"Somos lo que comemos", dicen. Casi seguro que es cierto. ¿Podría ser que también "somos lo que pensamos"? Probablemente sí. Según la Ley de la Atracción, nuestros pensamientos (conscientes o inconscientes) influyen de forma determinante sobre nuestras vidas. Según esta ley, los pensamientos son energía y por ello, todo el tiempo que pasamos pensando, soñando, trabajando, intentando y esforzándonos por conseguir nuestros objetivos, es pura energía que nos será devuelta, atrayéndonos hacia lo que queremos conseguir de forma definitiva.
La Ley de la Atracción: el boomerang del Universo
Reconozco que, hace unos meses, leer sobre la Ley de la Atracción me hubiera parecido absurdo. Pero desde hace un tiempo he aprendido a ver la forma en la que trabajo, escribo o me esfuerzo en lograr algo, como energía que fluye, se transforma, se estanca (a veces) y que yo proyecto, para después venirme devuelta en forma de energía nueva, de ideas nuevas, de nuevos pasos a seguir hacia lo que quiero.
Es decir: he aprendido a plantear mis objetivos con la creencia de que "el Universo me cubre las espaldas". Por ello, desde que me esfuerzo porque esa energía sea poderosa y positiva, he dejado de sentir ansiedad o presión. Ya no depende sólo de mí. Hay algo más que está ahí, apoyándome en el proceso. ¿El resultado? Trabajo de forma más libre, con menos angustia y menos prisa, de forma más positiva y con un carácter más optimista. Y así, a la vez, me siento más segura a la hora de enfrentar los posibles problemas que puedan surgir (porque, esto sí que es una realidad, surgirán).
"Dentro de cada uno de nosotros hay una batalla entre dos lobos: uno malvado, es la ira, el resentimiento, el egoísmo y la venganza; el otro es benévolo, la paz, el amor, la esperanza, la bondad y la empatía. ¿Y cuál de los dos lobos gana? El que tú alimentas"
Eres lo que piensas. Tu vida lo es.
Las palabras tienen el poder de darle forma a nuestro mundo , incluso cuando no las pronunciamos, y van por ahí en forma de pensamientos. Si nos negamos algo, estamos decidiendo no obtenerlo. Si cada día nos decimos que somos feos, que no somos suficiente; desarrollamos la creencia de que, efectivamente, somos feos o no somos suficiente. Pero también, siguiendo este mismo planteamiento, si nos repetimos que somos capaces de hacer algo, realmente seremos capaces de hacerlo, ¿no? Es cierto: no porque nos repitamos que somos los mejores cantantes de ópera del mundo, lo seremos. Pero se trata de ser conscientes y (dentro de nuestras propias habilidades, condiciones particulares y limitaciones) utilizar las palabras y los pensamientos de forma adecuada. Ya que la energía que transmitimos con ellos, según la Ley de la Atracción, nos va a ser devuelta.
No hay magia: es actitud
Si eres un escéptico y eso del "Universo" es demasiado intangible para ti, te aconsejo lo siguiente:
Considera que la Ley de la Atracción se basa en dos pilares fundamentales: un cambio radical de actitud y un gran amor propio. ¿Te imaginas cómo sería afrontar los problemas con su importancia justa o intentar ser positivos, incluso cuando estamos de mal humor o vemos que algo no sale como deseábamos? ¿Te imaginas cómo podrías afrontar tus objetivos si, en vez de juzgarte o autocriticarte, pudieras generar más pensamientos y emociones positivas para ti mismo? Esa es la clave.
POSDATA:Me he fijado que mucha gente que "critica" la Ley de la Atracción, la ve como "sentarse a esperar a que el Universo te premie", pero en realidad es todo lo contrario. Tú estás trabajando, te estás esforzando, estás pensando día y noche en algo. Y toda esa energía, te lleva a conseguir tus objetivos. Las buenas ideas atraen más buenas ideas. Los buenos pensamientos atraen más buenos pensamientos. Los gestos amables con los demás, atraen más amabilidad.
Y así sucesivamente. En mi opinión, merece la pena pararse a pensarlo, ¿no?