Revista Cultura y Ocio

"Asesinatos, S. L.", una novela de Jack London

Publicado el 27 julio 2024 por Juancarlos53

"El mundo se basa en la moralidad. Sin ella perecería. Hasta en los elementos hay justicia. Destruya la moralidad y destruirá la gravitación. Las mismas piedras saldrían volando en todas direcciones. El sistema sideral sería arrojado a la inconcebilidad del caos."

Dice Isabel de La Senyoreta Buncle en la reseña que el año pasado hizo de esta novela que la misma no se parece en nada a lo escrito por Jack London ("Asesinatos, S. L. no tiene nada que ver con lo que London nos tiene acostumbrados: animales, Alaska y aventuras."). ¿Es así? En efecto Asesinatos S. L. poco se parece a Colmillo blanco, a El lobo de mar o a El motín del Elsinore, novelas en las que el mar, la aventura o las peripecias protagonizadas en gran medida por animales ocupan un lugar central. Sin embargo en mi opinión no está demasiado apartada de otra novela suya, Martín Eden, metafórica narración autobiográfica que no he leído pero sí que he visto la muy bella e interesante adaptación cinematográfica realizada por el italiano Pietro Marcello en 2019.

La literatura de Jack London y el cine se han llevado siempre muy bien. Haciendo una búsqueda en Filmaffinity de las cintas basadas en obras escritas por el autor estadounidense encuentro nada menos que 44 películas fruto de versionar narraciones suyas. El espíritu de aventura, la naturaleza en libertad presente en las mismas y los valores que se asocian con la educación de los adolescentes (amistad, sinceridad, esfuerzo, amor, castigo a los insolidarios, persecución de la avaricia...) han hecho que las mismas, especialmente entre los jóvenes y la gente menuda siempre hayan sido un rotundo éxito.

¿ Asesinatos S. L. se aparta completamente de todo lo dicho hasta aquí? Pues siendo sincero y aunque corra el peligro de contradecir un poquito a Isabel de La senyoreta Buncle yo diría que no mucho. En esta novela hay aventura (los miembros de la agencia que es la empresa Asesinatos S. L. se esfuerzan por encontrar a Dragomiloff, el jefe de la misma, que por convicciones morales y sentido ético ha aceptado hasta su propio asesinato; también aparece el mar dentro de la misma, nada menos que en torno a las islas Hawai donde el color local se funde armoniosamente con fenómenos naturales que suceden en los océanos; y en cuanto a los valores que suelen impregnar las obras de London el amor entre Grunya y Winter Hall tiene su cuota, así como la amistad a prueba de bomba de todos los integrantes de la agencia entre sí y el tremendo sentido ético que todos y cada uno tiene para cumplir aquello que han acordado y/o contratado.

¿Entonces Asesinatos S. L., dentro de la producción literaria de Jack London, es más de lo mismo? Claro que no. Aquí hay, junto a lo ya señalado, un debate filosófico de lo más interesante entre individualidad y sociedad. La pregunta que subyace a lo largo y ancho de la novela es la siguiente: ¿es justo asesinar a alguien que hace mal a la sociedad? Y también esta otra: ¿el asesino que así obra puede proseguir su vida con sentido ético aunque la equivocada moral de la sociedad lo persiga? Es el intelecto el que se erige como centro rector de la actuación de estos hombres. Los 19 miembros que componen la agencia son seres inteligentísimos, éticos y de un tremendo comportamiento moral. Tan es así todo esto, que los asesinatos que aceptan cometer sólo los realizan tras una investigación profunda de la necesidad de eliminar la excrecencia social que es ese hombre, bien sea un policía como McDuffy con quien se inicia la novela, bien sea un ser corrupto y explotador como Burgess, el rey de los ferrocarriles.

Junto a las disquisiciones filosóficas que aparecen en la novela, para nada pesadas ni abstrusas, Jack London lanza cuestiones como la coherencia humana entre lo que se predica y lo que se hace. Así por ejemplo el personaje de Winter Hall es un socialista millonario que -esto sin saberlo previamente- ha pagado por el asesinato del padre de la mujer que ama. También es muy contradictorio que a Haussmann, un anarquista que milita en un grupo violento, la sangre le dé grima y no tenga el valor de matar a nadie.

(Los anarquistas) "eran tan poco prácticos... Soñaban, hilvanaban teorías y despotricaban contra la persecución a que la policía los tenía sometidos, pero nada más. [...] En cuanto a los seguidores de Tolstói y Kropotkin, no eran más que filósofos puramente especulativos. Ni ellos ni sus compañeros más violentos eran capaces de matar a una mosca."

Y es que como se ve por la cita anterior la acción se sitúa en la primera década del siglo XX cuando en Rusia la Revolución está teniendo momentos de pulsión evidentes. Todo lo que allí ocurre durante esos años está siendo observado desde el exterior con precaución por unos y con pasión y admiración por otros. Jack London por su militancia socialista está entre los segundos, si bien no llegaría a ver el triunfo definitivo de la revolución en Rusia al fallecer en 1916.

Me ha gustado mucho en esta novela el enorme sentido del humor que muchas veces se desprende de la misma. Iván Dragomiloff, creador de la empresa, y el resto de sus miembros repartidos por todo Estados Unidos son tan legales que nadie puede esperar que no cumplan con las reglas que se han autoimpuesto:

  • Primera: la muerte de la persona debe de aportar algún beneficio social y ser por ello de utilidad
  • Segunda: una vez aceptado el encargo y pagado, nadie se puede echar atrás.
  • Tercera: el asesinato tiene que ser cometido en el plazo de un año. Si no es así el dinero se devuelve al cliente con una compensación del 10%

Y si por algún imprevisto la víctima fallece por ella misma de manera natural y no puede llevarse a cabo el asesinato, la Empresa devuelve el dinero:

"Créame usted que tal como operamos nosotros, al margen de la ley, todo lo que no sea la más estricta honradez podría sernos de fatales consecuencias."
Muestra el autor en esta novela un enorme conocimiento de la literatura, en especial de la rusa (Turgueniev. Tolstoi...) dado el contexto revolucionario mundial en que se desenvuelve la trama y a que el protagonista de la novela, Iván Dragomiloff, es un ruso exiliado en USA. La cultura de este hombre es inmensa como lo demuestra su bien surtida biblioteca:
"Allí en una incongruente intimidad, de hallaban El problema de Asia, de Mayan; Fuerza y materia, de Bruckner; Mr. Polly, de Wells; Más allá del bien y del mal, de Nietzsche; Muchos cargos, de Jacob; Teoría de la clase ociosa, de Veblen; De Epicuro a Cristo, de Hyde, y la última novela de Henry James." (en la biblioteca que Dragomiloff tenía en Edge Moor).

Fue Jack London escritor prolífico en especial de historias cortas. Tuvo mucho éxito y publicaba cuentos en revistas de muchísima difusión. La escritura pronto le dio muy buenos réditos. Quizás por ello, aunque a veces con razón, fue acusado de plagio por otros autores. Él se defendía diciendo que se había inspirado para ese cuento o esa parte de aquella novela en alguna noticia leída en los periódicos o algo similar, pero sí que hubo páginas de algunas de sus obras -no muchas, ciertamente- idénticas a otras escritas por escritores de su época.

La gestación de Asesinatos S. L. tiene una peculiar historia. En primer lugar la idea de una Agencia de Asesinatos se la compró en 1910 Jack London al por entonces jovencísimo escritor norteamericano Sinclair Lewis. Se trataba de una empresa que aceptaba encargos para asesinar a personas malvadas o corruptas como jefes de policía, legisladores y políticos, Eso sí la organización debía constatar debidamente el merecimiento de la víctima a ser asesinado. El mismísimo Jack London confiesa que el año que compró la idea a Sinclair Lewis desarrolló la historia en unas 20.000 palabras, pero que se atascó y la aparcó por no encontrar la manera idónea de continuarla. En ese estado quedó cuando en 1916 le sorprendió la muerte a la temprana edad de 40 años. Junto a esas 20.000 palabras el escritor dejó una serie de anotaciones en el manuscrito para esa posible continuación; asimismo su esposa, Charmian Kittredge, había dejado pergeñado antes de morir en 1955 una especie de esquema del relato. Fue con estos mimbres que en 1963 el escritor de novela negra, Robert L. Fish se encargó de culminar el relato.

Lo dicho en el párrafo anterior sobre la escritura de la novela puede ser el motivo por el que su finalización -que, evidentemente, no voy a desvelar aquí- me ha parecido un poco brusca como si se tratase de una especie de 'deus ex machina'. Pero, en fin, este pequeño detalle no desmerece el conjunto que es Asesinatos S. L. Ahora mismo no sabría decir a quien pertenece la autoría de las fantásticas escenas de persecución, luchas y muertes que en los últimos capítulos de la narración aparecen. Desde luego están dotadas de una plasticidad y un dinamismo que tanto podrían ser autoría de London como de Fish.

Como tantas obras de Jack London, esta novela salida de varias manos también ha sido llevada al cine. En 1969 Basil Dearden dirigió la adaptación de la novela que en España se tituló El club de los asesinos. La película fue bien recibida por el público y fue nominada en 1970 para los Globos de Oro.

Me ha gustado leer Asesinatos, S. L. de Jack London. Me ha hecho recordar las lecturas de aventuras leídas durante mi juventud. Quizás esto sea una de las cosas que más me ha hecho disfrutar de esta novela. El mar, las luchas entre contendientes me han parecido fantásticas. Sin lugar a dudas me reafirmo en que Jack London es uno de los grandes en la literatura de aventuras. Pero, como ya he dicho en esta reseña, este libro no sólo va por ahí; Su dirección enfila directamente hacia lo filosófico: Moralidad y Justicia, he ahí la gran pancarta que se extrae de la trama de esta novela. Unos asesinos justos. ¿Es posible tal cosa? Además en el texto se plantea hasta qué extremo de fidelidad a la palabra y a la inteligencia puede llegar el ser humano: ¿Incluso hasta la propia muerte? Son asuntos profundos desde luego.

La novela la publica Siruela dentro de una denominada Colección Escolar de Filosofía. Al respecto viene precedida de una Invitación a la lectura que ya anuncia un poco el tono de la narración; también al acabar la obra se proponen unas Actividades tras la lectura que desde luego pueden ser muy útiles en el aula. La invitación a la lectura de la obra y las actividades tras la lectura corren por cuenta de Marta Aja Cobo. Sólo he echado una rápida vista sobre ellas y me parecen muy bien traídas y muy estimulantes para los jóvenes lectores.

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