hora y se puede irradiar hasta el muslo.
Otra característica importante muy específica de estas enfermedades es que además de afectar la columna vertebral y las articulaciones periféricas, la inflamación puede afectar con mayor predilección a unas estructuras del organismo llamadas entesis, que son las zonas de unión del hueso con los tendones, ligamentos y cápsula articular. La inflamación aguda de las entesis se denomina entesitis y afecta fundamentalmente a la columna vertebral y zonas periféricas, como talones, crestas ilíacas, trocánter mayor, etc. La inflamación crónica de las entesis produce fibrosis, osificación y formación de hueso nuevo, provocando la pérdida de la movilidad del tronco y rigidez progresiva del paciente, conocida como anquilosis.
Las manifestaciones clínicas de las espondiloartritis suelen evolucionar de forma lenta. El paciente suele tener períodos libres de síntomas y períodos con exacerbaciones de la enfermedad. No obstante, y a pesar del carácter crónico de estas enfermedades, son pocos los pacientes que van a evolucionar a una forma invalidante y lo normal es que presenten pocas secuelas, permitiéndole tener una vida normal.
De vital importancia es el diagnóstico precoz; es decir, realizar el diagnóstico de la enfermedad lo antes posible desde la aparición de los primeros síntomas, para evitar que la enfermedad progrese a lo largo de los años sin un diagnóstico y un tratamiento adecuados por lo que es muy importante que acuda al médico ante los primeros síntomas descritos anteriormente.
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