He intentado colgar en el blog de Arturo González, de Público, el siguiente comentario:“"Consumatum est", Arturo. Como decían mis compañeros de juego golferas de la calle: "to sa cabao". O sea, que has perdido la autonomía de tu propio blog.
Dice uno de los escasísimos comentaristas que pasan por mi blog, comentando la invasión del tuyo por los sáquicos, "pero, ojo, que Arturo no se casa con nadie" y, de pronto, algo le hace concluir: "creo".
Efectivamente, si ha venido a tu blog, hoy, y ha leído todo lo que esa marabunta de visitantes ha escrito, habrá dejado de creer en apenas un solo día, y se unirá a mi pesimista anuncio de "to sa cabao".
Como le decía Miguel a su gran amigo Ramón, a las aladas frondas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero, anda, Arturo, coje los últimos comentarios introducidos hoy en tu blog y vé a uno de los últimos de Saco y superponlo, quedarás asombrado, son los mismos tíos y tías que proliferaban por allí y están diciendo las mismas cosas, su colonización de tu blog va a tal velocidad que tal vez mañana, ni tú mismo puedas reconocerlo.
Creo que ya es demasiado tarde para todo, incluso para que cierres el blog porque creo sinceramente que ya no es tuyo sino de ellos y seguirían abarrotándolo incluso sin tí, como hicieron anteriormente con los de Elisa Serna y M.Saco.
¿Qué quieres que te diga, Arturo, que te acompaño en el sentimiento? Pues te lo digo. Que te sea leve".Es la 3ª vez que intento entrar allí. La 1ª vez, merecí los honores de que Arturo me hiciera una mención expresa elogiosa de la que me avisó una de mis mejores amigas.Pasado cierto tiempo, lo intenté otra vez pero ya sin ninguna fortuna. Y, ahora, como digo, otra, con el mismo negativo resultado.Parece, pues, que Arturo ejerce una vigilancia estrecha sobre lo que le conviene o no publicar en su blog, en esto se asemeja como una gota de agua a otra al desaparecido en combate, Manolo Saco, seguramente, como éste, será también un ferocísimo partidario de la libertad de expresión cuando se refieren al ámbito de los demás, por ejemplo, a Cuba. No lo sé porque, desde que me aplicó su censura, no había vuelto por allí, hasta ahora, que un comentarista en mi blog me dijo que los de Saco habían irrumpido en manada en su blog pero que tenía la esperanza de que la invasión no prosperara porque “Arturo no se casa con nadie, creo”.Pues resulta, anónimo comentarista, que sí, que Arturo sí que se casa con alguien, en realidad parece que lo hace con todos aquellos participantes del blog de Saco que hicieron de éste uno de los más visitados del mundo hasta que alguien dijo “hasta aquí hemos llegado”, porque no se trata sólo de conseguir audiencia sino también de hacerlo sin llenarse la blonda cabellera de caspa.Si bien lo piensa v., anónimo comentarista, es lógico, tan lógico que era también enteramente previsible, como el amigo Rajoy.Dice Arturo, en su blog, que el mundo es ancho y casposo y yo no puedo estar más de acuerdo con él, es tan casposo que un comentarista que se dice de izquierdas vende su derecho de primogenitura por el más asqueroso plato de lentejas que yo haya visto jamás: la audiencia de su blog en internet.Que Arturo admita a toda esa marabunta que andaba como loca porque desde la desaparición del chat de Saco no tenía donde meterse visto su fracaso de crear su propio blog o su propia web, que no los visitaban ni siquiera ellos mismos y que andaba ya con el más furioso de los "monos", a mí se me antoja una de las acciones más casposas que haya visto nunca, porque resulta muy casposo, al menos para mí:1) abrirse de piernas ante unos tíos/as que sólo buscan que la gente vea lo rojos que son y al propio tiempo:2) lo bien que escriben, 3) lo maravillosamente que piensan, 4) lo bien que utilizan el sistema lógico, 5) lo asépticos que son, desde el punto de vista de la ética, 6) lo inmaculadamente que proceden siempre en sus ataques y en sus defensas, 7) lo bien que practican, en fin, los santos mandamientos de la santa madre izquierda, buscar la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad y defender la justicia con uñas y dientes.Arturo es casi tan viejo como yo pero mucho más sabio, el resultado es que él sale todos los días laborables en Tv y yo, no; que tiene un blog en las páginas escritas de Público y yo, no; que él tiene no se cuántos miles de lectores y yo, ayer, por poner un ejemplo, sólo tuve 121.O sea que de los 2, el que realmente sabe lo que hace es él, yo, no.Pero juro por todos mis muertos que no le envidio, ¿saben por qué?, porque hasta este mismo preciso instante yo no he censurado ni uno sólo de los comentarios que se hayan hecho en mi puñetero blog.Y él seguramente pensará: "claro que no, porque tú eres tonto pero yo, no".Pero es que, Arturo, no se trata de ser o no ser tonto sino de ser una persona decente, honrada, y, como tú sabes muy bien, la decencia, la honradez consiste en hacer aquello y sólo aquello que nuestra consciencia nos dice que está bien hecho y rechazar con todas nuestras fuerzas lo que no está de acuerdo con esa ética de la que tanto hablamos y por ende tanto prostituimos.Yo no puedo ir, por ahí, diciendo, todos los días, que soy de izquierdas y luego, cuando me conviene, ocultar y perseguir la verdad porque entonces traiciono el primer mandamiento de la izquierda, buscar y decir, contar a todo el mundo la verdad; yo no puedo decir que soy de izquierdas y cometer la injusticia de no dar a cada uno lo suyo y lo mío era, cuando acudí a tu blog, dejarme escribir lo que pienso sobre los temas para hablar de los cuales convocas tú todos los días a la gente, pero como eso no convenía a tus bastardos intereses, me censuraste, porque entonces un intelectual como tú todos los días pretendes ser, está traicionando aquella maravillosa consigna del gran Voltaire, “aborrezco todo lo que v. dice pero daría mi vida para que v. pudiera seguir diciéndolo”.O sea, Arturo, que tú no eres un intelectual de verdad, sino uno más de aquellos monederos falsos de los que nos hablara Gide, pero es que, además, tú no eres eso de lo que tanto presumes, un demócrata, porque un demócrata no impide a los demás que van a los diarios buscando información veraz, allegar a las voces discrepantes contigo, lo que tú eres no me atrevo a consignarlo aquí porque tú y yo actuamos, menos mal, bajo nuestros propios nombres y apellidos, no somos seres virtuales como dice ese adalid de la verdad y de la justicia que ahora ha comenzado a colonizar todos los días amplisimamente tu blog, y lo que nos digamos tiene que someterse al imperio del Código Penal que, como tú, que res abogado como yo, sabes, prohíbe no sólo la calumnia, atribuir a otro hechos delictivos o denigrantes falsos, sino también la injuria, atribuirle a alguien algo infamante aunque sea plenamente cierto, de modo que en ti, como en casi todos los que hoy triunfan de alguna manera en este asqueroso país, se cumple aquella regla de oro que garantiza el éxito de los que no deben tenerlo.Iba a despedirme diciéndote que debes de actuar en este caso con la seguridad de que todo lo que digas, si quieres contradecir lo que en tu contra he escrito, será publicado al pie de la letra en este blog, porque, aquí, sí que es cierto que practicamos lo de la búsqueda y exposición de la verdad y el cumplimiento a rajatabla de la justicia, pero no lo hago porque estoy seguro de que tú nunca te atreverás a salir de ese espacio en el que te reservas la suprema potestad cuasi divina de ser todopoderoso.