Durante siglos, la medicina fue practicada de una manera muy paternal, sin obtener el consentimiento de los pacientes. La noción de obtener un consentimiento informado por escrito, fue introducida por primera vez por Walter Reed en 1900, cuando estaba estudiando la fiebre amarilla en Cuba [1]. Ese documento de consentimiento delineaba los riesgos de los experimentos y los posibles beneficios para los participantes. No obstante, no fue sino hasta muchos años después que los requerimientos del consentimiento informado, como pertenecientes a los sujetos de la investigación, fueron definidos por el Código de Nuremberg en 1947, la Declaración de Helsinki de 1964 y el Reporte Belmont de 1979.
Un caso legal centinela en los Estados Unidos ocurrió casi concurrentemente con la introducción del consentimiento escrito por Walter Reed. El caso de 1905 Mohr vs. Williams, definió el consentimiento informado por primera vez, en relación con los pacientes clínicos [2]. En ese caso, el cirujano extendió el procedimiento más allá de lo que había sido originalmente consensuado. El juez falló que los médicos tienen que avisar a los pacientes toda la información relevante del procedimiento por escrito y tienen que revisar con los pacientes todos los riesgos y beneficios. Sólo después de que esa información es compartida, puede el paciente cerrar el contrato. El contrato le permite al cirujano operar sólo en la extensión de lo autorizado en el consentimiento.
Se ha establecido que los pacientes no sólo merecen conocer cuáles son las opciones, sino que también tienen el derecho de decidir que tratamiento desean recibir. Los médicos, a su vez, deben respetar los deseos del paciente, ya sea que la decisión se base en la religión, creencias, valores o cualquier otra fuente. Aunque los médicos han considerado esta relación mutual como cierta, el avance de la tecnología ha echado luz sobre nuevos dilemas éticos. Aún cuando los médicos hagan su mejor esfuerzo para ser cultural y religiosamente sensibles a los deseos de los pacientes, con la multiplicidad y los nuevos productos y tecnologías emergentes, se ha vuelto poco claro que deseos de los pacientes pueden estar relacionados con esos productos.Se conoce desde hace varias décadas que los aloinjertos y los xenoinjertos brindan la mejor posibilidad de recuperación para varias lesiones, tales como las quemaduras [3]. Con los avances de la medicina moderna, ha habido un crecimiento sin precedentes en productos biológicos derivados de productos bovinos, porcinos y humanos [4]. En efecto, muchos medicamentos e implantes quirúrgicos en uso provienen de fuentes bovinas, porcinas o humanas [5]. La aplicación clínica de esos productos continúa en expansión. Las matrices dérmicas acelulares fueron introducidas recientemente como materiales adecuados para el cierre de los defectos de la pared abdominal [6-10]. Incluso algunas mallas ”sintéticas” usadas para la reparación herniaria, contienen componentes biológicamente derivados, incluyendo Parietex Composite Mesh (Sofradim Production) y C-Qur (Atrium Medical Corporation). La primera contiene colágeno porcino y la segunda está recubierta con ácidos grasos omega-3 derivados de peces.Es ampliamente conocido que los Testigos de Jehová tienen prohibido recibir transfusiones de sangre [11]. Sin embargo, no está claro como se sentirían si se les colocara en su cuerpo una malla derivada de humanos. Además, mucha gente es conciente de las restricciones dietarias para los judíos, musulmanes e hindúes. Sin embargo, no está en claro si esas restricciones dietarias se trasladan a las restricciones relacionadas con la recepción de productos quirúrgicos o medicamentos conteniendo tejido animal o humano.En general, hay una falta de conocimiento sobre lo que piensan las mayores religiones en los Estados Unidos sobre el uso de productos quirúrgicos derivados de animales o humanos. Ha habido estudios relacionados con la efectividad y costo de ciertos productos quirúrgicos biológicos, pero muy pocos sobre este dilema ético [12-14]. Uno de esos estudios evaluando la aceptabilidad del implante de malla, consideró las creencias de los grupos religiosos prominentes en el Reino Unido [4]. Además, Easterbrook y Madden {5], en Australia, buscaron definir las restricciones entre judíos, musulmanes e hindúes. No obstante, eses estudios no reflejan las variantes religiosas que existen dentro de los Estados Unidos.El propósito de este estudio fue investigar las visiones de los mayores grupos religiosos y culturales organizados en los Estados Unidos, en relación con el uso de la malla biológica para la reparación de tejidos blandos. El objetivo fue clarificar la preferencia y/o restricción para el implante de tejidos humanos, bovinos o porcinos.MétodosLos autores obtuvieron inicialmente la información demográfica relacionada con la composición religiosa de los Estados Unidos, de la American Religious Identification Survey(ARIS) conducida por el Trinity College [15]. Los datos extraídos de esa encuesta (Tabla 1) estimaron que la población de EEUU es 76% cristiana, 3,9% de otras religiones, 15% no religiosa y 5.2% desconocida (declinaron respuesta). Las religiones representativas identificadas como cristianas fueron elegidas para incluir a Católicos (25,1%), Bautistas (15,8%), Luteranos (3,8%), Testigos de Jehová (0,8%), Adventistas del Séptimo Día (0,4%) e Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (también conocidos como Mormones) (1,4%). Los representativos de “otras” religiones no cristianas incluyeron: Judaísmo (1,2%), Budismo (0,5%), Islam (0,6%), Hinduísmo y Movimientos de Nueva Religión (MNR) y otras religiones (1,2%), incluyendo Cientología. También se eligió a American Vegan y People for the Ethical Treatment of Animals (PETA), como grupos culturales representativos con creencias potencialmente fuertes en relación con el uso de tejido animal.Siempre que fue posible, se identificó un representante a nivel nacional o regional para cada religión o grupo cultural usando sus sitios oficiales en Internet. En los casos del Judaísmo, Budismo, Islam e Hinduísmo, que están compuestos por múltiples sectas, se identificaron eticistas nacionalmente reconocidos de la misma creencia respectiva. En el momento de la identificación de la persona de contacto apropiada, se distribuyeron cuestionarios estandarizados a las respectivas autoridades religiosas o culturales. Las preguntas en la encuesta solicitaban puntos de vista sobre la composición de los productos bovinos y porcinos y la aceptabilidad de injertos acelulares derivados de humanos, porcinos o bovinos para la reparación de los tejidos blandos. Se solicitó una entrevista, al momento de distribuirse la encuesta, para permitir a los entrevistados editorializar o explicar ulteriores comentarios. Cuando fueron concedidas, todas las entrevistas fueron conducidas por el investigador jefe.ResultadosTodos los grupos religiosos y culturales contactados retornaron al menos una respuesta breve sobre el cuestionario principal en relación con la aceptabilidad del uso de tejido humano, porcino o bovino.CatolicismoLa respuesta se obtuvo de St. Louis Archdiocese Archbishop’s Vicar for Moral Issues and Biotechnology. El catolicismo no prohíbe ya sea el consumo de productos bovinos o porcinos o el uso de productos bovinos o porcinos en cirugía. Los productos alogénicos que se producen actualmente de cadáveres también son productos quirúrgicos aceptables. No obstante, podría surgir una cuestión si el producto se originara de tejido fetal abortado. Es aceptable usar tejido fetal abortado si no hubo complicidad en el aborto. Pero hay preocupación sobre si el uso de tales productos podría crear un mercado para el tejido fetal abortado. Para señalar, también se oponen a la investigación con células madre embriogénicas porque es necesaria la destrucción de los embriones.En relación con órganos y tejidos humanos para transplantes o implantes, el papa Juan Pablo II estableció: “El cuerpo no puede ser tratado como una entidad meramente física o biológica, ni pueden sus órganos y tejidos ser usados como ítems para venta o intercambio ... Consecuentemente, cualquier procedimiento que tienda a comercializar órganos humanos o que los considere como artículos de intercambio o comercio, debe ser considerado moralmente inaceptable, porque el uso del cuerpo como un objeto es violar la dignidad de la persona humana” [16].MetodistasLos autores fueron derivados al Director of Alcohol, Other Addictions, and Health Care en el General Board of Church and Society of the United Methodist Church. La directora declaró que no hay restricciones dietarias entre los Metodistas relacionadas con los productos porcinos o bovinos. Aunque la Iglesia Metodista no tiene una posición oficial sobre la aceptabilidad de mallas confeccionadas con productos bovinos o porcinos, la iglesia ha publicado otras declaraciones generales relacionadas con temas de salud y de atención médica. Los autores fueron derivados a su sitio principal en Internet [17] para conocer sus posturas sobre la atención de la salud. Entre sus creencias, la United Methodist Church, en sus Principios Sociales, estima que el cuidado de la salud es un derecho humano básico, así como una responsabilidad, tanto pública como privada. Como posición elaborada por la Iglesia: “Alentamos a los individuos a perseguir un estilo de vida sano y .... también reconocer el papel de los gobiernos para asegurar que cada individuo tenga acceso a aquellos elementos necesarios para la buena salud” [17]. Esta declaración es importante porque delinea la creencia Metodista de que la atención de la salud es un derecho humano.En relación con la aceptabilidad de los productos alogénicos, se informó que la donación de órganos y tejidos es alentada. De hecho, la Iglesia Metodista participa en el National Donor Sabbath. “El National Donor Sabbath es observado desde el viernes hasta el domingo que cae dos fines de semana antes que el Día de Acción de Gracias ... Casi todas las religiones en los Estados Unidos apoyan oficialmente la donación de órganos y tejidos o apoyan las elecciones individuales de sus miembros. La donación es vista por la mayoría de las religiones como un acto de compasión y generosidad. Templos, iglesias, mezquitas y otros lugares de culto observan el National Donor Sabbath en sus propias maneras” [18]. La posición de la Iglesia Metodista es que el cuidado de la salud no debe ser un artículo de consumo al igual que los órganos y tejidos que son donados. El beneficio económico de los implantes de tejidos y órganos no es aceptable.Una aclaración adicional relacionada con la aceptabilidad de los productos alogénicos fue ofrecida en relación con los potenciales productos diseñados mediante la investigación de células madre embriogénicas: “Ha habido una gran cantidad de interés científico generado recientemente por la investigación de las células madre humanas ... El uso de células madre adultas y células madre derivadas de la sangre del cordón umbilical plantea pocas cuestiones morales ... Dada la realidad de que la mayoría, si no todos ... los sobrantes embrionarios serán descartados, creemos que es moralmente tolerable el uso de los embriones existentes para propósitos de investigación de células madre ... El mismo juicio de tolerancia moral podría aplicarse al uso de embriones dejados para esfuerzos reproductivos futuros si se decidió no introducirlos en la matriz. Articulamos esta posición con una actitud de cautela, no de licencia. Reiteramos nuestra oposición a la creación de embriones con el objetivo de la investigación” [19].BautistasLa comunicación se estableció con el Vice President of Public Policy and Research of the Southern Baptist Convention. No hay restricciones dietarias o quirúrgicas en relación con productos bovinos o porcinos entre los Bautistas. Sólo podría existir un problema con el implante de tejidos humanos si provienen de fetos humanos abortados o de embriones destruidos para la investigación. Si el tejido fue diseñado desde embriones humanos sin hacer daño al embrión, esa podría ser una fuente aceptable.LuteranosLas respuestas provinieron del Director of the Department for Studies: Church in Society Program Unit of Evangelical Lutheran Church in America (ELCA). Sus respuestas son citas textuales del cuerpo de declaraciones sociales de la ELCA [20]. Esas proclamas sociales forman la expresión contemporánea del conocimiento Luterano de los temas sociales y articulan efectivamente sus enseñanzas y políticas oficiales. En relación con esas declaraciones sociales, “Los miembros de la Iglesia son invitados a darle mucha consideración a las declaraciones sociales, dado que forman parte de sus propios juicios .... Las declaraciones sociales ayudan a modelar la conciencia de los cristianos apelando a su fe, convicciones morales y razones” [20].En relación con el consumo de cerdo y vaca: “Le damos la bienvenida a la interacción de diferentes puntos de vista y experiencias en nuestra discusión de temas ambientales tales como: ... hábitos personales en el consumo de alimentos ... tratamiento de animales .... investigación de laboratorio ... “ [21]. Además, establecen: “Debería señalarse que, mientras la ELCA no enseña en contra de consumir carne per se, alienta la administración de la creación y la toma de conciencia sobre las razones para el hambre en un mundo en el cual ninguno debería tener hambre. Ambas enseñanzas pueden llevar a algunos a no consumir productos cárnicos y alentarán a todos a ser concientes de los niveles de ingesta de carne”. No hubo aclaración adicional relacionada con la aceptabilidad del uso quirúrgico de productos bovinos o porcinos.En lo que atañe al uso de tejidos u órganos humanos en implantes o transplantes, “ELCA afirma que estima a la donación de órganos, tejidos y sangre entera, como un acto de administración y como un medio apropiado para contribuir a la salud y bienestar de otras personas, reconoce que la donación de órganos vivos (por ejemplo, un riñón) puede ser una expresión de sacrificio por amor a un prójimo que lo necesita y reconoce que la donación de sangre entera y de tejido renovable (por ejemplo, médula ósea), por aquellos que pueden hacerlo, puede ser una expresión de compasión por un prójimo necesitado” [22].Testigos de Jehová
Las siguientes respuestas fueron recibidas del Hospital Information Services for Jehovah’s Witnesses: “Además del hecho de que todos los Testigos de Jehová rechazan la transfusión de sangre por razones religiosas basadas en la Biblia, todas las otras materias médicas son dejadas a la decisión de cada paciente integrante de la comunidad”. Enviaron un conjunto de información titulado “Alternativas médicas a la transfusión de sangre”. El paquete contenía la declaración “Los Testigos de Jehová aman la vida y hacen cualquier cosa razonable para prolongarla. Por esta razón, buscan atención médica de calidad y aceptan la vasta mayoría de los tratamientos médicos. Sin embargo, por razones religiosas basadas en la Biblia, los testigos de Jehová no aceptan las transfusiones de sangre. En lugar de eso, solicitan alternativas no sanguíneas” [23]. Los Testigos de Jehová basan la prohibición de transfusión de sangre en su interpretación de los Hechos de la Biblia (15: 28-29). Tampoco aceptan el almacenamiento de su propia sangre para autotransfusión basado en su interpretación del Levítico 17:11,13 y del Deuteronomio 12:16, 24; 15-23.
Iglesia Adventista del Séptimo DíaLa correspondencia fue dirigida al Associate Scholar and Director of the Center for Christian Bioethics at Loma Linda University, Adventist Health Sciences Center, Dr. Mark Carr. Siguiendo las creencias de los Adventistas del Séptimo Día, aproximadamente el 50% de los Adventistas Norteamericanos son vegetarianos. La posición oficial de la Iglesia Adventista es el aliento para evitar todas las carnes, con un estímulo más fuerte para evitar carnes no kosher o sucias, como se describe en la Biblia (Levítico 11). Los alimentos no kosher incluyen, pero no están limitados a, animales de pezuña no hendida, no rumiantes (puercos), aves de caza, peces sin aletas o escamas y mariscos. La iglesia también desalienta el uso de alcohol, tabaco, drogas ilícitas, café y otras bebidas que contienen cafeína. El Dr. Carr describió el Adventismo como “intensamente protestante”. Las declaraciones oficiales, guías y otros documentos son sólo para orientación. Un ejemplo puede ser hallado en las guías de la iglesia sobre el aborto [24]. Los Adventistas conservadores son más estrictamente adherentes a las normas establecidas por la iglesia.
Aunque la Iglesia Adventista del Séptimo Día alienta el vegetarianismo y prohíbe el consumo de cerdo, no hay restricciones en relación con el uso de productos quirúrgicos bovinos o porcinos. Para señalar, algunos Adventistas pueden desear productos alternativos no animales debido a su estilo de vida vegetariano. Los productos quirúrgicos alogénicos son aceptables para su uso sin restricciones.EvangelistasLos autores se contactaron con la National Association of Evangelicals. El vicepresidente de comunicaciones les informó que la Iglesia Evangelista no tiene una declaración oficial en relación con el uso de mallas alogénicas o xenogénicas. Fueron dirigidos a la Christian Medical and Dental Association (CMDA) como el cuerpo representativo de los Evangelistas para aclaraciones adicionales. La CMDA está compuesta por 18.000 miembros que representan múltiples creencias conservadoras y tradicionales. El presidente del comité de ética de la CMDA declaró que no ha habido preocupaciones entre los miembros de la CMDA relacionadas con el uso de mallas biológicas. La CMDA se opone a la investigación con células madres embrionarias. Si los injertos alogénicos fueran diseñados a partir de células madres embrionarias en el futuro, la CMDA podría oponerse a su uso.Judaísmo
Las respuestas a las preguntas de la encuesta fueron obtenidas del Dr. Aaron Mackler, profesor asociado de Teología en la Duquesne University, quien es un experto tanto en bioética como en leyes judías. Fue ordenado rabino y sirve como el Medical Ethics Subcommittee Chair en el Committee for Jewis Law and Standards del movimiento conservador. Las respuestas dadas reflejan al Judaísmo como un todo y cuando las mismas diferían entre los diferentes movimientos se especifican.En observancia de las leyes dietarias del Judaísmo (Kashut), los judíos pueden comer sólo alimentos considerados como kosher (ver lo mencionado anteriormente en los Adventistas del Séptimo Día). Los mamíferos y las aves de corral deben también ser sacrificados de una manera especial para ser considerados kosher. Aunque existen leyes relacionadas con el consumo oral de los productos antes mencionados, no hay leyes en relación con el uso no dietario de productos kosher. Por lo tanto, no hay restricciones para el uso de productos quirúrgicos o médicos de origen porcino, aún si el producto es “consumido” como es en el caso de las mallas biológicas porcinas. No hay restricciones tampoco para el uso de productos bovinos. La fe judía no tiene una opinión sobre el uso de productos quirúrgicos de origen animal y podría no preferir alternativas si éstas son más costosas o menos efectivas.
La ley judía permitirá también el uso de productos quirúrgicos o transplantes alogénicos. No obstante, hay un problema en el Judaísmo en relación con la obtención y uso de órganos y tejidos. El tema central involucra la “muerte” real del paciente. Si los órganos vitales son removidos antes de que el paciente esté muerto, hay una objeción moral. Entre los judíos ortodoxos existe un profundo desacuerdo sobre la muerte cerebral. Algunas autoridades dicen que si un paciente tiene muerte cerebral pero está en un respirador, está aún con vida, pero otros dirán que está muerto. Los judíos reformistas y conservadores aprueban la donación de órganos o tejidos de pacientes con muerte cerebral en respirador. Actualmente, está en discusión entre los reformistas y conservadores la aceptabilidad de donantes con corazones sin latido, en quienes el tratamiento de mantenimiento de vida es detenido y luego los órganos son obtenidos después de que el paciente es declarado muerto. Podría haber objeción a recibir productos alogénicos si los mismos fueron obtenidos de acuerdo con la práctica recién mencionada.También hay problemas dentro del Judaísmo con respecto del donante muerto. El uso de órganos o tejidos humanos para procedimientos destinados a salvar la vida es aceptable. Pero si partes del cuerpo fueron usadas para “decoración” sería impropio. Para el Dr. Mackler, esto genera un problema en la cirugía mamaria en donde los productos alogénicos son comúnmente usados para el emplazamiento de expansores tisulares e implantes. El uso de productos alogénicos en la cirugía sería aceptable en casos reconstructivos o si se considera terapéutico tratar o sanar una debilidad psicológica. Pero existiría renuencia si los productos alogénicos fueran usados de una manera puramente cosmética, aunque no ha habido una declaración oficial prohibiendo su uso.IslamLa respuesta se obtuvo del Dr. Abdulaziz Sachedina, profesor de Estudios Religiosos en elDepartment of Religious Studies de la University of Virginia. No hay prohibición en relación con el consumo de productos vacunos siempre que haya sido halal (sacrificio de acuerdo con el método prescrito de dhabiha). El consumo de cerdo está prohibido por el Islam, a menos que no existan alternativas aceptables para mantener la vida [25]. El Dr. Sachedina declaró que no hay prohibiciones en el Islam para el uso de productos porcinos, bovinos o alogénicos en cirugía.Como fuera previamente publicado por Enoch y col. [4] y Easterbrook y Maddern [5], hay algunos estudiosos y líderes religiosos dentro del Islam que podrían prohibir el uso de productos porcinos en cirugía, a menos que no haya otra opción de tratamiento. De acuerdo con esas fuentes, sería mejor no usar productos porcinos, aún si la alternativa fuera más costosa o tomara más tiempo la curación.BudismoSe obtuvo la respuesta del Dr. Derek Maher, profesor asociado y director del Programa de Estudios Religiosos en la East Carolina University. El Budismo está dividido en 2 ramas principales: el Budismo Therevada y el Budismo Mahayana. El Budismo Therevada se ha diseminado por el sudeste asiático, incluyendo Sri Lanka, Burma, Tailandia, Camboya, Laos y Malasia. El Budismo Mahayana se practica en el este de Asia, incluyendo Tíbet, norte de India, Mongolia, Japón, China, Corea y Vietnam. El número total de Budistas y por porcentajes de Budistas Therevada y Mahayana son desconocidos, debido al gobierno comunista en la República Popular de China, pero es de aproximadamente 40% y 60% respectivamente. El Dr. Maher ha sido un practicante del Budista Mahayana por 28 años.Los Budistas creen en Ahimsa, un código de conducta de no violencia o de no muerte o lesión a los seres vivientes. Esta creencia lleva a algunos Budistas Therevada a practicar el vegetarianismo. Algunos Budistas Mahayana viven en regiones con ciclos de crecimiento muy breves y de apoyan en las proteínas animales. Esto lleva a un abordaje más “práctico” delAhimsa por parte de la mayoría de los Budistas Mahayana. No hay un principio dentro del Budismo que prohíba el consumo de cerdo o de carne vacuna, ni hay prohibición en contra de recibir productos quirúrgicos de ese origen. En la farmacopea usada por algunos Budistas, son incluidos los productos derivados de animales. En efecto, hay un fuerte uso de comida o productos animales como antídotos. Sin embargo, las enseñanzas Budistas puede llevar a algunos seguidores a rechazar los tejidos biológicos obtenidos mediante la matanza intencional de animales. La recepción de una malla alogénica no está prohibida.HinduismoLos respuestas fueron coordinadas a través de Sannyasin Arumugaswami, editor gerente de la revista Hinduism Today quien comentó que el hinduismo está muy descentralizado y que no existe un conjunto estándar de creencias. Cada hindú tiene su propia tradición individual en lo referente a escrituras y enseñanzas. De hecho, el Hinduísmo podría estar más estrechamente relacionado con una colección de religiones, que con una creencia central. En respuesta a las preguntas del cuestionario, Sannyasin Arumugaswami obtuvo 2 respuestas, una de un líder religioso (gurú) y otra de un experto en escrituras.El gurú contactado fue Satguru Bodhinatha Veylanswami, conocido como Guru Mahasannidhanam y 163º preceptor del Nandinatha Sampradaya’s Kailasa Parampara. En la tradición hindú, los seguidores son aconsejados para consultar con su gurú sobre temas importantes de sus vidas, lo que incluiría a los tratamientos médicos mayores. Su respuesta fue: “En nuestra casta, tenemos una visión estricta y no recomendaríamos el uso de productos animales para la reparación de una hernia. Similarmente, aconsejamos en contra del uso de hueso bovino en cirugía dental. Como creemos en la cremación, no recomendamos el uso de partes de cadáveres. Esta es nuestra manera de considerar el tema, basados en las enseñanzas de nuestro linaje, y no constituye la única visión hindú”.El experto en escrituras solicitado fue el Dr. S Sabharathnam, de Chennai, India, quien es uno de los principales expertos en Saiva Agamas, que son las escrituras clave en la secta Saiva del Hinduísmo. El experto expresó: “El sistema hindú prohíbe categóricamente cualquier sustancia hecha de productos animales para el tratamiento de enfermedades humanas. Siempre se recomiendan medicinas preparadas de hierbas o combinación de sustancias alquímicas. La Sastra Chikitsa, que significa cirugía, es recomendada sin el uso de productos animales. La hernia es llamada antra vruddhi o antra sramsah en los textos Agamic. Algunos versos tomados de Sarvokta Agama, en el comentario de Bhatta Ranakhantha, recomendaban las asanas yoga conocidas como vruddhi nirohadsana y sramsa nirodhasanapara el tratamiento de la hernia”.En relación con el tema de la donación de órganos y tejidos, los autores del trabajo fueron derivados a un artículo en el Canadian Hindu Link: “Los hindúes no tienen prohibido por la ley religiosa donar sus órganos. Este acto es una decisión individual ... La donación de tejidos u órganos para salvar vidas tiene prioridad sobre el requerimiento de que el muerto debe ser quemado completo, sin mutilaciones desde la cabeza al dedo del pie ... Si los órganos recolectados de un cuerpo muerto pueden salvar vidas, la mejor creación de Dios, así sea” [26].CientologíaLa respuesta oficial del Departamento de Relaciones Públicas de la Church of Scientology International fue: “No hay nada en Cientología que prohíba el uso de subproductos animales o el consumo de carne de cualquier animal. Los Cientologistas no tendrían objeciones para el tipo de tratamiento que ustedes están investigando”.Gente para el Tratamiento Ético de los Animales (PETA)La comunicación se obtuvo a través del sitio oficial en Internet, www.peta.org. Se recibió la siguiente respuesta relacionada con el uso de animales y humanos para las mallas biológicas: “PETA se opone al uso de animales y de tejidos animales para la experimentación, entrenamiento médico y tratamientos clínicos. Esto incluiría la producción y empleo de mallas biológicas, que utilizan órganos y tejidos removidos de cuerpos de cerdos y vacas que son matados (o sacrificados de cualquier manera) para esos propósitos. No respaldamos ninguna práctica que involucre la explotación o daño de un individuo, humano o no humano, para el beneficio de otros”. Una discusión ulterior aclaró que bajo ninguna circunstancia PETA podría disculpar el uso de cualquier producto animal para implantes (incluyendo las mallas biológicas y las válvulas porcinas). PETA podría abogar fuertemente por el uso de productos derivados de humanos en la medida en que sean obtenidos éticamente. PETA alienta fuertemente a la gente para la donación de órganos y de cuerpos completos y no tiene objeción moral para los transplantes alogénicos de órganos.
VegetarianismoLa encuesta fue discutida con el presidente de American Vegan, quien puntualizó que no existe una declaración de consenso en los vegetarianos. Las prácticas tradicionales incluyen la abstinencia para el consumo de productos cárnicos, incluyendo puerco y vacuno. De conformidad con esa práctica, los vegetarianos pueden desear no tener implantados productos quirúrgicos derivados de bovinos o porcinos, a menos que el procedimiento sea “completamente necesario” y no haya alternativa disponible. Aún si la alternativa fuera más costosa y potencialmente menos efectiva, los vegetarianos pueden preferir no tener productos animales implantados. Los productos alogénicos son una alternativa definitivamente preferida a los productos quirúrgicos de origen animal.DiscusiónEl uso de mallas hechas con productos biológicos está en continua expansión, con múltiples aplicaciones y productos nuevos. Un estudio previo en el Reino Unido demostró una falta de conocimiento básico de los médicos sobre el origen material de muchos productos biológicos [4]. Es imposible que se pueda obtener un consentimiento informado adecuado si el cirujano ignora los componentes del producto que va a implantar. Es responsabilidad de la comunidad médica tener un claro conocimiento de los materiales que son utilizados y de los problemas que pueden surgir del consentimiento informado, a causa de preocupaciones culturales o religiosas.Es imperativo que los cirujanos comprendan que los pacientes puede tener fuertes creencias en relación con el uso de aloinjertos o xenoinjertos. Con un conocimiento apropiado de las preferencias religiosas y culturales, en relación con los productos de fabricación de las mallas, los cirujanos serán más capaces de obtener un consentimiento informado, culturalmente sensible, para los procedimientos que involucran injertos acelulares alogénicos o xenogénicos, u otros productos de origen o sustrato animal.Siendo entonces así, ¿Es un procedimiento aceptable para los médicos discutir prácticas religiosas con sus pacientes? Muchos médicos han sido entrenados con el concepto de que es inapropiado para ellos hablar con los pacientes sobre religión y espiritualidad [27-29]. Pero un grupo de eticistas argumentó que, para los médicos, hay tanta legitimidad en discutir las creencias religiosas o espirituales de los pacientes, como la hay en preguntar sobre cuestiones privadas, como sus relaciones sexuales, porque ambas pueden ser relevantes para el tratamiento médico [30]. De hecho, un estudio realizado por King y col. [28], demostró que el 77% de los pacientes hospitalizados, querían que los médicos consideraran sus necesidades espirituales y, en un estudio separado, dos tercios de los pacientes en un ambiente ambulatorio, dijeron que estarían interesados en tener un médico que indagara sobre sus creencias religiosas o espirituales si estuvieran gravemente enfermos [31].Cohen y col. [30], argumentaron: “La mayoría de los médicos han tenido en su práctica pacientes que, sobre la base de sus creencias religiosas o espirituales, han rechazado la cirugía, medicamentos, productos derivados de la sangre, tecnología para el mantenimiento de la vida, ciertos métodos de nacimiento u otras formas de atención médica, que los médicos consideran necesarias ... Lo mejor es aprender sobre un potencial desacuerdo tempranamente, cuando aún hay tiempo para evaluarlo y no en el medio de una conmovedora crisis más adelante, cuando puede ser demasiado tarde para resolverlo”. Un examen del rechazo de los Testigos de Jehová a los productos derivados de la sangre, demostró que causa un baja cantidad de frustración entre los médicos. Esto posiblemente de debe al hecho de que hay una clara línea entre el razonamiento médico y religioso [32]. No todos los pacientes verán a los injertos biológicos como aceptables, posiblemente basados en sus creencias religiosas, espirituales o culturales. Un claro entendimiento de las razones detrás del rechazo a recibir esos productos, puede ayudar al médico en la atención de sus pacientes y mejorar la relación médico-paciente. En relación con el conflicto religioso en los encuentros médicos, Curlin y col. [32] dijeron: “No hay una línea brillante que pueda ser dibujada entre la discusión de medicina y la discusión de religión. Por lo tanto, cuando el conflicto ocurre, el consejo moral (religioso) es inherente en las recomendaciones médicas. La ciencia le cuenta a los pacientes lo que ellos pueden hacer, pero los médicos también le dicen lo que ellosdeben hacer, y esto último es siempre un ejercicio moral”.
Puede haber una tendencia natural de los médicos a subestimar la importancia de la religión en la vida de sus pacientes, porque la creencia religiosa es considerablemente más prevalente entre la población general que entre los médicos [33]. Si los médicos ignoran el rol importante que la fe tiene en el proceso de decisión de sus pacientes, los resultados pueden ser insatisfactorios para todos los involucrados [34]. En los casos en que ha surgido un desacuerdo debido a discrepancias entre el plan de tratamiento del médico y las creencias religiosas o espirituales del paciente, los párrocos pueden ser necesarios para servir de intermediarios [30]. Los párrocos están entrenados más apropiadamente para ofrecer atención espiritual sensible que los médicos [35]. Un grupo de párrocos argumentó que: “Los intentos de los médicos para integrar los intereses religiosos dentro de la práctica médica, casi siempre no están tan justificados ni son tan simples como lo sugiere la literatura ... Para muchos pacientes, el ejercicio religioso es un tema privado, haya o no evidencia de una conexión sólida entre la actividad religiosa y la salud ... Los médicos no están entrenados para embarcarse en conversaciones profundas con sus pacientes sobre sus preocupaciones espirituales” [29].
También es importante para los médicos el darse cuenta que, aunque los pacientes puedan decir que pertenecen a cierta religión o grupo cultural, pueden no compartir las mismas creencias y valores que los líderes u otros miembros de ese grupo. Todos los pacientes deben ser abordados sobre una base individual, especialmente en temas relacionados con el consentimiento [30].
Dres. Jenkins ED. Yip M, Melman L, Frisella MM, Matthews BDJ Am Coll Surg 2010; 210(4): 402-410