Get Carter (Mike Hodges, 1971. Gran Bretaña): adaptación convertida casi desde su estreno en una auténtica cult movie, un noir de venganza quizás un pelín sobrevalorado pero de una solidez fuera de toda duda. Violento y sin concesiones (hay escenas en que la violencia está justificada; en otras, simplemente no), lo que de verdad convierte en relevante a esta ópera prima de Hodges, quien tardaría casi treinta años en firmar una cinta de similar calidad, Croupier (1998), es su looksucio y esos escenarios llenos de casas de ladrillo rojo y mal tiempo tan propios de la sórdida Inglaterra del norte, la industrial (la acción tiene lugar en Newcastle), además de la icónica y absorbente interpretación de Caine, convertido en estandarte del gangster británico. Respuesta, en clave inglesa, al amanecer del thriller norteamericano moderno, personificado en el Steve McQueen de Bullit (1968, Peter Yates) y el Lee Marvin de A quemarropa(John Boorman, 1967). Una película de un interés incuestionable.