Luego de cinco décadas aún continúa el misterio, ¿o no?. Un investigador dice tener pruebas irrefutables de que el Yeti abría sido el asesino.
Dicho suceso se conoce como el incidente del Paso Dyatlov, donde nueve esquiadores perecieron en los Montes Urales. Pero los detalles, que se basaban principalmente en los diarios de los excursionistas, así como los registros de los investigadores soviéticos, y fueron realmente escalofriantes.
Los investigadores desconcertados por las terribles e inexplicables muertes de los estudiantes universitarios rusos han llegado a una nueva conclusión: el Yeti.
Breve reseña:
El 25 de enero de 1959, diez experimentados esquiadores de la antigua Unión Soviética, se reunieron al norte de los Montes Urales para participar en una expedición que prometía ser divertida, esquiando monte a través por una ruta conocida, que supondría un ejercicio de entrenamiento para una futura expedición a las regiones árticas, más difíciles y peligrosas, o eso creían ellos. Solo uno sobrevivió. Los nueve restantes murieron de manera tan extraña y espantosa que todavía sigue siendo un misterio, pese a tener el material fotográfico del equipo y tratarse de la búsqueda mejor documentada de la historia rusa.
El líder de la excursión era Igor Dyatlov, el equipo lo formaban dos mujeres y ocho hombres: un instructor de esquí, tres ingenieros y siete estudiantes del Instituto Politécnico de los Urales, ubicado en la ciudad entonces conocida como Sverdlovsk (antes y ahora, Ekaterinburgo) ,su destino era la cercana Sierra Otorten, al norte de los Urales.
(Ruta de Sverdlovsk al Monte Otortén)
Además de Igor Dyatlov (23 años), iban Yuri Yudin (en la fotografía con gorro de rayas), Yuri Doroshenko (21), Zinaida Kolmogorova (22), Lyudmila Dubinina (21), Alexander Kolevatov (25), estudiantes; Alexander Zolotariov (37), guía; Rustem Slobodin (23), Georgyi Krivonischenko (24) y Nicolás Thibeaux-Brignollel (24), ingenieros.
Lyudmila, Rustem, Nicolás y Zinaida
Lyudmila, Georgyi, Nicolas y Rustem
Yuri, Lyudmila, Alexander y Zinaida
Igor, Yuri Yudin y Lyudmila
Establecieron el primer campamento en el asentamiento de cabañas de madera de Vizhai. Allí es donde Yuri Yudin, el único superviviente, cayó repentinamente enfermo y tuvo que abandonar la expedición. Una antigua lesión en la espalda le impedía seguir adelante. En aquel momento sintió envidia por sus compañeros, el resto de su vida la angustia de no saber qué les había ocurrido. ¿O sí sabia algo y por eso no los acompañó?.
(Zina se despide de Yuri Yudin. Derecha, Semyon Zolotaryov)
Dos días después partía la expedición. Su primer destino era la montaña Gora Otorten (N 61° 51′ 39” E 59° 21′ 54”), de allí viajarían durante 100 kilómetros al sur a lo largo de la cresta principal de los montes Urales, hasta el pico Ojkachahl. Después seguirían al norte por el curso del río Toshemka, al este de la ciudad de Vizhai. Actualmente ésta sería una ruta de dificultad “promedio”, para ellos era mucho más extrema, pero no hay que olvidar que en ese tiempo la URSS valoraba a los deportistas de élite, lo que llegaba a exigirles más de la cuenta. Llegaron a Gora Otorten y allí establecieron el primer y último campamento base, algo ocurrió esa misma noche que acabó con la vida de los nueve esquiadores que sigue siendo un misterio, muy documentado, pero un misterio.
(Ruta a Ivdel Otortén: la línea amarilla muestra el camino recorrido, la línea roja muestra hasta dónde pudieron llegar únicamente. Paso Dyatlov es el lugar donde el grupo pereció)
Su ruta, según los mapas de Igor Dyatlov, seguía el valle del río Auspii, cruzaba una zona boscosa hasta la base de la montaña Kholat-Syakhl (que en el dialecto mansi, tribu que habitaba el norte de los Urales, significa “la montaña de los muertos”), a 10 kilómetros de Gora Otorten. Allí es dónde colocan el campamento. Durante el camino siguieron una ruta de un cazador de ciervos mansi, que había marcado el camino el día anterior. Estas fotos fueron las últimas que sacaron una vez instalado el campamento, se les ve muy alegres y tranquilos.
Según los cálculos realizados y las previsiones del equipo, llegaron al lugar el 1 de febrero. Todos murieron durante la noche.
La fecha prevista de regreso era el 11 de febrero. Una vez hubieran llegado al campamento de Vizhai, tenían previsto envíar telegramas a sus parientes anunciando el éxito de la misión. Al transcurrir más de una semana y no tener noticias de los jóvenes, las familias piden al Instituto Politécnico que comience su búsqueda. El rastreo empezó el 21 de febrero, pero no tardan en darse cuenta de la complejidad del rescate y se pide ayuda militar y civil.
Un compañero del Instituto Politécnico de los desaparecidos, Mikhail Sharavin, encabeza el grupo de rastreo. Al equipo de búsqueda se unen dos aviones y un helicóptero. El 25 de febrero, un avión militar que sobrevuela la zona encuentra los restos del campamento.
El equipo de rastreo se dirige al lugar. Al llegar, encuentran el campamento abandonado en la ladera oriental de la montaña, conocida como la zona 1079, Kholat-Syakhl o Montaña de los Muertos, según con quien hables, militares, senderistas o tribus de la zona. La ladera occidental de la montaña es famosa por los aludes que allí se producen con facilidad, pero esa noche no hubo ninguno.
Estado en el que se encontro el campamento
Descubren una tienda de campaña cubierta de nieve y destrozada. Dentro no hay rastro de los chicos, pero sí todas sus pertenencias, ropa y zapatos incluidos. Rodeando a la tienda hay numerosas huellas de pisadas, de al menos ocho personas, unas descalzas, otras con un solo zapato, sin un rumbo claro, más bien caótico.
Sharavin explora la zona y cerca de los árboles encuentra lo que parece ser los restos de una hoguera o un fuego improvisado, a apenas 500 metros de la tienda y allí mismo, junto a un árbol, encuentran los dos primeros cadáveres, se trataba de Krivonischenko y Doroshenko, los dos descalzos y en ropa interior, pese al frío que hizo esa noche. Los dos estaban cubiertos por ramas caídas del árbol llenas de nieve. El fuego había quemado las ramas del árbol hasta casi los cinco metros.
Cuerpos de Yuri Krivonishenko y Yuri Doroshenko a la izquierda. A la derecha son restos del fuego extinguido y un cedro que según algunos turistas todavía está allí. Aunque es difícil encontrar la ubicación exacta en la actualidad.
Cuando el forense investigó el tronco, vio que estaba cubierto de trozos de piel y carne humanas. Los cadáveres tenían las manos destrozadas, por lo que se supone que intentaron trepar desesperados, cediendo las ramas a su peso. No había rastro de ningún animal, pero algo tuvo que aterrorizarlos hasta tal punto de hacerles salir corriendo de la tienda sin vestirse e intentar subir a un árbol desollándose las manos.
Cerca del lugar, a unos 270 metros y en dirección a la tienda de campaña, encontraron el tercer cadáver, el del líder del grupo,Igor Dyatlov . Su encuentro no es menos sorprendente, estaba tumbado boca arriba, con la cabeza en dirección a la tienda, en una mano sujetaba una ramita, y con el otro brazo se cubría la cara, protegiéndose.
Igor Dyatlov arriba cómo se encontró su cuerpo, parte inferior con la nieve eliminado.
180 metros más adelante en dirección a la tienda, encuentran el cadaver de Rustem medio cubierto por la nieve, de cara al suelo y con una fractura de 17 centímetros en la cabeza.
Cerca hay restos de sangre, los siguen y encuentran a Zinaida, la que más se acercó a la tienda después de haber huido. La sangre no se pudo comprobar que fuera suya, pero no parecía serlo.
Las sorpresas no acababan aquí. Al examinar la tienda, comprobaron que estaba hecha jirones, pero los cortes no se produjeron desde el exterior, sino desde el interior de la misma, por lo que fueron los propios chicos los que en un intento desesperado de huir, rasgaron la tienda. Entre los restos de la tienda junto a la ropa encontraron sus diarios y varios royos de película sin revelar, de los que salieron parte de las fotografías mostradas.
El resto del equipo no apareció hasta que se produjo el deshielo. El cuatro de mayo aparecen los restos de los desaparecidos en un barranco de unos cuatro metros de profundidad, bastante cerca del árbol donde encontraron los dos primeros cadáveres. A diferencia del resto de sus compañeros, que aparecieron en ropa interior, éstos estaban vestidos, pero con prendas al azar. Todos los cuerpos sufrían graves daños. Lyudmila tenía fracturas simétricas en las costillas con hundimiento de la caja torácica a la altura del corazón. Zolotarev tenía rotas las costillas del lado derecho. Thibeaux tiene el cráneo aplastado y de Alexander Kolevatov no se dice mucho, salvo que estaba allí.
Pero esto no es todo, al examinar el cadaver de Lyudmila, la cabeza estaba echada hacia atrás (con la fractura en el torax le costaría mucho respirar), la boca muy abierta y sin lengua ni la carne que recubre la cavidad bucal. Respecto a la ropa, el pie de Dubinina fue envuelto en una pieza hecha jirones del pantalones de lana Krivonishenko y Zolotaryov llevaba el sombrero de piel sintética Dubinina y su abrigo.
Lugar donde encontraron los ultimos cuerpos
Cuerpos Dubinina y Thibeaux-Brignolle
Cuerpos Zolotarev y Kolevatov
Durante los funerales, fueron varios los familiares que afirmaron que la piel de los fallecidos era de un extraño color naranja, y su cabello se había vuelto gris. Además, se encontraron mediciones altas de radioactividad es varias prendas analizadas, que aunque en posesión de otros, pertenecían a Lyudmila.
¿Y a qué conclusión llega el equipo forense?
Según el estudio de los cadáveres todos murieron de hipotermia, algo lógico al encontrarse a 20 º bajo cero. Las fracturas de Lyudmila, Zolotarev y Thibeaux eran mortales, pero no se descarta la hipotermia como causa final o acelerante.
Nadie sabe qué ocurrió aquella noche , pero paradójicamente, el caso está documentado al detalle. De las fotografías tomadas por el propio equipo y sus diarios, se pueden reconstruir todos sus pasos. Se les ve felices y sin ningún problema que les afecte al llegar al lugar donde acamparían. Comieron de 18.00 a 19.00, como demuestra el contenido de los estómagos, y la comida sin digerir indica que el incidente y la sucesiva muerte de los nueve se produjo entre los intervalos que van desde las 21:30/23:30 del 1 de febrero y las 01:30/02:45 de la madrugada del 2 de febrero.
Fue en el primer intervalo de tiempo cuando se produjo lo que los investigadores llaman “evento desconocido”, algo que les produce tanto miedo que les impulsa a romper la tienda para huir colina abajo casi sin ropa, señal de que el peligro que les acechaba en la tienda era más temible que morir de frío.
Se dispersan en tres direcciones distintas en tres grupos, pero se las apañan para reunirse cerca del árbol donde encienden el fuego. Un fuego puede atraer a aquello que les asusta, que sigue en la tienda porque no regresan a ella, pero se están muriendo literalmente de frío.
Llegados a este punto se barajan tres hipótesis de por qué Krivonischenko y Doroshenko se suben al árbol, la hipótesis de buscar protegerse de algo pierde fuerza, o bien intentaban conseguir más leña para la hoguera o alcanzar un punto de visión de la tienda, ladera arriba, para ver si podían volver. Al estar congelados, tal vez ni notasen que se destrozaban las manos. Ellos dos son los primeros en morir de frío, probablemente sus compañeros les cubren con las ramas, y el grupo vuelve a separarse. Dyatlov, Rustem y Zinaida deciden acercarse a la tienda, pero van cayendo sucesivamente. Los tres mueren de hipotermia, aunque Dyatlov parece protegerse de algo o alguien y Rustem presenta una herida en la cabeza.
Los cuatro restantes se esconden, en este momento pueden sufrir las lesiones que el forense compara con un accidente de tráfico. Lesiones extrañas, ya que dañan el interior pero no producen ninguna lesión ni hematoma externo, aunque no es de extrañar debido a la congelación de los cuerpos. Cayeron por el barranco o se refugiaron en él. Una caída podría provocar los daños, aunque la altura es mínima, pero ellos ya estaban en malas condiciones. El primero en morir es Thibeaux, le sigue Lyudvina, que ha hecho girones los pantalones de Krivonischenko, ya muerto (lo que justifica que apareciera en ropa interior) para cubrirse los pies. Cuando ella muere, Zolotarev se pone su gorro y su abrigo, aunque no le sirve de mucho porque es el siguiente en fallecer. Kolevatov es el último en morir de hipotermia. Probablemente fue él el que cubrió a su compañero con el abrigo de la fallecida.
Un nuevo documental titulado “El Yeti ruso: El asesino vive” que fue emitido el pasado 01 de junio en el Discovery Channel, explora a fondo la posibilidad de que un “menk”, la palabra rusa para Yeti, hubiese sido el responsable de tales atrocidades. Aunque realmente la ciencia no reconoce la existencia del Yeti, el explorador Mike Libecki, el investigador del controvertido documental, está convencido de que hay algunos aspectos extraños en la masacre que parecen indicar que estuvo involucrada una gran criatura.
Por ejemplo, una de las tiendas fue rota desde el interior y algunas de las víctimas dejaron su ropa atrás con temperaturas bajo cero en el exterior. Libecki considera aún más extraño la eliminación de los informes de la autopsia y otros documentos oficiales del gobierno ruso.
“He pasado mucho tiempo solo en la montaña y he tenido que hacer frente a experiencias cercanas a la muerte”, dijo Libecki a los medios de comunicación. “Sé que si yo desapareciera, me gustaría que mi familia supiera lo que me pasó.”
Con el fin de investigar la teoría del Yeti, Libecki visitó Rusia para reunirse con expertos de la legendaria criatura, como Igor Burtsev del Centro Internacional de Hominología.
“Él es el mayor experto del mundo en el Yeti ruso”, dijo Libecki en el documental. “Ha dedicado toda su vida a la búsqueda de esta criatura.”
Burtsev, de 73 años, dice que tiene “montañas de evidencias” que demuestran la existencia de la criatura en los montes Urales, pero que “nadie quiere ver”. Basándose en sus investigaciones, Burtsev dice que el Yeti ruso es la raza mucho más notable de los “pies grandes”.
Igor Burtsev
“Ellos tienen el pie más grande que el ser humano, y tienen el cuello corto, casi sin cuello”, dijo Burtsev en el documental. “Las huellas están todas partes. Durante los últimos 50 años, he encontré signos del Yeti, confirmados por informes de más de 5000 testigos oculares.”Libecki está convencido que los datos de Burtsev demuestran que el Yeti fue el responsable de lo ocurrido en los Montes Urales hace cinco décadas.
“Eso es un gran número de avistamientos de una criatura que supuestamente no existe”, dijo Libecki.Esta fotografia fue revelada de una de las camaras encontradas
fuente:http://diarioparanormal.com/site/aseguran-que-el-yeti-fue-el-responsable-de-las-misteriosas-muertes-del-incidente-del-paso-dyatlov/