Extraña esta adaptación del relato de Edgar Allan Poe, y digo extraña no porque se separe demasiado, en los rasgos generales, de las propuestas habituales de esos años, si no porque es una de la películas más atmosféricas pero también más incoherentes rodadas en esa época. Producida por la AIP y dirigida por Gordon Hessler (cuarto trabajo para esta productora), el film deviene en un experimento cinematográfico no apto para todos los gustos, pero sí con bastantes puntos de interés para el aficionado al género fantástico en general y a las adaptaciones de Poe en concreto.
Con muy poca presencia del relato original en el argumento, cosa bastante habitual, la película parte de una historia algo compleja con diferentes subtramas, no siempre bien hilvanadas, que intentan crear un ambiente onírico y atmosférico pero que no logran del todo su propósito.
La historia es la siguiente:
Una compañía de teatro, propiedad de Cesar Charron (Jason Robards), está escenificando en Paris la obra de Poe "Murders in the Rue Morgue". Madeleine (Christine Kauffman) esposa de Cesar y estrella de la compañía está teniendo unas horribles pesadillas, donde es perseguida por un extraño hombre enmascarado. Paralelamente varios actores de la compañía son asesinados de una manera brutal por un enigmático personaje que cubre parte de su rostro con una máscara. La policía parisina, comandada por el inspector Vidocq (Adolfo Celi), inicia las pesquisas y pronto averiguan que el pasado de Cesar esconde muchos enigmas. Los asesinatos se siguen sucediendo y Madeleine cada vez se ve más involucrada en los acontecimientos.
Como podéis ver el relato original de Poe solo sirve para dar inicio a la historia, a partir de ahí se podría decir que la película transita entre el terror y el misterio usando la venganza como eje de la historia, nada que objetar, pues es el actor que encarna la venganza, o sea Herbert Lom, el que da a la producción los mejores momentos de interpretación. Su personaje que recuerda, en apariencia y actos, al Fantasma de la opera de la Hammer (encarnado por el mismo Lom), brilla con luz propia, transitando tranquilamente entre la fría ejecución de sus planes y el sadismo de sus asesinatos (el ácido como herramienta). Herbert está muy bien secundado por Michael Dunn, que con su personaje de Pierre Triboulet, misterioso y maligno secuaz, dota de más potencia al desarrollo del argumento. Por otro lado el aspecto onírico, aunque de desigual resultado, es otro de los aspectos destacados, aprovechando los sueños de Madeleine, el realizador intercala momentos verdaderamente interesantes e inquietantes, para poco a poco ir desvelando partes de la trama, nutriendo con este recurso un aumento del interés por parte del espectador.
Por otra parte el principal inconveniente del film es la incapacidad de Hessler de mantener el ritmo narrativo durante todo el metraje, el espectador puede verse desorientado, en momentos poco interesado y adivinar, en muchas ocasiones, qué va a ocurrir a continuación. Pecados mortales todos ellos, para este tipo de producciones. Da la impresión de que Hessler no encontraba su sitio en la producción y que esa desorientación propició una montaña rusa de despropósitos, no encontrando en ningún momento el camino para plasmar con consistencia la historia en celuloide. También conviene mencionar la poca convicción que Jason Robards otorga a su personaje, es necesario recordar que la primera elección para el papel de Cesar había recaído en Vincent Price, que por la obligación de cumplir con otro contrato no pudo hacerse cargo del trabajo. Robards está ausente casi todo el metraje y siendo uno de los personajes principales, su interpretación lastra en muchos momentos el desarrollo del film.
Se comenta que la producción fue rodada íntegramente en Madrid, yo no puedo asegurarlo, pero algunas localizaciones del film, la intervención de algunos actores patrios como Victor Israel, José Calvo (ambos sin acreditar), Rafael Hernández o Luis Rivera y nombres en el equipo técnico como Manuel Berenguer (fotografía) o Waldo de los Ríos (música), parecen confirmar tal aseveración.
A pesar de sus irregularidades y fallos el film no es desechable, tiene algunas propuestas visuales muy interesantes, la labor de los actores es correcta y ofrece varias variantes sustanciosas al relato original. No es una obra redonda pero tiene suficientes puntos de interés para justificar su visionado.
Año: 1971 / Director: Gordon Hessler/ Productor: Samuel Z. Arkoff, James H. Nicholson, Louis M. Heyward / Fecha de estreno: 6/10/1971 (USA) / Guión: Christopher Wicking, Henry Slesar / Música: Waldo de los Ríos / Fotografía: Manuel Berenguer / Maquillaje: Jack H. Young, Francisco Ramón Ferrer, Carmen Martín / País: USA / Duración: 98m. / Formato: 35mm / Proporción: 1.85: 1 / Presupuesto: 700.000$ / Color
Jason Robards, Herbert Lom, Adolfo Celi, Christine Kaufmann, Maria Perschy, Michael Dunn, Lilli Palmer, Peter Arne, Rosalind Elliot, Marshall Jones, María Martín, Ruth Plates, Rafael Hernández, Pamela McInnes, Sally Longley, Luis Rivera, Dean Selmier, Inma de Santis, Víctor Israel, José Calvo, Brooke Adams