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Así se Separó Geologicamente Gran Bretaña de Europa

Publicado el 31 mayo 2017 por Grupozonaciencia

Según un estudio publicado en Nature Communications esta semana, la separación geológica de Gran Bretaña de la Europa continental pudo haber sido un proceso de dos etapas. "Fog in the Channel. The continent cut off". Cuenta un relato que durante los años 30 una espesa niebla se instaló en el Canal de la Mancha interrumpiendo las comunicaciones marítimas entre Europa y Gran Bretaña. Y entre el mito y la realidad se encuentra la creencia de que el titular que abre este párrafo: "Niebla en el Canal. El continente se queda aislado", pudo leerse en alguno de los periódicos británicos de la época. La mayoría de especulaciones apuntan a The Daily Mail.

Así se Separó Geologicamente Gran Bretaña de Europa

Bien se tratase de una muestra del particular humor británico o quién sabe si, debido a la alta concepción que los anglosajones tienen de si mismos, de una afirmación plenamente intencionada, lo cierto es que durante un periodo de la historia tanto el continente como las islas permanecieron ajenos el uno del otro.

Sin embargo, en un ámbito geológico, les pueda gustar más o menos a nuestros vecinos británicos, hubo un día en que las islas y el continente fueron parte de una misma entidad. Para situar este momento en el tiempo hemos de retroceder unos 450.000 años, hasta el periodo en que la Tierra estaba inmersa en una Edad de Hielo y glaciares se extendían por todo el Mar del Norte, desde Escandinavia hasta Gran Bretaña.

Tamaña formación de hielo se traducía en que el nivel del mar se encontraba muy por debajo de su nivel actual, conformándose el Canal de la Mancha como un páramo de tierra seca. Un paisaje congelado de tundra y atravesado por pequeños ríos. ¿Cómo se convirtió este territorio en el mar que vio perecer en sus aguas a la Armada Invencible de Felipe II o fue testigo del desembarco americano en las playas de Normandía durante la Segunda Guerra Mundial?.

Un nuevo estudio llevado a cabo por científicos del Imperial College of London y publicado recientemente en la revista Nature Comunications aporta pruebas de que la apertura del Estrecho de Dover - el paso más ceñido entre Gran Bretaña y Europa- fue resultado de la erosión producida por el desbordamiento de un lago glaciar en la cuenca del mar del Norte, y a partir del cual se sucedieron una serie de inundaciones catastróficas.

Jenny Collier, del departamento de Ciencias de la Tierra e Ingeniería del Imperial College of London y coautora del estudio afirma que: "basándonos en las pruebas obtenidas, creemos que hace 450.000 años el Estrecho de Dover era una enorme cresta rocosa que unía Gran Bretaña y Francia. Esta habría de haberse parecido bastante a un mundo frío salpicado de cascadas que se hundían sobre el icónico escarpe de tiza blanca que apreciamos hoy en los acantilados blancos de Dover".

Como afirma la doctora Collier, antes de la apertura del estrecho de Dover, Gran Bretaña y Francia se encontraban conectadas a través de una cresta montañosa conformada por una roca sedimentaria, porosa, blanca, blanda y de origen orgánico que recibe el nombre de creta o caliza de creta, también conocida como tiza.

Se postula que esta cresta blanquecina se estableció como una barrera que separaba lo que hoy son el mar del Norte y Canal de la Mancha, y que actuaba del mismo modo como la presa de contención de un enorme lago glaciar ubicado al norte de la misma.

Así, hace unos 10 años, los investigadores del Imperial College of London daban a conocer, a partir de una serie evidencias geofísicas, la presencia de unos gigantescos valles submarinos ubicados en el fondo de la parte central del Canal de la Mancha. Estos estarían asociados a la gran proporción de sedimentos arrastrados por una serie de inundaciones de gran magnitud producidas por una fisura catastrófica en la cresta que ensamblaba isla y continente.

Quepa decir por otro lado que un modelo diferente sugería que la rotura del estrecho fue un proceso lento y que, si bien si existió un lago glaciar al sur del mar del Norte, el derrame de este sobre la cuenca del Canal de la Mancha no fue un proceso catastrófico.

Según este segundo modelo, la erosión de la cresta se produjo de una forma progresiva debido a lentos procesos de marea motivados por la diferencia del nivel del mar entre periodos glaciares e interglaciares.

Sin embargo, hasta el momento, la falta de pruebas que refutaran ambas hipótesis habían restado solidez a sendos planteamientos. Ahora, el equipo liderado por Sanjeev Gupta del departamento de Ciencias de la Tierra e Ingeniería del Imperial College of London presenta en su investigación nuevas pruebas de que la apertura del estrecho dio lugar a dos importantes periodos de erosión.

El nuevo estudio liderado por Imperial College of London y en el que han participado investigadores de varias universidades y entidades europeas, expone por primera vez los detalles de cómo se rompió esta cresta que unió lo que en la actualidad corresponde a los territorios de Dover y Calais.

Los nuevos datos geofísicos obtenidos en combinación con los relativos al fondo marino muestran la presencia de enormes agujeros y un sistema de valles en sus profundidades del Canal de la Mancha. El equipo, identifica estos agujeros - de varios kilómetros de diámetro y con alrededor de 100 metros de profundidad perforados en roca sólida - como enormes piscinas de inmersión.

Las piscinas de inmersión son depresiones que se forman en la base de las cataratas. De este modo las 7 piscinas encontradas entre los puertos de Calais y Dover, evidencian para los científicos un gran desbordamiento de agua desde el norte hacia el sur. La disposición en línea recta de las piscinas de inmersión sugiere que fueron producto de una abertura de unos 32 kilómetros de largo y 100 metros de altura en la cresta de roca que unía Reino Unido y Europa.

Sin embargo, la inundación completa del Canal de la Mancha se produciría en dos fases distintas, con ciclos erosión separados en un lapso de tiempo de unos 290.000 años.

El primero correspondería al evento recién citado, que tendría lugar hace unos 450.000 años, producto de la formación de una brecha inicial en la cresta montañosa, probablemente motivada por la acción de un terremoto, y que dio lugar a la formación de grandes cascadas. El gran poder erosivo de estas en conjunción con la naturaleza de la roca afectada, relativamente endeble y porosa, facilitaría el proceso de apertura en la formación de tiza, dando lugar a la inundación de gran parte del Canal de la Mancha que se encontraba por debajo del nivel del mar.

Los datos revelan sin embargo que un segundo evento catastrófico de inundaciones fue necesario para abrir completamente el Estrecho de Dover. El momento en que se produjo no está claro, pero según sugieren los autores en base a la proporción de moluscos marinos hallados en los sedimentos costeros, es probable que aconteciera alrededor de hace unos 160.000 años.

Así, un nuevo sistema de valles fue esculpido a su vez por el agua de las inundaciones que en primera instancia atravesaron el Estrecho de Dover. Ambos sistemas se encuentran conectados entre si, lo que sugiere a los científicos que el agua del glaciar del mar del Norte se unió a otros lagos más pequeños, cuyo desbordamiento fue el responsable de posteriores periodos de erosión e inundación y que se interpretan, del mismo modo, como el resultado de un drenaje violento consecuencia de la fusión glaciar.

Han sido necesarios 10 años, pero tras unir las piezas de este rompecabezas geológico, el equipo afirma estar seguro de que esta fue la manera en que se inundo el canal de la Mancha dando origen a las islas Británicas.

En un siguiente paso, los investigadores pretenden tomar muestras de los sedimentos de las piscinas de inmersión, las cuales analizarán para determinar el momento de la erosión de las crestas, del relleno de las piscinas y la naturaleza de los sedimentos. Este será un verdadero desafío para el equipo, ya que obtener muestras significa lidiar con enormes cambios de marea en uno de los espacios marítimos más transitados de todo el mundo.

Asimismo, los científicos afirman que de no haber sido por un conjunto de circunstancias geológicas fortuitas, Gran Bretaña podría haber permanecido conectada a la Europa continental, sobresaliendo hacia el mar de manera similar a Dinamarca. En palabras del profesor Sanjeev Gupta: "la ruptura de este puente terrestre entre Dover y Calais fue sin duda uno de los acontecimientos más importantes de la historia británica. Cuando acabó la Edad del Hielo y el nivel del mar subió inundando el suelo del valle para siempre, Gran Bretaña perdió su conexión física con el continente".

"Sin esta brecha dramática, Gran Bretaña seguiría siendo parte de Europa. Este puede considerarse el Brexit 1.0; un Brexit por el que nadie votó", concluye el profesor al más puro estilo británico.


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