Ataque a la solidaridad

Ataque a “La Flotilla la Libertad”

Escribo este post todavía conmocionado por el alcance del ataque perpetrado en la madrugada del lunes por el Ejército israelí contra un grupo de seis barcos, conocido como la “Flotilla de la Libertad”, en los que un grupo de más de 750 personas trasladaban ayuda humanitaria a la población palestina de Gaza. La prepotencia y la soberbia del Gobierno de Israel están, una vez más, detrás de una tragedia humana, que debe ser denunciada e investigada por organismos internacionales, de modo que puedan depurarse las responsabilidades que se derivan de un hecho de esta magnitud.

Resulta inaudito que militares de élite puedan abordar en alta mar un convoy humanitario, abrir fuego contra sus integrantes, asesinar a una parte de ellos y herir a otros muchos. El Ejército israelí, como no podía ser de otro modo, se presenta como víctima de la agresión y asegura que sus soldados se vieron obligados a intervenir ante un linchamiento con piedras y navajas. No explican, sin embargo, por qué cortaron las comunicaciones con las seis naves antes de su intervención ni tampoco el porqué de la agresividad y el abuso de poder de sus tropas, que han provocado una nueva masacre, que, por desgracia, se suma a otras muchas cometidas con anterioridad.

Al Gobierno de Israel siempre le ha incomodado la solidaridad con la población palestina; sabe que son culpables de una violación sistemática de los derechos humanos fundamentales en Gaza y Cisjordania y no quieren testigos de su barbarie. Pude visitar Gaza años atrás, conversar con sus habitantes, entrevistarme con sus responsables políticos y organizaciones no gubernamentales, constatando en todos los casos la impotencia de quien se siente prisionero en su propio territorio. El bloqueo es un castigo inhumano contra la población civil, que Israel impone con mano férrea, sin que le importen las consecuencias que genera, especialmente en las personas enfermas, mayores, niñas y niños.

Quienes viajaban en la “Flotilla de la Libertad” eran pacifistas, pero han sido tratados como terroristas; increíble, pero cierto. Su carga estaba formada mayoritariamente por suministros médicos y educativos, y material de construcción; toda una amenaza, sin duda alguna, para la estabilidad en la zona y la seguridad del Ejército israelí. Donde había 500 vehículos eléctricos para personas discapacitadas, el Gobierno de Tel Aviv se ha comportado como si hubiera visto 500 tanques dirigidos contra su pueblo. Ha llegado la hora de que alguien asuma todo el dolor y el sufrimiento provocados, en muchos casos, por no decir en todos, con la tolerancia de los Gobiernos occidentales, que no han sido lo suficientemente tajantes ante los atropellos cometidos.

Decía recientemente en este mismo blog, y hoy me reitero en ello, que Israel no fabrica las armas que utiliza y es obvio, en consecuencia, que alguien se las está viendo, aún sabiendo que no serán utilizadas como elemento disuasorio sino como material de guerra, incluso contra un convoy humanitario. Del mismo modo, la Unión Europea mantiene un trato comercial preferente con Tel Aviv, que contempla los productos fabricados en los territorios ocupados. Coincidiendo con la presidencia española de la Unión Europea pedí al Gobierno del PSOE que suspendiera este privilegio y abanderara un discurso contrario el suministro de armas a países como Israel. No se ha hecho nada en esta dirección y, tal vez por ello, las denuncias al ataque contra la “Flotilla de la Libertad” no me suenan tan creíbles como me gustaría.

Os dejo un enlace interesante para poder seguir la actualidad sobre todo lo que acontece en Gaza. También os recomiendo visitar IloveIU, donde podréis encontrar distintos análisis y reflexiones sobre lo ocurrido en el caso de la ”Flotilla de la Libertad”. Todos merecen ser leídos.   

http://solidariosengaza.wordpress.com/