El viernes pasado los medios franceses le dedicaron una cobertura especial al desembarco de Astérix y los pictos dentro y fuera del hexágono europeo. Además de confirmar el pronóstico de éxito comercial (todos coincidieron en consignar que la cadena discográfica y editorial Fnac vendió veinte mil ejemplares el mismo jueves del lanzamiento), consultaron la opinión de los primeros compradores de la nueva aventura y por supuesto elaboraron las reseñas de rigor: por ejemplo, el semanario L’Express publicó una con pretensiones de ecuanimidad y otra que acusa decepción. Por su parte, la edición francesa del Huffington Post ofreció este análisis pormenorizado que termina celebrando el regreso de los galos, pero con unos cuantos reparos.
Aunque discrepen a la hora del balance final, los críticos coinciden en anotar dos puntos a favor. El primero: la partida de Albert Uderzo no se siente demasiado; al contrario algunos señalan la superioridad de este álbum con respecto a aquéllos que el socio de René Goscinny realizó solo. El segundo: los fans encontrarán intactas las características estructurales de la historieta (anacronismos deliberados, juegos de palabras con los nombres de los personajes, intervención salvadora de la poción mágica, ridiculización del imperio romano y un dibujo fiel al trazo original).
Sin embargo, en el artículo que escribió para el Huffington Post, Alexandre Phalippou lamenta una serie de cuestiones. Por ejemplo, la exclusión de Idéfix (o Ideafix), debida quizás a que el célebre perrito exige un nivel de detalle que Didier Conrad prefirió evitar, al menos en este debut sin Albert. En términos estéticos, también observa que los rostros de los personajes parecen de la época en que “Uderzo dibujaba a Oumpah-pah”, y reprocha la ausencia de alusiones caricaturescas (sólo el malvado de Mac Abbeh tiene un aire al actor Vincent Cassel) y de cameos (al parecer algunos fans esperaban un guiño con la condición highlander de Christopher Lambert).
Asimismo Phalippou confiesa su “decepción total” ante los personajes secundarios, cuya intervención solía ser clave “para darles relieve a los protagonistas”. Los legionarios romanos -escribe- “no se encuentran a la altura de los que imaginó Goscinny; el picto principal, Mac Oloch, cautiva poco y nada; el villano es sin dudas malo pero no muy gracioso; cuando mucho apenas sobresale el druida alcohólico de los pictos” *.
El periodista también critica la liviandad de la acostumbrada alusión a nuestro presente. “Nadie pretende que Astérix exponga una tesis sociológica pero podría haberse hecho algo mejor. Al principio la historieta roza apenas las problemáticas del derecho de asilo y de la independencia escocesa, pero nunca las profundiza ni les da continuidad”.
En una de las notas de L’Express, Eric Libiot pregunta cuánta libertad habrá tenido el guionista Jean-Yves Ferri para contar esta aventura y para hacer gala del “sentido del detalle, la elipsis y el humor seco” que caracteriza su trabajo fuera de la franquicia Astérix. Con un dejo de ironía, el crítico sostiene que el álbum recién estrenado parece concebido para contentar a los lectores de siete años antes que a aquéllos de 77.
Las aventuras de los galos suelen llegar a la Argentina por intermedio de la editorial Salvat que, al menos por ahora, no anuncia nada nuevo en su sitio web. Mientras esperan el desembarco local, los fans de la historieta pueden mirar Astérix y Obélix al servicio de Su Majestad que las salas francesas estrenaron un año atrás y que nuestra televisión paga proyecta cada tanto por HBO Family, lamentablemente sólo en versión doblada al castellano y al inglés.
La experiencia catódica dista de impresionar pero ofrece algunos momentos graciosos. En este sentido sirve como entrenamiento digestivo para quienes tengan intenciones de consumir el flamante episodio picto.
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* “Los lectores quieren Las aventuras de Sarkozix, el galo” se titula este artículo que Le Figaro publicó el día previo al lanzamiento de Astérix chez les pictes, y que revela los resultados de una encuesta -limitada a los seguidores del periódico- sobre qué figuras públicas deberían aparecer, caricatura mediante, en la historieta creada por Uderzo y Goscinny. El ranking es el siguiente: 1) el ex Presidente Nicolas Sarkozy (48% de los votos); 2) su sucesor, ahora en funciones, François Hollande (12% de los votos); 3) el jefe de Estado ruso Vladimir Putin; 4) la cantante y ex Primera Dama Carla Bruni (7% de los votos); 5) el Presidente norteamericano Barack Obama (3% de los votos).