Un estudio realizado recientemente en Bucarest ha revelado la triste realidad de que los niños que son abandonados sufren un proceso a partir del cual el cerebro les deja de crecer, disiminuyendo la materia gris y blanca en su desarrollo, pero lo positivo es que los expertos aclaran que en el caso de niños que son derivados a hogares temporarios a edades tempranas pueden revertir esta situación.
Los encargados de la investigación han sido los investigadores del Hospital Infantil de Boston, quienes han realizado resonancias magnéticas a un grupo de niños internados en instituciones, demostrando que la privación social produce una serie de cambios sumamente significativos en el crecimiento y desarrollo del cerebro, provocando daños irreversibles que los afectan por el resto de sus vidas.
Lo que destaca es que en niños insitucionalizados hay una disminución de la materia gris y blanca del cerebro, la única manera en la que se pueden revertir estos cambios es mediante intervenciones positivas, es decir, con el cuidado y afecto de familias sustitutas o posteriores adopciones que permitan a los pequeños crecer dentro de un ambiente sano y natural de crianza aunque no sea el que originó sus vidas.
Los coordinadores de la investigación han sido Margaret Sheridan y Charles Nelson, de los Laboratorios de Neurociencia Cognitiva del Hospital Infantil de Boston, quienes con un grupo de investigadores analizaron diversas imágenes de resonancias magnéticas de niños rumanos que formaron parte del Proyecto de Intervención Temprana de Bucarest, en el que se trasladaron a niños criados en orfanatos a hogares de acogida temporales.
Los resultados fueron concretos, los niños abandonados sufrían un grave deterioro cognitivo, mientras que los niños acogidos por familiar en hogares de adopción temporales o permanentes revertían este nefasto cuadro, los expertos sostienen:
“la exposición a la adversidad en la niñez tiene un efecto negativo sobre el desarrollo cerebral”…”Las implicancias son muy amplias, no sólo para los niños internados en instituciones, sino también para los niños expuestos al abuso, el abandono, la violencia, la pobreza extrema, y otras adversidades”… “la materia blanca, a diferencia de la gris, se desarrolla lentamente, por lo tanto, puede responder mejor a terapias para revertir los cambios negativos”.
Vía | La Nueva
Foto | Pratham Books de Flickr
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Aseguran que en los niños abandonados el cerebro deja de crecer