Con la llegada del otoño, no sólo se caen las hojas, sino que también el estado de ánimo de algunas personas está por los suelos.
En ocasiones, a nuestro organismo le cuesta adaptarse al cambio estacional, algo que suele ocurrir sobre todo en primavera y en otoño.
Tristeza, apatía, decaimiento, insomnio, cansancio, somnolencia o dificultad de concentración son algunos de los síntomas que nos deben hacen pensar que estamos antes la astenia otoñal.
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