Después de la caida del muro de Berlín, se levantaron otra docena de ellos. Estados Unidos que tanto se opuso al muro de Berlín, mueve literalmente cielo y tierra para construir sus propios muros; la Unión Europea crea una fortaleza a su alrededor; en Oriente Medio, un muro separa Israel de los territorios ocupados. ¿Acaso una pared, algo tan arcaico, es capaz de resolver los problemas del siglo XXI?
El muro entre Estados Unidos y México es de 1125 km y cada km cuesta U$4 millones, más miles de millones que cuesta el mantenimiento y la custodia con cientos de puestos de control. Una barrera costosísima pero que no es impermeable, ya que las armas y las drogas circulan con toda libertad, mientras que las personas de bien son tratadas peor que animales salvajes. Los negocios entre ambos representan cientos de miles de millones de dólares para ambos, para venderles productos y explotar la barata mano de obra mexicana, ya no existe ningun muro. Al gobierno de los Estados Unidos le parece normal que mueran miles y miles de personas en su intento por cruzar la frontera y buscar un futuro mejor.
El muro de Cisjordania fué construido por Israel (también a un costo exagerado) con la excusa de defenderse de terroristas, pero la realidad es que el muro se ha construido en territorio Palestino, separando comunidades y familias, alejando a campesinos de sus tierras, de sus centros de trabajo, de salud o educativos, y rodean los más de 50 asentamientos de colonos israelies, que ocupan territorio palestino de forma ilegal según el derecho internacional.
La fortaleza en que se ha convertido Europa, con el muro de Ceuta y Melilla, es otra vergüenza más, una triple barrera de 6 metros de alta rematada con círculos erizados de púas, dotada de rayos infrarojos, vigilancia aérea y cámaras de vídeo. Si en cualquier lugar de Europa se instalara una trampa mortal como esta, para atrapar animales, hace mucho tiempo que habría sido derribada por las asociaciones defensoras de animales, sin embargo esta se mantiene. En vez de tantos gastos en defensas se podría ayudar al desarrollo de Africa, tanto con la inversión directa como con las facilidades para que sus productos lleguen al mercado europeo y puedan poco a poco salir de la pobreza.
Hay muchos otros muros como el de Irlanda del Norte, el que separa las dos Coreas, el de Arabia Saudía, Brasil, Sáhara occidental, Botswana, Chipre, entre India y Pakistán, entre Irán y Pakistán, entre Kuwait e irak, el de Uzbekistan. Estos líderes políticos que hablan a diario de la necesidad del libre mercado, lo único que buscan es la globalización del dinero para poder sacarle el máximo beneficio personal y que el mundo se las arregle como pueda, aunque tenga que saltar un muro todos los días para ir al colegio, o para ver a su familia o se juegue la vida para buscar un futuro menos incierto.