El estilo coreano hace furor, ya que con el se ha creado una combinación entre la belleza asiática y la occidental. Podemos decir que la "corean wave" ha tenido una gran influencia en el negocio del bisturí.
Las consultas de cirugía estética en Shangai, Pekín y Yakarta son famosas. También la fama de los cirujanos plásticos de este país es excelente. Su tasa de complicación es tan solo de un 0,1%. Según la ISAP, Corea del Sur aventaja a Brasil en la clasificación de los países más fanáticos del bisturí; las diferentes encuestas informan deq ue una de cada tres coreanas recurre a la cirugía.
Este mercado no tiene nada que ver con el occidental, donde predominan las operaciones de rejuvenecimiento en las mujeres mayores. En Asia, en cambio, el mercado se basa en una clientela más joven, la mayoría de veces financiado por los padres.
En evfecto, los padres creen que si han pagado los estudios de sus hijas también pueden ofrecerles una intervención de cirugía plástica. El bisturí es un recurso muy útil en una sociedad ultra competitiva, donde muchas veces la apariencia física es la clave decisiva del éxito social.
Mientras el occidental asocia el encanto con la diferencia, con lo que es único, en Asia, aún con el riesgo de producir clones, funciona al revés. La belleza se establece a través de cánones repetidos hasta el infinito.